Bajé de la posición elevada y me dirigí a la pequeña mesita de noche. Mis mejillas sonrojándose ante mis hallazgos, analizando la variedad de condones que Miguel guardaba. Todos los colores, las texturas, los lubricantes. Sacudí la cabeza, dejando caer uno morado de nuevo en el cajón antes de revolver para llegar a la parte posterior. Dejé mi movimiento momentáneamente, esforzándome por oír los pies descalzos caminando por el pasillo. Palabrotas escapando de mi boca mientras rápidamente cerraba el cajón antes de salir corriendo hacia el armario. No tuve tiempo para arrastrar la silla hacia su posición anterior.


"Rubén, iTunes está muy bien, no hay nada malo en ello."


Mi distracción no me había dado casi tanto tiempo como yo esperaba. Yo sabía que Miguel había estado buscándome, su voz repitiendo mi nombre antes de que la manija de la puerta fuera empujada hacia abajo. Apenas tuve tiempo de cerrar el armario, pero no para acomodar la ropa que había tirado al azar de los cajones en mi prisa por encontrar respuestas.


Miguel parecía un poco aturdido cuando entró, mirando fijamente el lío que había creado. El ceño arrugado en su frente dejó en claro que estaba muy contento. Cuando dejé su mirada interrogativa sin respuesta, su enfoque completo se posó en mí. Tragué saliva mientras él cerraba la puerta con el pie, lentamente acercándose a mí. Su cálido aliento abanicando en mi cara mientras me resistía al contacto visual de Miguel. Se paró directamente delante de mí.


"¿Lo encontraste?" Preguntó mirándome fijamente.


Traté de aparentar calma, a pesar de la ansiedad que estaba desesperadamente luchando por controlar. Era sorprendente cómo Miguel podía transformarse en cuestión de segundos. Miguel es generalmente reconfortante, de cuerpo grande, ahora se sentía intimidante, al igual que cuando nos conocimos.


"Encontrar qué?" Le pregunté débilmente.


"Lo que sea que estabas buscando."


"Yo no estaba buscando nada." Susurré.


Mi respiración comenzó a entrecortarse ya que mi chico luchador dio un paso increíblemente cerca. Ligeramente le dio un codazo a mi cabeza moviéndola hacia un lado, con sus los labios rozando hizo a la piel de mi cuello hormiguear. Mis ojos fuertemente cerrados mientras luchaban por contener las lágrimas.


"Tú y yo sabemos que no es verdad".


Su tono fue controlado, pero el sentido de la autoridad detrás de las palabras ronca era evidentemente claro. Temiendo tropezar con algo, mi cuerpo se movía en reversa alejándome de él. Miré a mí alrededor cuando la parte trasera de mis piernas tropezó con el marco de madera de la cama. Cuando mi visión dio con Miguel, su ceñida mirada estaba sobre mí.


"Cuéntame".


Yo negué con la cabeza nerviosamente.


"Yo no estaba buscando nada".


"¡No me mientas!" Él ladró.


El aumento repentino en el volumen de la voz de Miguel me hizo saltar, su voz áspera rebotando en las paredes. La vena gruesa en su cuello sobresalía, un signo evidente de su disgusto. Además de la mirada dura de la cual estaba siendo cautivo. Me arrastré hacia un lado, tratando de maniobrar alrededor de su cuerpo. Mi corazón latía con fuerza cuando su mano grande agarró la manija de la puerta antes de que pudiera llegar a él. Fue entonces cuando me di cuenta de que no podía hacerme daño. El gesto más extremo que Miguel podía promulgar era gritarme y ya lo había hecho. Empujé mi pelo hacia atrás y me erguí.


"Deja que me vaya." Di instrucciones con calma, encontrándome con el negro intenso.


"No hasta que me digas lo que estaba buscando."

dark ↮rubelangel™Kde žijí příběhy. Začni objevovat