Capítulo XVI

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CUANDO NECESITES SABER CUANTO SIGNIFICABAS PARA MI

No sé que año es ni cuanto tiempo ha pasado...mierda, ni siquiera sé si ha pasado ayer, hace tres meses o diez años. Lo único que sé es que el tiempo no puede cambiar lo que siento. De alguna manera siento que lo congelé, todo esto es prueba de aquello...ese tiempo infinito que creímos tener. Sé que tú lo decías para hacerme sentir bien, sé que harías lo que fuera por verme feliz...al menos por un tiempo.

Yo sabía que existía esa manera...llámala como quieras, 'tiempo paralelo', 'estar en el mundo después de morir', este cuarto tiempo de nuestro símbolo. De alguna manera creía que era posible. Lo pensé días enteros, no dormí por semanas rompiéndome la cabeza para hallar la manera y este es el resultado. ¿Entiendes cual es el punto? ¿Entiendes el fin de todo esto? No sé si existe Wonder- Neverland pero si hay algo de lo que estoy segura es que tu eres todo eso para mi. Tú eres esa persona en la que quiero vivir por siempre...llámalo alma, cerebro, corazón, como quieras, pero quiero vivir dentro tuyo toda una vida más. Quizá creíste que estaba loca pero no creí que podías entenderme estando yo viva. No podía contarte del plan antes, de ese modo ya no sería una atemporalidad, no sería una sorpresa, no sería un regalo...tenía que mantenerlo encubierto para que tengas toda una vida para comprenderlo.

Eres tú, James Mc Owen, esa persona en quien espero revivir todos los días. Cada vez que digas mi nombre en voz alta, cada vez que me recuerdes, cada vez que me tengas presente, estaré contigo y no hay nada ni nadie en este mundo que pueda romper el lazo.

Después de todo, dura para siempre.

Tuya por siempre,

Alexandra.

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16 de Julio.

Siete mil tres/ seis mil novecientos treinta y tres.

Alex,

Este año se han cumplido veinte años desde que te fuiste. Yo por mi parte cumplo cuarenta dentro de cuatro días. Esta es la anteúltima carta y me costaron varios meses decidir si abrirla o no. Me pone mal pensar que voy a dejar de leerte de esta manera. Cada vez que leo una de tus cartas es algo así como el mejor momento de la semana. Es como pegarle una visita a alguien que no ves hace mucho y que extrañas con cada fibra de tu ser.

Últimamente estuve algo, decaído. Puedes llamarle crisis o angustia. Hay quienes dicen que es algo normal a esta edad pero se que poco y nada tiene que ver con eso.

Como siempre, todo se trata de ti y no te culpo por eso. Llegué a culparme a mi mismo después de discutir con Tyra como nunca antes lo había hecho. Efectivamente, creo que todo esto comenzó cuando tuvimos aquella discusión. Me dijo que estaba obsesionado contigo la noche que leí esta carta. Los niños dormían y al día siguiente Alexander comenzaba su segundo año de colegio secundario, digamos que no fue una sabia decisión el elevar el tono de voz al nivel en que lo hicimos pero te juro Alex, ya no lo podía soportar. Me estaba recriminando algo que le dejé en claro que no podía soltar. Dijo que me supo entender por años pero que esto ya había llegado a su fin, que esto de escribirte cartas era solo una excusa para no darle importancia a lo que teníamos, que mi familia era lo único que debía importarme y que suficiente que le pusimos el nombre a Alexander por ti. Me dolió tanto Alex, que no podía seguir allí...no había una pizca de mentira en lo que me decía y eso me hacía sentirme más indefenso como si pudiese quebrarme a llorar así sin más. Me subí al automóvil y manejé hasta un bar donde comencé a escribirte las primeras dos líneas de esta carta hasta que finalmente, me largué a llorar.

Necesitaba decírtelo Alex, o dejarlo ir. Quizá es verdad y escribirte es solo una idea para sentir que no me dejaste después de todos estos años. Siempre me gustó imaginar que lo que compartimos es algo así como una canción...solo espero que nunca se termine.

Con amor,

James.

Una canción para Alex - II libro de Más allá de la realidadTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon