Capitulo 22

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- ¡Hola! – sonrió un poco tímido

- Hola – cambie mi mirada en dirección opuesta en la que él estaba

- ¿podemos hablar? – se sentó

- ¡Claro! Pero tendrá que ser rápido, pronto empezaran las clases

- lo sé, pero no pude llegar antes

- no te preocupes ¿Qué quería decirme? – tome un poco de coca

- bueno, ayer te pedí que si querías salir por un helado conmigo y aun no me has respondido

- te dije que estoy castigada, creo que no podre

- mm – asintió con la cabeza – ¡lo entiendo! ¿Cuándo te levantan el castigo?

- no lo sé, le preguntare a mamá y te lo diré

- ¡está bien! – Sonrió – ¿tampoco vino tu amiga hoy? ¿Por qué?

- No lo sé, le llame ayer a su casa pero no responde y no sé dónde vive – me encogí de brazos

- ¿no sabes dónde vive? - pregunto curioso

- um um – negué con la cabeza

- ¿te cae bien ella?

- pues si no lo hiciera ¿crees que andaría con ella? Además, ¿Quién soy yo para odiar a alguien?

- bueno, en eso si tienes razón – sonrió – en serio Maddie quiero disculparme por incomodarte ayer

- No te preocupes, no fue nada – le regale una sonrisa – por el contrario yo debo disculparme, fui muy grosera contigo, pero es que últimamente no me han pasado muchas cosas buenas

- ¡Me lo imagino! Digo, porque para ser tan precavida algo debió suceder ¿no? – sonó la campana

- sí, ¡Bueno! Debo ir a clases, un gusto hablar contigo Daniel

- Lo mismo digo Maddie, lo mismo digo

Quizás si era yo la que estaba actuando un poco histérica en cuestión de que alguien se acercara a mí, tal vez Daniel no era una mala persona, simplemente quería ser mi amigo, pero lo que me era raro es que muy pocos quieren acercarse a mí, además con todo lo que ha pasado es mejor esta precavido que después sufrir las consecuencias.

Solo faltaba una semana para salir a vacaciones, así que estaría muy ocupada en el instituto con todas las pruebas finales, de esas pruebas dependían muchas personas para salvar el semestre.

Llegue a casa, salude a mamá y a Marcus, pero no cene, no tenía nada de hambre, así que solo subí a mi habitación, cambie mi ropa por mi pijama, esta vez era un sexy vaca, baje por un paquetico de gomitas y volví a subir. Saque mi libro y empecé a leer mientras devoraba las gomas.

Plan perfecto

Estaba emocionada leyendo mi libro, se acercaba el gran final, eso era emocionante, pero no quería que se terminara, no cuando ya se había convertido en mi libro favorito, tenía miedo de saber en que acababa todo y ¿si no me gustaba como terminaba? Eso era un riesgo que debía correr.

- ¡Maddie! – hablaron mientras tocaban mi puerta

- Pasa Max – entró

- Mamá quiere que bajes

- ¿para qué? Dile que no tengo hambre, que no se preocupe

- no creo que sea para eso – metió sus manos en sus bolcillos delanteros

- ¿entonces para qué? – fruncí el entrecejo

- ¡No sé! Baja tú y mira

- ok

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