SARADA ES MÍA

Capítulo 8

SASUKE POV'S

Ella ofreció borrarnos la memoria, ¡como si fuese lo correcto! 

Lo correcto era que nosotros hiciéramos la familia que éramos. «¿Por qué se complicaba tanto la vida?» De todas formas Sarada sabía bien que Sakura no era su madre y a ella ya la amaba completamente, de otra forma no habría hecho todo lo que pudo porque ella no dejara Konoha.

—No puedes estar hablando en serio —reclamé.

—¿Por qué no? —preguntó—, de esta forma ustedes seguirán como hasta ahora. Su vida volverá a una normalidad sin darse cuenta que salieron de ella.

¡Lo decía tan calmada! no la recordaba tan cínica.

—Pero las cosas como hasta ahora no eran nada buenas —señalé—, no sé si te diste cuenta, pero Sakura y yo estamos separados, y Sarada..., bueno, con ella apenas las cosas están mejorando, no puedes quitarnos este avance, ni a los niños —expliqué desesperado, pero ella no parecía querer ceder, así que usé mi último recurso—. Airam yo te amo, aún te amo.

La cara de Airam se transformó en un poema, solo me miraba sorprendida y cuando al fin digirió lo que dije parpadeó un par de veces mirando al piso.

—Si crees que eso cambia algo te equivocas —dijo después de carraspear y aún sin mirarme—, eso solo me hace querer estar lejos más pronto. No cambiaré de opinión, Sasuke. No le quitaré el hombre a la mujer que le debo tanto, incluso te regalaría para siempre a la perra de Karin si hubiesen hecho bien las cosas; y no le haré esto a Sarada, no la dejaré sin padre.

—No la dejarás sin padre, ella siempre será mi hija... —intenté explicar pero me  interrumpió.

—No puedo hacerle eso —repitió incluso negando con la cabeza. 

—¿Prefieres abandonarla de nuevo? —pregunté captando toda su atención—. Ella te ama —dije algo que quizá ya se había dado cuenta, pero que quizá no se atrevía a creer—, nunca la vi esforzarse tanto por algo. Ella vino a hablar con Naruto solo para que te quedes en la aldea.

—Esto es por los niños y por ti —excusó Airam—, dijo que nunca habías sido tan cariñoso con ella como ahora, dijo que si me iba ella iba a perder ese papá que ahora tenía, dijo que no quería volver al punto donde la ignorabas, que quería que la miraras con cariño y le trataras con amor. Esto no es por mí, es por ti, porque eres un imbécil que no solo no supo amar a su hija, sino que no supo ocultar que no la amaba.

Sus palabras eran un poco ciertas pero, aunque yo no sabía demostrarle amor sí amaba a mi hija. 

Aunque lo cierto era que ella no debió dejarnos a Sarada. Karin y yo no éramos más que un par de idiotas egoístas. 

Pobre de mí hija, ella había sufrido tantos abandonos que estaba decidido a no dejar ir a Airam, no permitiría que ella la dejara atrás de nuevo, no con lo mucho que ambas se querían y con todo el bien que tenerlas juntas me hacía.

—De acuerdo —dije y respiré profundo para tomar el valor de decir y hacer eso que ella parecía pedir—, volveré con Sakura y haré la familia que quieres para Sarada si no te vas de aquí. —Ella me miró confundida y con el ceño fruncido—. ¿Es lo que querías no? —pregunté pero no contestó, solo me miró como reprochándome. 

Parecía que no quería eso que tanto había pedido.

—¿Yo me quedo? —preguntó y asentí—. ¿Y qué le vas a decir a Sakura de los trillizos?, ¿le dirás que fui tu amante y tuvimos hijos y que, para que no estuviera lejos, me trajiste aquí pero no estarás conmigo sino con ella?

—¿Entonces qué quieres? —pregunté con cansancio, parecía que su única opción era irse.

—Irme —dijo.

—No puedes —alegué—, no le arrebatarás su familia a mi hija. Además, por Sakura no tienes que preocuparte. Le diré la verdad, le diré quién eres y que te amo, además le diré que tú no quieres estar cerca de mí, que te mantendrás al margen por Sarada.

—Eres un estúpido —dijo—. El punto era no lastimarla, no decirle que fingirás ser una familia feliz con ella con tal de tenerme cerca. Además, no puedes decirle que soy la mamá de Sarada, eso la hará sentirse amenazada. ¿Y si cree que quiero recuperarla? 

—¡Deberías intentar recuperarla! —grité.

—Oh sí —ironizó la morena de cabellos oscuros—, deja voy a decirle: oye Sarada, sabes qué, Sakura no es tu mamá, la verdad es que cuando naciste fui una maldita cobarde que, creyendo podría protegerte teniéndote lejos, te entregó al imbécil de tu padre y la estúpida de su hermana Karin, que después te abandonó con tu padre y luego este te abandonó con una desconocida que lo amaba, pero vine porque quiero que seamos una familia feliz juntos... imbécil.

Airam terminó con la voz quebrada y sus ojos a punto de las lágrimas.

»No puedo hacer eso —reiteró después de respirar profundo y recuperar un poco de serenidad—, no puedo venir a cambiar su vida y esperar que no me odie, no puedo aceptar su odio, no puedo hacerle más daño —dijo volviendo a llorar. 

Era cierto eso, decirle la verdad cambiaría la vida de Sarada, aunque solo a partir de la mitad de lo que dijo, pues Sarada ya sabía que Sakura no era su mamá.

—Airam —hablé sentándome en el sofá a un lado de donde ella estaba después de sentirla más tranquila— sé que quieres lo mejor para nuestra hija, y sé que por ella harías lo que fuera, incluso renunciar a ella, pero Sarada te necesita, y a los niños. Además ella necesita al Sasuke que soy cuando te tengo cerca. Sé que quizá es injusto para Sakura y para ti, pero ambas aman a Sarada, tendrán que hacerlo si quieren que ella sea feliz. 

Airam suspiró.

—¿Qué le vas a decir a Sakura? —preguntó- 

—La verdad —respondí.

Yo estaba convencido de que la verdad era la mejor opción, aunque a ella no parecía parecerle.

»Sakura va a entenderlo —aseguré—. Ella ama a Sarada, por ella me ha aguantado tanto desplante, por ella aguantará que estés cerca, más si le dejo bien claro que solo serás la madre de sus hermanos, no su mamá, ni mi mujer.

—De acuerdo —susurró la mujer que yo amaba limpiando su cara, preparándose para volver a esa casa donde nuestros cuatro hijos aguardaban. 

Yo también me dispuse a prepararme, pues yo debía hablar con Sakura para explicar lo que pasaba y lo que en adelante pasaría.

Continúa...