Bring me to life

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How can you see into my eyes like open doors?

~ Bring me to life

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Lydia se levantó del sofá y subió las escaleras que la conducían a su habitación. Apenas había estado abajo veinte minutos, pero después de lo que había pasado solo se sentía a gusto y cómoda en su cuarto. Su madre no dijo nada cuando abandonó el comedor, más que nada porque no sabía cómo actuar con su hija después de lo que había vivido encerrada en Eichen House.

Nada más entrar en su habitación y cerrar la puerta tras de sí, se tumbó en su cama y cerró los ojos. Quería tratar de conciliar aunque fuera un poco de merecido sueño, ya que los días anteriores apenas había dormido nada, y su estado catatónico en Eichen tampoco es que se lo hubiera permitido. Dio vueltas en la cama, intentando encontrar una posición aceptablemente cómoda, pero no lo consiguió. Resignada, se quedó quieta boca arriba y esperó hasta que el sueño se apoderó de ella.

Sin embargo, la calma no duró mucho. En seguida llegaron las pesadillas, que la acechaban prácticamente cada noche desde que había entrado en ese manicomio. Valack inclinado sobre la cama donde la tenía atada, obligándola a revelarle los secretos de sus amigos, queriendo sacarle una información que ni ella misma sabía. Ese hombre casi la mata agudizando su poder, llevándola hasta el extremo que sus capacidades de banshee le permitían. Cada noche lo mismo. Era como si, aunque físicamente ya no estuviera allí, siguiera en Eichen House.

Lydia se despertó con un leve chillido ahogado, sudando y con los ojos llorosos. Se apartó el pelo de la cara e intentó pensar con un poco de claridad. Últimamente eso le resultaba muy difícil. Tras sopesar la idea de si volver a bajar con su madre para, al menos, no estar sola, decidió que prefería la compañía de otra persona en concreto; Stiles. Sacó el móvil para enviarle un mensaje.

Hola, ¿estás haciendo algo? Si puedes... ¿te pasarías por mi casa en un rato?

No quería sonar muy exigente, ya que no es lo que pretendía. No quería que Stiles sintiera que debía ir a verla porque era su responsabilidad o su carga. Así es como se veía ella misma; como una carga para los demás. Pero ahora no creía poder aguantar mucho rato más sola sin ahogarse en los terribles recuerdos que Eichen había grabado en su alma.

Justo iba a a presionar la tecla de enviar, cuando escuchó unos golpes en la puerta. Alzó la vista del móvil y suspiró.

-Ahora no, mamá.

Los toques se repitieron, así que dejó el móvil sobre la mesita de noche que tenía al lado y se levantó de la cama. Se pasó una mano por el pelo antes de abrir la puerta.

-Mamá, ya te he dicho... -empezó, pero se tuvo que callar de golpe.

Para su sorpresa, ante ella estaba nada menos que Stiles. La mente de Lydia fue rápidamente al mensaje que le acababa de escribir y que no había llegado a enviar. Era increíble cómo había aparecido en su casa cuando más lo necesitaba sin que ella hubiese tenido que pedírselo.

-Tu madre me ha dejado entrar... -dijo Stiles un poco cortado al pensar que se había equivocado y en realidad Lydia no quería ver a nadie.

En vez de contestar, Lydia se lanzó a sus brazos y le rodeó el cuello en un abrazo, enterrando la cara en su hombro. Soltó pequeñas lágrimas que mojaron la camiseta de Stiles y su cuerpo se sacudió un poco contra el del chico. Stiles depositó una mano sobre su cabeza y la otra sobre la parte baja de su espalda mientras le susurraba:

-Eh, tranquila, shh, tranquila, estoy aquí... -Lydia se aferró con más fuerza a él, como si no quisiera soltarlo, así que Stiles se apartó un poco tras unos segundos y puso ambas manos sobre las mejillas húmedas de ella. -Lyds, mírame. Ya estoy aquí, no pasa nada.

Stydia Oneshots <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora