Capitulo 4: Baño.

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Me siento mal por no haberme acercado, ahora el micro se fue y si no aprovechaste la oportunidad, ¡jodete Bárbara!

Decidí pasar por el baño antes de seguir manejando. Abrí la puerta, me encerré en un cubículo y cuando estaba por tirar la cadena empecé a escuchar un llanto. Salí rápidamente, me dirigí hacia la parte de los lavabos y ahí estaba ella.

Me quedé inmóvil, no podía reaccionar, preguntarle qué le pasaba, por qué estaba llorando. Hasta que por fin pude emitir sonido alguno.

- Ey, ¿qué pasó? ¿Te puedo ayudar en algo?- definitivamente fue la oportunidad perfecta para acercarme a ella.
- Nada, gracias por preguntar.- me respondió llorando.
- Me parece que no lloras por nada, me gustaría ayudarte, ¿cómo es tu nombre?- dije sonriendole.
- Micaela, decime Mica. Otra vez, gracias por preocuparte.- me esbozó una leve sonrisa pero aunque no la conociera puedo jurar que bien no estaba.
- Yo me llamo Bárbara, decime como más te guste. Ahora empecemos otra vez, ¿qué pasó? ¿Por qué estas llorando sola en el baño de un parador?
- El micro se fue.
- ¡No te puedo creer! ¿Llamaste a la empresa? Tranquila, va a estar todo bien.- le decía mientras masajeaba su espalda.
- Se me apagó el teléfono, no tengo el cargador.
- Toma, llamá desde el mío.- le di mi celular.
- Eeeh, ¿puedo buscar el número en internet? Ay, no se como agradecerte.
- Buscalo tranquila, no me tenés que agradecer nada.- le dedique una sonrisa.

Me quedé sentada a su lado, buscó el número, llamó y la empresa le dijo que era imposible que retrocedieran para buscarla, que busque la forma de llegar y buscar sus cosas, sino las mandaban de vuelta a Capital.

Mica no paraba de llorar y yo no sabía qué hacer para tranquilizarla. Hace un par de horas yo estaba igual que ella o peor y no me consideraba muy apta para levantarle el ánimo en esos momentos.

Se me ocurre preguntarle a dónde va, quizá puedo llevarla, quizá me acompaña, quizá no me siento tan sola, quizá no sienta el corazón tan roto.

- ¿Para dónde ibas?- le pregunté.
- Mar del plata.- me miraba con esos ojos celestes, hinchados de llorar que me pedían ayuda a gritos.
- ¿En serio? Yo voy para Santa Clara. Si me dejas, yo te llevo.- le dije esbozando una sonrisa.
- No Barbara, ya me ayudaste demasiado y te lo agradezco.- la mire sorprendida.
- A mí no me cuesta nada llevarte, si no venís conmigo, ¿qué vas a hacer? ¿Dedo en la ruta? Yo sé que soy una completa extraña para vos, pero hay muchos locos dando vueltas por la ruta y no me gustaría que te topes con uno de ellos.
- ¿Siempre sos así de buena con los desconocidos?- me dijo sonriendome.
- Mmm no, pero te ví cuando me sonreías en el peaje, en la cafetería y tenía que encontrar alguna excusa para hablarte.- noté como se sonrojaba al decirle eso.
- Si, te miraba, sos linda.- se sonrojó, al escuchar eso una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo y me quedé muda. Ella reaccionó de inmediato cambiándome de tema y volviéndome a agradecer.
- Realmente no se cómo agradecerte esto, dejame invitarte al menos un café.
- Mica no hace falta, para mí es un placer llevarte, mejor vamos así no se hace tan tarde.

Dicho eso, Mica me abrazó y yo quedé dura, como siempre. Le respondí al abrazo y me sonrió, volviéndome a agradecer.

Salimos del baño y nos dirigimos a donde tenía estacionado el auto.

El Viaje (Barbica) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora