Caminamos por el estacionamiento y por la hierba. Me desvié de la acera que conducía a los establos y me fui paralelo a una cerca blanca, subiendo por una suave pendiente. Me detuve en la parte superior de la pequeña colina, que dominaba una amplia pradera. Justin quitó su mano de mi brazo y me dejé caer sobre la hierba. Vaciló antes de dejarse caer junto a mí.

Yací en mi espalda y suspiré mientras miraba hacia el cielo azul. El sol había decidido salir, después de todo. —Esto es agradable.

Justin se incorporó sobre sus codos. —Es mejor que mi habitación, lo reconozco.

Me di la vuelta a un costado, para estar frente a él. Alentada por su tono relajado, dije: —Sabes, he oído a tu hermano describiéndome. No hizo un buen trabajo.

Dio una breve carcajada. —Así que, descríbete a ti misma.

No había nada que odiara más que hablar de mí misma. —Uff, no.

—Bueno, algunas personas no pueden. —Justin asintió con la cabeza con aire de suficiencia.

Lo fulminé con la mirada. —Bueno, me voy a describir: Soy una chica. Allí tienes. Tu turno.

—Vamos a ver... Era el campeón de salto de obstáculos. Tenía la vida que todos querían. Pero lo perdí todo, pieza por pieza, y ahora incluso mis viejos amigos no me llaman porque soy un perdedor.

Tal vez esa era una mala pregunta.

—Oh. Uhm, tu familia parece agradable —le dije—. Bueno, no he conocido a tu papá.

Justin empujó sus gafas de sol hacia arriba en su nariz y simplemente dijo: —Tal vez porque murió el año pasado.

Yo: 0 Justin: 2.

Mi mente estaba en blanco por lo que ricé mis dedos en la hierba.

—Yo... yo, lo siento.

El silencio, mi archi enemigo, regresó. Bailaba alrededor, haciendo muecas hacia mí, hasta que me sentí completamente incómoda. De repente, oí los sonidos de cascos acercándose y mi corazón empezó a latir con ellos. Vi la cara de Justin ponerse pálida con el entendimiento. Se volvió hacia mí, su voz estaba tensa. — ¡Tienes que ocultarme!

Di un grito ahogado. —¿Qué?

—¡Cúbreme!

Cuando me congelé en confusión, su mano agarró mi brazo y me empujó toscamente encima de él. Me cortó la respiración y tensé mis manos contra el suelo justo a tiempo para evitar que mi cabeza chocara con la suya. Porque estaba a escasos centímetros por encima de él, mi cabello caía en cascada hacia abajo alrededor de su rostro. Pude ver el pánico de mis ojos reflejados en sus lentes oscuros.

Oí al caballo parar cerca de la cerca de abajo. El jinete, obviamente mirándonos, murmuró algo como: —Búsquense una habitación —y luego gritó—: ¡Oye, esto es propiedad privada! ¡Pueden hacerlo en otro lugar!

Sentí que Justin despachó a la persona y, después de un momento de tensión, el golpeteo del casco retrocedió. El aliento caliente de Justin rozaba mi piel. Olía como una mezcla embriagadora de canela y sándalo. Un extraño temblor recorrió mi espina dorsal y caí en cuenta de lo cerca que mi rostro estaba del suyo. Luego me quedé sin aliento cuando me empujó fuera de él y mi espalda golpeó el suelo.

Él gruñó. —¡Eso seguramente no parecía como nadie! Esa era Kristy Whitton. A ella le encantará, nada mejor que antes del ensayo, decirle a todos sus pequeños amigos en Clarence cómo me encontró: ―¡Realmente es ciego! ¡Incluso estaba siendo conducido por los alrededores por una chica!‖

His Eyes - Justin Bieber y tuWhere stories live. Discover now