Capitulo 15: Agua

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Abro el bolso, saco el mate, pongo la yerba, el azúcar, el agua y lo empiezo a cebar. Mica no deja de mirarme, de pies a cabeza y piensa que no lo noto porque uno, estoy concentrada con el mate, y dos, tengo los anteojos de sol puestos. Pero al igual que ella me mira, yo no le saco la mirada de encima, veo cada movimiento que hace y cómo sus ojos celestes se iluminan con el sol.
Extiendo mi mano y le doy el mate, lo agarra y con su otra mano me agarra la mía, entrelazando nuestros dedos. Le sonrío.
- ¿Te molesta?- me pregunta.
- Para nada.
Y no me molesta, al contrario. Mueve su dedo pulgar acariciando mi mano y no quiero cebar más mate, quiero quedarme así, quiero abrazarla.
Me las rebusqué para seguir el mate sin soltarla. Ay Bárbara, no pasa nada si la soltás. Y el problema es que no quiero soltarla.

- Un mate más y vamos al agua, ¿si?- me dijo sonriendo.
Asentí, le di un mate más, me soltó la mano, nos paramos y nos encaminamos hacia el mar.

Llegamos a la orilla, el agua está más helada que de costumbre pero es soportable. Mica avanza unos cuantos pasos, yo quedo atrás y el agua casi le llega al short. Siento frío pero igual sigo caminando y la alcanzo. Ahora caminamos juntas, una ola nos empapa. Yo me quedo parada temblando, Mica avanza más y se tira dentro de otra ola, ésta la arrastra haciendo que ella se choque conmigo.

Quedamos muy cerca, no dudé un segundo y la besé. Mica me agarró por la cintura y yo pasé mis manos por encima de sus hombros. El beso parecía eterno y las olas rompían dónde estábamos paradas, sin embargo no había forma de separarnos.

Salimos del agua y nos tiramos en la manta otra vez.

La tarde se pasó volando, cuando nos quisimos acordar ya estaba anocheciendo. Empecé a bajonearme por el hecho de tener que pasar la noche sola, pero ¿con qué excusa la pasaría acompañada? Para eso me quedaba en su departamento.

- ¿Te querés duchar en casa y salimos a comer o ya te llevo a tu casa?- le pregunté llegando a mi departamento.
- Me encantaría salir a comer pero no tengo ropa.
- Te puedo prestar ropa, si no te molesta.- le dije amablemente.
- A mí no me molesta pero quizá vos querés estar tranquila. Llevame a casa mejor.- dijo dudando.
- ¿Segura?- le pregunté mirándola extrañada.
- No.
- ¿Entonces? Mica, a mí no me molestas, sino no te ofrezco nada. ¡Venite a casa!
- Mmm bueno, dale.- seguía dudando.

Caminamos hasta el departamento, subimos y dejamos los bolsos de playa tirados por ahí.
- Entrá a bañarte vos, mientras te preparo la ropa, ¿está bien?- le pregunté.
- Si, gracias Bar.
- Acá tenés una toalla.- le dije mientras extendía mi brazo con la toalla.
Mica entró al baño y a los pocos minutos se escuchó el ruido del agua.
- Baaaaaar.- se oyó del baño.
- ¿Qué pasó?
- ¿Me regulas el agua? Me quemo viva.- dijo entre risas.
- Eeeeh si, a ver, pará.- me acerqué al termotanque y no había forma de regularla, no quedó otra que tener que entrar donde Mica.- tapate que voy a tener que entrar porque desde acá no se puede.
- Listo.- me dijo. Entré y estaba envuelta en la toalla. Me volvía loca el hecho de pensar que tranquilamente podría sacarle esa toalla y estar con ella pero no, Bárbara no sos así.

Costó regular el agua pero por fin pude hacerlo. Salí del baño y me puse a buscar la ropa. ¿Que prenda de las mías le quedaría bien? Separé tres remeras, dos pantalones y dos vestidos, algo de esto le debe quedar bien.
Cerró el agua y salió del baño envuelta en la toalla.
- Mirá, acá te separé un par de prendas, fíjate que te gusta.- le dije señalando la ropa sobre la cama.
- ¡Gracias!, me voy a probar este pantalón con esta remera y sino este vestido.
- Genial. Pará, con la ropa interior, ¿cómo haces? ¿Tenés?
- Justo tengo una bombacha y corpiño no me voy a poner, el de la malla está mojado.- me dijo sonriente. Quedé boluda con la parte de que no se va a poner corpiño. Parezco una depravada sexual, una pajera, pero si ustedes vieran a esta mujer como yo la veo, dirían lo mismo o quizá peor.
Le respondí: - Buenísimo, mientras se calienta el agua me tiro en la cama, cambiate tranqui que no te miro.- me tiré boca abajo y mirando para el lado contrario donde se encontraba ella. Como respuesta a lo que dije, largó una carcajada y yo sonreí como pelotuda.
- Me queda un poco grande el pantalón, te uso el vestido, ¿si?
- ¿Puedo mirar ya?
- Siempre pudiste mirar pero no quisiste.- se empezó a reír y le clavé la mirada- joda che, ¿cómo me queda?
Me reí- estás hermosa. Te queda muy lindo ese vestido.

Esperé cinco minutos más a que se caliente el agua del termotanque, Mica se recostó en la cama a esperarme y yo entré al baño.
No me pareció haber tardado tanto pero sí, me relajé bastante con la ducha.
Salí y ella estaba durmiendo. Opté por cambiarme antes de despertarla. Me puse un pantalón y una de las remeras que le había separado a Mica.
Me acerqué a ella, me senté en la cama a su lado y empecé a acariciar su mejilla.
- Mica, ¿vamos?- no recibía respuesta alguna.- linda, dale, despertate que nos vamos.
- Mmmm no.- susurró dormida.
- ¿No querés ir?
- Nno.- respondió dormida.

¿Qué podía hacer yo? Estaba cansada, no quería despertarla. Besé su mejilla y la dejé dormir.
Agarré mis llaves para irme a comprar algo para cenar. Le dejé una notita por las dudas y me fui.

Hice varias compras: café, leche y jugo para el desayuno. Una bebida y media docena de empanadas de carne para la cena y para dejar por si Mica se levantaba.

Volví al departamento, ella seguía durmiendo. Cené y dejé arriba de la mesa las demás empanadas, escribiendo atrás, en el mismo cartelito de antes una notita: "Linda, por si te despertás y tenés hambre, acá te dejo empanadas"

Me vuelvo a cambiar, me pongo el pijama y antes de acostarme la tapo a Mica. Me acuesto, me doy la vuelta y esta vez la abrazo yo. Sin querer queriendo, otra vez, pasamos la noche juntas.

El Viaje (Barbica) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora