Capítulo 34

1K 48 9
                                    

Dejé que me cayese el agua por todo el cuerpo mientras mantenía los ojos cerrados y pensaba en lo que acaba de ocurrir. Haber hecho el amor con Joe siendo un vampiro había sido una locura, muy satisfactoria e increíble, pero una locura. Podía haberme matado, podía haber salido muy mal y no hubiésemos podido hacer nada. Ni siquiera sabía si los demás estaban fuera mientras nosotros nos entregábamos al placer, pero si él hubiera hecho algo, no les hubiese dado tiempo a reaccionar, por mucho que Alice pudiese verlo venir.

Y lo peor de todo es que me había dejado sola y no me había dicho nada al terminar. No sabía que le había ocurrido pero me había sentido fatal. Que te abandonen después de haber hecho algo tan importante como acostarte con el amor de tu vida era algo desagradable y que no quería volver a experimentar. Solo podía suponer que se había arrepentido de hacerlo y que necesitaba alejarse de mí, así que yo no se lo iba a impedir.

Salí de la ducha y me envolví el cuerpo con una toalla que tenía Bella y Edward en el baño, cogí otra más pequeña para el pelo y me lo envolví para no mojar el suelo, salí del baño y miré alrededor de la habitación mordiéndome el labio.

Estaba irreconocible. A parte de que el cabecero estaba totalmente destrozado, las sábanas estaban rotas en tiras, había una almohada que estaba rota por la mitad y había un agujero en la pared que tenía el tamaño del puño de Joe. Me imaginaba que en algún momento se había dejado llevar por el placer y había tenido que romper cualquier cosa que no fuera yo, y yo sumida en mi placer no me había percatado de todo eso.

-No te preocupes por todo esto.

Me sobresalté al oír la voz de Bella en una esquina de la habitación, sentada en el sillón. Me sujeté mejor la toalla contra el cuerpo y me puse colorada al volver a mirar de reojo lo que Joe y yo habíamos provocado.

-Lo siento, yo...

-Tranquila, está bien que haya sido aquí.-dijo Bella sonriendo levemente.-Mejor aquí que en tu casa. Además, esta casa está hecha casi para eso.

Yo suspiré sin saber qué hacer ni decir.

-Te he traído ropa.-dijo Bella levantándose para coger ropa de la mesita auxiliar que había en la habitación.

Vale, así que sí habían visto como Joe y yo lo hacíamos. ¿Qué otra forma tenía de saber que Joe me había roto el cinturón y el pantalón?

-Mmm... gracias.-dije carraspeando la garganta.

Ojeé mi ropa tirada en el suelo y me di cuenta que la ropa de Joe no estaba. Bella me miró girando un poco la cabeza sin saber por qué me comportaba así, pero después cayó en la cuenta.

-Ah.-dijo intentando ponerse seria.-No te preocupes, ninguno de nosotros ha visto cómo Joe y tú os acostabais. Edward ha intentado mantenerse fuera de vuestras mentes el mayor tiempo posible, solo el necesario para saber si todo iba bien. Y Alice ha intentado que sus visiones no fueran muy explícitas.

Bueno, al menos no habían entrado mucho en detalles.

-Gracias... de todas formas.-dije acercándome a ella.-Por haber estado pendientes de nosotros por el gran riesgo que corría. No te voy a decir que me gustaría que no lo hubieran visto, pero por lo menos sigo viva.

-No te preocupes.-dijo Bella acariciándome el brazo.-Vístete, te espero fuera.

Asentí esperando a que saliera de la habitación y cerrase la puerta, y comencé a vestirme rápidamente. Estar en aquella habitación me recordaba lo bien que lo había pasado con Joe momentos antes, pero también me hacía sufrir el saber que aquí era donde me había dejado sola.

Nueva entre los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora