Capitulo 11

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 A pesar de la sensación que la conversación con Ahna me había hecho sentir, la opción de no volver a la casa de los Bieber fue muy atractiva al día siguiente. La opción seguía siendo atractiva todo el camino entero hasta allí. La razón por la que volví era sencilla: tenía que ver a Justin. Tenía que hacerlo. Nunca hubiera podido vivir conmigo misma si no hubiera sabido lo que pasó. ¿Ya habría sacado a patadas a la Criatura? ¿Se había ido por su cuenta? En silencio oré para que cualquiera de las dos se haya hecho realidad.

Salí de mi coche y tímidamente empujé un mechón de cabello detrás de mi oreja. Mi estómago estaba haciendo piruetas y mi corazón estaba acelerado; los rápidos latidos llenaban mis oídos. Respiré profundo y comencé a subir las escaleras, pero me congelé en el segundo escalón. Por un instante, pensé que iba a perder mi desayuno, y luego la sensación se había ido. Enderecé mis hombros y continué mi camino hacia arriba.

Podía oír su voz.

—Oh, Mick —se quejaba La Criatura—. No sé...

Entré y la vi en el estudio. Estaba de espaldas a mí y tenía su teléfono celular presionado contra su oreja. Cuando se volvió para caminar hacia el sofá, me aplasté contra la pared. Rápidamente miré alrededor y me sentí aliviada al ver que ninguno de los Bieber estaba alrededor de mí siendo testigo de una espía patética.

Esforcé mis oídos cuando ella continuó. —¿De verdad lo crees? —hizo una pausa cuando la persona en el teléfono −Mick− respondía—. Pero él dijo, ―tratemos de ser amigos‖. ¡Amigos!

Mi corazón dio un sobresalto; ¡él no estaba saliendo con ella! El momento fue de corta duración, cuando la oí decir: —Haríamos un gran titular. Quiero decir, ¡Dios sabe que él podría haber modelado! Y, con él, siendo ciego... —hizo una pausa—. Tienes razón, una portada en People —hizo una pausa—. Bueno, su mamá todavía me adora... Sí. ¡Pero, esa chica de la que te decía, tú la aborrecerías!

Salté un pie en el aire y repetí su grito. Estaba tan concentrada en escucharla, que no me había dado cuenta que su voz estaba cada vez más cerca. Nos quedamos boquiabiertas la una a la otra por un momento y luego cerró su teléfono bruscamente. Sus ojos de gato brillaban hacia mí en la luz y sus labios formaron una línea delgada. —Mi equipaje estaba en la tierra.

Levanté las cejas inocentemente. —Oh, debe haberse caído. —Así como tu cerebro.

—Seguro —sus ojos brillaban en los míos—. Escucha, no sé lo que piensas que escuchaste...

—Sé lo que escuché —la interrumpí—. Tú quieres usarlo.

—Escucha —tomó un significativo paso adelante y me di cuenta, con consternación, que estaba siendo presionada contra la pared—, estaba aquí antes que tú. No sé qué tipo de relación piensas que tienes con Justin, pero él es mío.

—¿Disculpa? —Jadeé.

La Criatura se inclinó sobre mí, diciendo con firmeza. —Esta cosa de amigos es sólo para fingir. Conozco a Justin; tenemos historia. Podría ser famoso, si está conmigo. El Marido Ciego de Lexus Elizabeth Carlton. Así es como las cosas deberían ser. Incluso su madre lo piensa así.

—Genial, otra Kristy. —Murmuré, sin romper el contacto visual.

—¿Qué? —gritó ella—. ¡No soy de Clarence! ¡Fui tutelada! ¡Ni siquiera estoy en la liga con esas chicas de Clarence! —ella vio mi expresión de sorpresa—. Eso es correcto. Sé sobre cada una de las novias anteriores de Justin y déjame decirte, esas zorras Clarecienses son patéticas. Son tan patéticas, que incluso nunca han soñado con pasar tiempo a solas en la cabaña de los Bieber con Justin. Entiendes, ahora, ¿no? —parecía estar disfrutando la forma en que mis ojos se estaban saliendo fuera de mi cabeza—. Yo soy la clase de chica que le gusta a Justin. No —me evaluó—, lo que sea que te crees que eres.

His Eyes - Justin Bieber y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora