Capitulo 57

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—Calum, me habías dicho que no te habían hecho nada— reproché—

—¿Qué? No me hicieron nada—se encogió de hombros y agarró una camisa de un cajón—

—Déjame verlas.

—No pasa nada—rodó los ojos-

—Claro que si, siéntate— lo empujé de los hombros haciendo que se sentara—

—¿Qué me harás? No tengo botiquín de primeros auxilios ni nada por el estilo—dejó la camisa a un lado-

—Pues improvisaremos.

Caminé por su habitación por varios segundos hasta que encontré lo que buscaba, me acerqué a él y me arrodillé en la cama.

—¿Qué vas a hacer con eso?

—Limpiarte las heridas ¿no es obvio?

—Aleja esa cosa de mí, huele raro—hizo una mueca-

—Se te pueden infectar y deja de comportarte como un inmaduro—lo regañe—

—Ese es el punto, mi personalidad es así y yo actuaré como yo quiera.

—Pues lo siento mucho.

Puse algo de alcohol en el pedazo de tela de camisa que recorté en la mañana y lo puse en una de sus heridas. Lo miré y ví como apretaba la mandíbula pero como buen macho no decía nada, ni siquiera un ligero ruido. Lo pasé por cada herida de sus brazos, hombros, espalda y abdomen hasta que las heridas quedaron, en lo que cabe, limpias.

—Listo—sonreí y levantándome de la cama tiré el pedazo de tela en la basura—

—Pensé que jamás terminarías—suspiró—eres como una viejita.

—¿Disculpa?—puse mis manos en mi cintura-

—Si, eres tan lenta. Pensé que pasaría mis próximos cinco cumpleaños aquí sentado— rodé los ojos—

—Como sea, ¿Qué querían?—me senté a su lado cruzando las piernas—

—¿Quienes?

—Tú sabes de quienes hablo.

—Solo unos niños ineptos e inexpertos de la vida—hizo un ademán con las manos—

—¿Estás seguro?

—Si, muy seguro. Solo prométeme que si los llegas a ver algún día, no dudes en largarte de ahí y llamarme ¿De acuerdo?

—¿Cómo puedo confiar si tú no confías en mí?—le dije obvia a lo que él posó sus manos en mis muslos—

—Me cuesta mucho confiar en las personas ¿Bien?, solo... quiero. Quiero que confíes en mi, ¿si?

Pude ver un brillo en sus ojos, uno que jamás había visto. Dicen que los ojos es la entrada del alma y lo que ahora estaba viendo era un perdón interminable por no poder confiar en mi, y lo entendía.

—Esta bien, yo.. confiare en tí.

—¿Segura?—susurró—

—Jamás había estado tan segura— le dí una media sonrisa que se convirtió en una sonrisa completa cuando el sonrió mostrando sus dientes. Jamás lo había visto sonreír de esa forma, ¿por qué no lo hace? Se ve más irresistible.

Y de un momento a otro me agarró la cara con ambas manos y me beso, un beso suave y lento, de inmediato me sentí en las nubes. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y él colocó una mano en mi cintura y la otra en mi mejilla izquierda, de un momento a otro quedamos acostados sobre la cama. Él encima de mí pero sin poner todo su peso, de tan solo sentir a Calum acariciar mi rostro de esta forma me daban escalofríos y mi corazón parecía una locomotora que iba a 100 km/h. Sentía como mi corazón se aceleraba como si se fuera a salir de mi pecho. Nos separamos unos segundos con las frentes juntas, yo todavía me encontraba con los ojos cerrados, amaba esa sensación de sus labios con los míos. Y de repente un teléfono celular empezó a sonar, el mio.

Abrí lentamente los ojos al mismo tiempo que él lo hacia y me daba una tímida sonrisa, me dio un beso en la mejilla y se apartó de mí pasándome mi celular, el cual había dejado en la mesita que se encontraba a lado de su cama.

—¿Si?

—¿_______? Te escuchas agitada.

— Ah.. ah, es que corrí.. a--a buscar mi celular que lo había dejado eem, muy lejos, Si eso— cerré los ojos esperando su regaño-

— Aja—contestó mi tía poco convencida—el abogado estará aquí poco tiempo, asi que apúrate.

—Oh si, claro. Gracias, nos vemos.

—Claro, y ya no estés fajando con Calum— colgó y abrí mis ojos como platos—

—¿Paso algo?—preguntó Calum con la camisa ya puesta-

— Mi tía.. ehh--ya quiere que este haya.

—Claro, vamos—agarró las llaves de su moto y se encaminó hacia la puerta, se volteó a verme—

¿Deduzco que no me dirás por qué estas sonrojada, cierto?

—Estas en lo cierto—coloqué ambas manos en mis mejillas sintiendo el calor de ellas. Él solo soltó una risa y salió de la habitación-

Calum manejaba la moto por la tarde soleada pero fría de Bradford. Mis brazos alrededor de su cintura y mis rodillas rozando sus muslos, mi mejilla contra su espalda y mis ojos cerrados, disfrutando de este momento. Calum paró en un semáforo y aflojé mi agarre, separándome de él.

—¿Qué tal el instituto?—preguntó volteándose a veme—

—Ya sabes, lo normal—me encogí de hombros—aparte ya salí de vacaciones de invierno.

—¿Enserio? ¿En ese caso podrás pasar tus vacaciones a mi lado?—preguntó con media sonrisa—

—Si insistes tanto— reí—por supuesto.

—¿Y navidad?

—Solo si me das regalo.

—¿Año nuevo?

—Si vas a la fiesta que organiza tu hermano cada año.

—¿Te ofreció que fueras?—preguntó con la voz dura—

—Si, ¿hay algún problema con eso?

—Solo si quieres emborracharte hasta quedar inconsciente y despertar a lado de un desconocido. si, creo que tengo problema con eso.

—Oh, vamos. No me voy a emborrachar.

Así fué como llegaste a mi habitación y casi me violas.

—¿Qué?—abrí los ojos de golpe—

My Bad Boy. (Calum hood) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora