|Narrado|

2.1K 132 12
                                    


—Nosotros nos vamos, hemos quedado con Derek y Peter. —anuncia Malia, poniéndose su abrigo. Yo me coloco a su lado, mientras que Kira y Scott se miran con una sonrisa cómplice.

—Esta bien. ¿A que hora vendréis?—pregunta Scott.

—Tranquilos, os da tiempo a hacer el Kamasutra entero.—le contesto, y Malia se ríe. Kira se sonroja y Scott baja la cabeza. He acertado, ¡bingo!

—Pasarlo bien, chicos. —se despide Malia, y salimos por la puerta. 

Según vamos caminando, noto mi nariz congelada, al igual que todo mi cuerpo. ¿Como puede hacer tanto frío en Beacon Hills? Miro a Malia, y veo que ella esta bien, no parece tener tanto frío como yo. Cosas de mujer coyote, supongo.

—¿Como estas con Peter? Quiero decir, vuestra relación.

—Oh, si, genial.—responde ella, agachando la cabeza. Eso quiere decir que no. Elevo la ceja y le digo:

—Ahora enserio.

—Supongo que bien.—suspira pesadamente.—Es extraño. Todavía no logro acostumbrarme a que Peter sea mi padre. Es decir, en algunos aspectos se parece tanto a mi, me logra comprender, e incluso algunas veces me ayuda. Pero... no puedo no pensar a cuanto gente ha matado, o a cuanta gente ha hecho sufrir cada vez que lo miro. Y lo peor de todo, es que entre esas personas, estáis mis amigos.—se sincera, y me mira unos segundos, y aparta la mirada.

—Lo se, se que es incomodo. Pero, Malia, le estás haciendo cambiar.

Ella solo asiente, y seguimos caminando. 

—Algunas veces pienso que puede que mi futuro sea el mismo que el de Peter; matar a gente.—susurra Malia, con la mirada perdida al frente. Noto como se me encoje el corazón. Malia nunca expresa sus sentimientos. Y menos, sobre Peter. Nunca habla sobre el, ni si quiera cuando descubrió que el era su padre. Se enfadó, obviamente, y luego no volvió a tocar el tema. Y ahora se esta abriendo, conmigo. (Soy consciente de lo mal que suena esto.)

—Malia, no tienes porque ser como Peter. Cada uno es diferente, y da igual como sean tus padres. No mataras a nadie inocente, Malia. 

—¿Seguro? Mira mis ojos, Stiles.—me dice, y se para, y en un pestañeo veo el color azul eléctrico de sus ojos. Y tan rápido como los veo, tan rápido desaparecen. —Ellos no dicen lo mismo; ya lo he hecho.

 —Ellos no dicen lo mismo; ya lo he hecho

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Malia, en ese momento eras un coyote. No compares las situaciones, ¿esta bien?—le digo, y ella simplemente asiente. No puedo hacer nada. Se que ella no cambiara su forma de pensar por mi, ni por nadie. Baja su cabeza, y yo, le paso el brazo por sus hombros. Ella sonrie débilmente, agradeciéndome mi compañía. 

Nuestros pasos van al compás, y vamos en silencio. No es incómodo, al contrario. Pero es interrumpido por una canción, que proviene del bolsillo del abrigo de la mujer coyote. Nos apartamos, y Malia susurra "un momento". Yo aparto mi brazo de su hombro, y lo dejo caer en mi costado. El estribillo de Colors sigo sonando, hasta que, por fin, Malia lo coge.

Lo que nunca te dije. {Stiles Stilinski}Where stories live. Discover now