Cielo De Amor

Capítulo 40 [Final]

Quizás suene un poco egocéntrica, algo que es bastante raro en mi pero me veían HER-MO-SA literalmente. Era la primera vez que me miraba al espejo y amaba ser yo.

Pero a pesar de ello tenía un poco de nervios y si quizás a Matthew no le gustaba mi vestido, sería muy tonto, porque la verdad era muy hermoso. Mordi una de mis uñas esperando que Matthew apareciera.

Escuche un grito de parte de Marcus avisandome que debía bajar, así que respire profundo, tome y bolsa y camine como bambi aprendiendo a caminar por los tacos que llevaba.

Una gran noche me esperaba.

- Luces tan hermosa - me dijo Matthew una vez estando a su lado

- Gracias - le sonreí tímida

- se supone que eras mi novia mucho antes de Matthew, empiezo a ponerme celoso - bromeó Marcus

- No seas tonto - rei

- ¡Oh por Dios! Que hermosa está mi bebita - dijo mamá quien salía de la cocina y se dirgia directamente a mi y apretaba mis mejillas

- mamá - la mire y ella sólo esbozó una sonrisa

- Tienes que cuidarmela mucho ¿Bueno? - sentenció Marcus

- No tienes que recordarmelo, es lo principal en mi vida diaria - me miro y me ofreció su brazo - ¿Nos vamos? - Asenti y enlace mi brazo con el suyo

Subimos al auto, Matthew no paraba de decirme que me encontraba muy hermosa y para ser honesta ver a Matthew usando traje por primera vez, era extraño pero se veía demasiado bien.

Tras un largo trayecto, llegamos hacia quien sabe donde me llevaba Matthew, antes de bajar puso una venda en mis ojos y empezó a guiarme, quizás el momento era romántico, pero yo y mi caminado de Bambi recién nacido arruinada todo.

Aún con mis ojos vendados decidí quitarme los tacos y seguir las indicaciones de Matthew, tomamos un ascensor y luego caminamos un poco mas.

- ¿Estas lista? - pregunto detrás de mi, a lo que Asenti ¿Como no iba a estar lista si estaba muriendo de curiosidad? - Feliz cumpleaños Maddie - Quito la venda de mis ojos

Pestañé varias veces para acoplar mis ojos a la luz y quede atónita viendo aquella habitación en la que me encontraba.

No se que lugar era este pero lo único que sabía era que esto era realmente hermoso, la luz estaba bastante baja y habían varias velas encendidas dándole un toque romántico pero pasional. Habían pétalos de rosas rojas y blancas inundando todo el paso y un olor a incienso delicioso.

- ¿Has hecho esto para mi? - dije aun teniéndolo detrás de mi

- Así es - puso sus manos en mi cintura - quise darte algo más importante que lo material

- Esta hermoso Matthew Gracias - me voltee para quedar frente a él, mis brazos rodearon su cuello y lo besé.

- Eso no es todo, ven conmigo - agarró mi mano y me llevo hasta una especie de azotea que tenía una mesa para dos - Hoy serás tratada como lo que eres - arrastró una silla y me indicó que me sentará - una reina

Sonreí y me senté, Matthew me imitó, al cabo de unos segundos un hombre vestido con un traje muy peculiar entró trayendo lo que supuse era la comida y luego una botella de vino.

Hace miles y miles de años no me sentía así, importante, siendo el centro del universo y lo estaba disfrutando y más porque él estaba a mi lado, con sus tontas bromas, sus malos chistes, pero sobre todo con su amor incondicional.