Capitulo 3

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Este es Sting, cuando estaba en la banda The Police, en los años 70. Ya sabes, ¿Roxanne, Every Breath You Take? Y luego se lanzó como solista en los 80... —Miré a ver si Justin estaba escuchando, pero sus manos estaban ocupadas inspeccionando mi coche. Se detuvo, probablemente dándose cuenta del estado realmente lamentable, de la profunda espuma desgarrada de su asiento. Era una herida de guerra que un poste de un espantapájaros que mi mamá impulsivamente quiso liberar le había hecho. En serio.

Cuando mi Camry voló sobre un bache, Justin se apoyó contra la puerta.

Yo me reí. —Vamos, te has montado en un coche antes.

—Este no es un coche —refunfuñó—. Así es como uno se siente cuando Chris rueda escaleras abajo sus Hot Wheels.

—Ah, ¿sí? Bueno, ¿qué tipo de coche tienes?

Eh, probablemente no era una buena pregunta, me di cuenta después de que las palabras habían salido de mi boca.

—Que genial terapeuta eres. —Dijo con sarcasmo. Vi cómo su rostro se oprimió y me preguntaba si lo había empujado demasiado.

Sin esperar otra respuesta, volví a mirar a la carretera y me sorprendí cuando dijo en voz baja. —Un Mercedes-Benz Cabriolet.

No tenía ni idea de lo que era, pero igual sonaba caro. Solté: —Debe ser agradable.

Sacudió la cabeza y replicó: —Ni siquiera lo conoces.

—Hey, no tenía la intención de... —Empecé, pero Justin se volvió hacia la ventana.

Sintiéndome incómoda con la música, apagué a Sting y viajamos en un silencio incómodo. No demasiado pronto, vi un gran cartel que se cernía sobre una colina. En grandes y cursivas letras, proclamaba: Establos Legacy. La carretera estaba llena de árboles y daban paso a acres de exuberante vegetación. La hierba estaba bloqueada por vallas de madera blanca y rodeada de caminos de viruta de madera. Más allá de todo esto, los establos de color azul pálido se dibujaban contra el cielo.

Entré en el aparcamiento y apagué el motor. Mientras me quitaba mi cinturón de seguridad, sentí la atención de Justin en mí. Empujé un mechón de pelo detrás de mi oreja mientras preguntaba: —¿Dónde estamos?

Dudé y luego lo solté: —En Establos Legacy.

Se volvió hacia mí y juro que me estaba viendo. Dijo fríamente: —No.

Miré alrededor del estacionamiento. Sólo había otros dos coches. Crucé mis dedos y mentí. —Oye, no hay nadie aquí. Sólo vamos a pretender que es un parque y nos sentamos en la hierba o algo así.

Justin frunció el ceño, incrédulo. —¿Nadie? ¿En un domingo?

Hice una mueca, pero ¿cómo iba a saber la diferencia?

—Nop.

Mientras él salía de mi coche, me apresuré a su alrededor y me paré frente a él. — Espera —al escuchar mi voz, Justin ajustó sus pasos para no caminar hacia mí. Una vez más, me coloqué delante de él y esta vez presioné mi mano contra su pecho. Saltó al contacto y se detuvo, como esperaba que hiciera. Le dije—: Oye, tenemos que resolver esto. Quiero decir, es práctico para ti que me utilices; puedo verlo y tú no puedes.

Entendiéndome, Justin se cruzó de brazos. —No pienso sostener tu mano.

Rodé mis ojos. Quería gritar ¡Sí, bueno, no estoy atraída por ti tampoco! En cambio, espeté: —¿Puedes soportar agarrar mi brazo?

Me pareció ver una breve sonrisa en sus labios. —Muy bien.

Hice mi brazo en forma de L y le agarre la mano extendida. Su mano se sintió caliente cuando sus dedos se envolvieron alrededor de mi bícep izquierdo, ligeramente por encima de mi codo. Agradecida de que no podía ver mi cara roja, di un paso hacia adelante. Hubo un momento incómodo cuando su brazo se sacudió en mi movimiento; luego nos emparejamos a un mismo ritmo. Pero, oh me sentía extraña. ¿Qué tipo de chica tenía a un tipo sosteniendo su brazo? Honestamente.

His Eyes - Justin Bieber y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora