-¿Ir a dónde?

-Esta mañana me prometiste una cena romántica en algún lujoso restaurante de la ciudad. No te atrevas a decirme que lo olvidaste.

-No, cariño.- dijo Lauren, golpeándose mentalmente por haber olvidado que tenía un compromiso importante. –Estaba rectificando con el restaurante que todo esté listo. Podemos irnos ya.

-Perfecto, ve a arreglarte entonces, yo ya estoy lista.

Lauren corrió rápidamente a ponerse algo decente, tratando de idear un plan para que su novia no creyera que había olvidado.

Rato después, Lauren la llevó a un restaurante elegante que alguna vez había visto por ahí, y creyó que tal vez no era una mala idea así que aparcaron y al entrar a la recepción la ojiverde le pidió a Keana que esperara en los sillones de la entrada. Lauren intentó sobornar a la recepcionista, pero no había mucho que ésta pudiera hacer.

-Vamos, esa mesa de allá está vacía y es la más elegante de todas, por favor.- insistió el ángel, extendiendo un billete de cien dólares hacia la joven que atendía en la entrada.

-Señorita, esa mesa está aparatada ya, por eso está tan arreglada.

-Serán sólo un par de minutos, se lo suplico.

-No puedo ofrecerle una mesa sin reservación, señorita.

"¿Dónde están Vero y sus poderes de hipnosis cuando los necesitas?" pensó un tanto irritada.

-Podría darle el triple de lo que le ofrezco ahora, por favor.- insistió Lauren.

La oferta era tentadora y por supuesto que la recepcionista aceptó, pero la única mesa que podía proporcionarle era una no tan elegante con una perfecta vista hacia aquella mesa más elegante que se encontraba un poco más alejada.

La pareja se sentó y ordenaron, Keana repitiendo a Lauren lo buena novia que era al haberla llevado a un restaurante exclusivo sólo porque la amaba.

Sin embargo, Lauren lo hacía para no quedar mal.

Pasaron los minutos y las chicas ya se encontraban en espera del plato fuerte cuando Lauren pudo visualizar a alguien tomando asiento en la dichosa mesa elegante.

Un chico con una rosa en la mano, vestido de elegantemente de traje y con una pequeña caja de terciopelo color negro.

Era nada más y nada menos que Shawn Mendes, y Lauren sólo podía pensar lo peor.

Ella lo observó detenidamente durante el resto de la cena mientras fingía escuchar lo que decía su novia acerca de lo buena que era la comida ahí.

El tiempo pasó, no fueron más de un par de minutos cuando alguien se acercó a la mesa de Shawn. Lauren creyó que el simple hecho de ver llegar al amor de su vida iba a doler, pero sorpresivamente no era Camila quien acababa de llegar.

Nuevamente, Lauren ocupó sus habilidades de ángel para escuchar con atención la conversación.

-Lamento llegar tarde.- se disculpó aquel chico que acompañaba a Shawn en esa velada.

Cameron.

-No llegaste tarde, yo llegué antes.- se levantó Shawn a abrazarlo para después entregarle la rosa.

Lauren no entendía la interacción.

-¿Pedirás algo o...?

-Ya ordené, pero adelante Cameron, lo que desees.- insistió Shawn, recibiendo una sonrisa de medio lado por parte del otro chico.

-Entonces... ¿Por qué estamos aquí?- preguntó Cameron.

-Oh sí... Yo... Es mejor hacerlo ahora, no puedo esperar.

-¿Qué sucede, Shawn?

-Yo...- tartamudeo un poco, tomó la cajita de terciopelo y la acercó hacia Cameron listo para abrirla frente a él. –Yo quería...

Pero Lauren no pudo terminar de escuchar, pues fue interrumpida por Keana.

-Lauren, pedí la cuenta. Es tarde y quiero irme ya.

-Sí, claro.- respondió la ojiverde restándole importancia.

En ese momento llegó la cuenta y las pareja tuvo que irse debido al cansancio de la chica con enorme parecido a Camila.

Lo último que Lauren escuchó de la conversación de los otros dos chicos fue.

-Sí, me gustan.

-Me alegra.- contestó Shawn. –Yo los hice con un poco de ayuda.

¿Sería acaso posible que ambos chicos estuvieran teniendo algo en secreto?

Lauren estuvo a punto de deducir lo que estaba ocurriendo, pero un diálogo más se atravesó.

-Sabes que Camila no es buena en las manualidades, pero definitivamente fue de mucha ayuda para esto.

-Ella es asombrosa. Me gustaría tener a alguien como ella en mi vida. Es decir, de la forma en la que ustedes dos se tienen el uno al otro- comentó Cameron.

Fue así como la ojiverde descartó la idea, pero una parte muy dentro de ella sabía que lo que acababa de ver, a pesar de lo que escuchó antes, definitivamente lucía como una cita.

What About Angels? (Camren)Where stories live. Discover now