Capitulo 4

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Señalen errores de adaptación por favor.

Louis se quedó a cenar con ellos. Zayn no tenía la menor idea de por qué, ni tampoco fue capaz de decidir si aquello era algo malo o algo bueno. Era un hombre agradable, los gemelos parecían adorarlo y a Brett también le caía bien aunque procurara disimularlo. Él agradecía la oportunidad de conversar con un adulto para variar. Así que tendría que estar contento con la situación.

Pero no entendía qué buscaba Louis. ¿Por qué un hombre inteligente y atractivo querría pasar el rato con él y con sus hijos? ¿Por qué no se había retirado a la tranquilidad y la intimidad de su habitación o por qué no había salido a cenar?

-Ya hemos terminado -dijo Brett.

Zayn se dio la vuelta y vio que la mesa estaba totalmente recogida y los platos descansaban en el fregadero.

-Buen trabajo -aseguró su padre-. ¿Han hecho los deberes?

Tres cabezas asintieron firmemente.

-Entonces supongo que esta noche pueden ver un poco la televisión -concluyó él con una sonrisa.

-¡Bien!

Brett golpeó el aire con el puño. Los gemelos salieron corriendo de la cocina. Zayn escuchó sus pasos en el suelo de madera y supo hacia dónde se dirigían.

-Quietos -les gritó-. Tenemos un huésped. Vean la televisión de arriba.

-¿Por qué? -preguntó Louis desde el rincón de la encimera en que se había apoyado.

Zayn se giró hacia él tratando de ignorar el constante impacto sexual que le suponía su presencia. No sólo no quería hacer el ridículo, sino que además su hijo mayor seguía en la cocina.

-La televisión de abajo es para los clientes.

Louis le dedicó una sonrisa lenta y sensual capaz de derretir todo el hielo del Polo Norte.

-No soy muy de televisión. A mi no me importa, si no te importa a ti.

Zayn decidió no discutir aquel punto. Si el hombre quería ser generoso, sus hijos estarían encantados.

-Al parecer hoy es su día de suerte -dijo sonriendo a Brett-. Ve a decírselo a tus hermanos. Pero no la pongan muy alta.

Brett compuso una mueca y salió corriendo por el pasillo.

-¡Podemos verla aquí! -gritó.

-Los placeres sencillos -dijo Zayn girándose hacia el fregadero -. Si la vida siguiera siendo tan fácil después...

-Las complicaciones vienen con la edad adulta -aseguró Louis acercándose también al fregadero y agarrando los platos.

-¿Quién te ha entrenado para esto? -preguntó Zayn al verlo utilizar el estropajo para limpiar las manchas más arraigadas-. La mayoría de los hombres no se manejan con tanta desenvoltura en la cocina.

-Estuve casado durante algún tiempo -respondió él abriendo el lavaplatos-, pero la mayor parte de mi entrenamiento, como tú lo llamas, lo recibí de pequeño. Mi madre trabajaba muchas horas y llegaba a casa agotada, así que aprendí a echarle una mano.

-Perdona que te lo pregunte, pero... ¿qué ocurrió con tu matrimonio? -preguntó Zayn tras aclararse la garganta.

-Harry falleció hace un par de años -respondió él colocando los tres últimos vasos en el lavaplatos.

-Lo siento.

Las palabras le salieron solas. Louis debía de tener unos treinta y pocos años, lo que significaba que su esposo sería más o menos de la misma edad. ¿Qué podría haberse llevado a un hombre tan joven? ¿Un cáncer? ¿Un conductor borracho?

One in a Million ; Zouis MaliksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora