Stydia Oneshots <3

Before October's gone

I listen to your voicemail from last September and I bet that you don't remember leaving it
But it's all I got, my last piece of you.

~ Before October's gone

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Lydia llegó a casa y, tras cerrar la puerta principal de un portazo tras de sí, subió a su cuarto y se tumbó en la cama.

Había tenido ganas de llorar durante todo el día, pero se había contenido de hacerlo por haber estado rodeada de sus amigos en todo momento. Ahora, sin embargo, se encontraba sola en su habitación, así que ya nada le impedía que las lágrimas cayeran silenciosamente por sus mejillas.

Todo era su culpa. Si no hubiera estado tan cegada por su popularidad y lo que pensaran de ella, todo habría sido diferente. Si hubiera sabido apreciar lo que tenía delante cuando tuvo la oportunidad, ahora no estaría llorando por todo esto.

Jamás pensó que alguna vez le pasaría algo así, pero la realidad era que, desde hacía unos meses, no soportaba mirarlo a la cara y saber que estaba tan cerca pero a la vez tan lejos de él. El chico ya no tenía ojos para ella; ahora esos ojos eran para otra persona.

Sentía una especie de dolor en el estómago, como si la estuvieran apuñalando por dentro, cuando lo veía alejarse de la mano de la chica. Lo peor era saber que ella podría haber sido esa chica si hubiera abierto los ojos antes.

Porque, efectivamente, Lydia Martin estaba perdidamente enamorada de Stiles Stilinski. No podría decir exactamente cuándo empezó a sentir mariposas en el estómago al estar cerca de él, o cuándo empezó a desear que llegara un nuevo día para poder verlo en el instituto. Solo sabía que un sentimiento más poderoso de lo que jamás hubiera imaginado se había hecho con ella, un sentimiento que no la dejaba dormir por las noches imaginando su sonrisa, sus ojos color miel, su pelo despeinado y sus lunares del rostro.

Lydia sabía que Stiles había sentido algo por ella desde hacía mucho tiempo, pero nunca le había dado demasiada importancia. Nunca lo había visto como algo más que a un amigo hasta que fue demasiado tarde. Ahora seguían siendo amigos, claro, pero Lydia no sabía si sería capaz de soportar verlo cada día con Malia.

Al principio pensó que se le pasaría en algún momento; esos sentimientos no podían durar siempre. Supuso que se debían a que poco a poco su amistad se había ido consolidando y cada vez eran más cercanos. A Lydia le tranquilizaba saber que Stiles siempre se preocuparía por ella. También ella le dejó claro al chico que siempre estaría ahí cuando él la necesitara. En algún momento durante esos meses, los sentimientos habían nacido en ella, y ahora Lydia estaba aterrada.

No sabía cómo actuar delante de él sin sonar borde, así que había optado por evitarlo a lo largo de las últimas semanas. Eso hacía que sintiera que estaba faltando a su promesa de estar siempre ahí para él, pero él también había dejado de pasar tanto tiempo con ella para pasarlo con su nueva novia.

Y eso le dolía. Más de lo que nunca llegaría a admitir. Quería echarle la culpa a Stiles, pero en el fondo sabía que todo era debido a ella y a su incapacidad de ver más allá de lo que tenía delante.

Sin ninguna duda, Stiles se había cansado de esperarla durante tanto tiempo y, finalmente, había pasado página para seguir adelante con otra persona. No, Lydia no podía culpar a nadie más que a ella misma.

Después de llorar durante media hora, decidió levantarse de la cama y ponerse a estudiar. Quizás así dejaba de pensar en Stiles aunque fuera por un rato.

Abrió el libro de Matemáticas y pasó las hojas hasta que algo llamó su atención y se detuvo a contemplarlo. En una de las esquinas de una página había un dibujo pintado hacía poco más de dos meses. Lydia recordaba perfectamente el momento en que Stiles, aburrido a más no poder en clase, había cogido un lápiz y empezado a dibujar cosas sin sentido en el libro de la chica. Ella se había hecho la ofendida porque estaba ensuciando su libro, pero en ningún momento pudo ocultar su sonrisa.