Epílogo.

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Al llegar a la base inmediatamente todos los agentes comenzaron a abrazar a Christian y dejarle saber que lo habían extrañado, de pronto comenzaron a cargarlo entre varios y llevarlo como un rey, todo fue felicidad hasta que se dieron cuenta que Christian seguía en sus bóxers del capitán América, en un instante lo bajaron y él salió disparado -a donde va?- le pregunte a mi papá, cabe destacar que se siente raro decirle papa, pero eso es lo que es, mi papa ¿cierto? -Seguro fue a vestirse, espero que tenga 5 dedos de frente y tome una ducha antes, y tu deberías hacer lo mismo, luego come algo y descansa, lo necesitas y mereces- me dio un beso en la frente y supe que esto era lo que le hacia falta a mi aburrida vida.

Comencé a caminar hasta el gimnasio cuando A.J paso corriendo como alma que lleva el diablo por mi lado, cuando de pronto escucho el peculiar sonido que hacen unos Valentinos en el suelo de mármol -¿A donde va A.J con tanta prisa Astrid?- ella paso de largo mientras me respondía -Ya se entero lo que hacia Christian con la hija del diablo- ahora comprendía porque Christian también se había ido corriendo. Yo seguí caminando lenta y tranquilamente cuando una gruesa voz me saco de mis pensamientos

-¿por que tan pensativa?-

-Yo siempre estoy pensando.

-¿y en que piensas? ¿En mi?-

-Ni en tus sueños mas salvajes Santiago- dije mientras me sonreía pícaramente, comencé a acelerar el paso y el copio mi acción, de pronto yo también estaba corriendo con Santiago detrás, pero esta vez ambos estábamos riéndonos, parecíamos unos niños, pero, ¿a quien le importa? ¿Quien ha visto personas "serias y maduras" felices? Llegue a la puerta de mi habitación y me encerré en ella, de pronto escuche a Santiago decir -De mi no te salvaras niña rata- por como sonaba su voz deduje que estaba con la frente pegada a la grande y gruesa puerta de metal, yo pegue la mía igual y le respondí -Yo no quiero salvarme- pude escuchar una leve sonrisa y luego sus pasos alejándose de mi puerta, no pude evitar sonreírme como una estúpida, tome mi ipod y las cornetas, conecte todo y deje que The 1975 inundara el pequeño baño que tenia mi habitación, comencé a cantar mientras lavaba mi cabello y a estas alturas no me importaba que me escucharan, estaba feliz y eso era lo importante, estaba feliz porque por fin Christian estaba con nosotros y porque a pesar de todo, se que Santiago siente algo por mi.

Salí de mi habitación y lo que me encontré fue una escena muy familiar, casi un dejavu, Christian y A.J estaban guindados de cabeza del techo del gimnasio, mientras Astrid estaba sentada en una silla tomando jugo de naranja

-¿Y ahora que sucedió aquí?- pregunte Sin poder dejar de reírme.

-Ambos me tenían al borde querida, y tu amado hermanito se quedara mas tiempo por lo que hizo con la hija del diablo- dijo tomando un poco de jugo, el cual presiento no tiene azúcar.

-YA TE PEDI QUE ME DISCULPES, A TI Y A A,J- decía Christian mientras se movía tratando de zafarse de los nudos especiales de Astrid -SKYLER AYUDAME!!- gritaba, yo me limite a reírme y solo decirle -uno tiene que hacerse responsable de sus acciones- A.J estaba muy tranquilo jugando con su psp, estaba acostumbrado a su hermana melliza y Astrid sabia que el no se escaparía así que le había dejado las manos libres para que jugara. -Oye Astrid ¿no se les ira la sangre al cerebro?- pregunto tranquilamente -¿Cual cerebro querida?- yo me limite a reírme mientras me dirigía al laboratorio.

Como era de costumbre al entrar polarice los vidrios ya que detestaba que me vieran desde afuera, era mi espacio y necesitaba privacidad. Tome el borrador de pizarra, comencé a borrar todo, quite todas las imágenes pegadas y mi pizarra quedo blanca de nuevo, fui hasta mi calendario, tome un marcador y encerré este día con rojo, para saber que era el día que habíamos encontrado a Christian, habíamos encontrado a Christian y no gracias a mi, -soy un fracaso- dije mientras caía sentada en el piso con la cabeza gacha -No cariño, no lo eres, gracias a ti fue que pudimos actuar y tener un plan B, gracias a tu terquedad característica de los Jhonson- dijo papá mientras entraba al laboratorio, cerro la puerta y se sentó junto a mi a ver la pizarra

Espía improvisada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora