Capitulo 29

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-Tu y yo tenemos que hablar - sentenció mamá
-¿Hablar?¿Quė vamos a hablar? Creo que ya todo quedó dicho - dije mirandola desde la otra punta de la mesa
- Tienes que entender que no puedes salir con ėl
- ¿por qué? ¿Sólo porque ustedes no quieren? Pues no, estoy harta de que vivan controlando mi vida y creo que estoy lo bastante grandesita como para saber que quiero y que no, y lo quiero a el
-¡PUES NO!- Gritó mamá - primero muerta antes de permitir que salgas con ese delicuente, drogadicto y - no le permití terminar su gran insulto
- ¡Y NADA! - esta vez fui yo la que gritó - no tienes derecho a hablar así de el, no le conoces mamá
- ¿y tu si? Dime ¿estas segura de que ėl de verdad te quiere?- su mirada me hizo dudar por unos segundos pero no, no permitiría que eso pasará
- ¡pues si! - hice una pausa - confío en él y si ustedes no, pues es muy su problema
- escuchame bien jovencita - se acercó a mi - así tenga que encerrarte en casa y amarrarte con cadenas para que no te veas con el, ten por seguro que lo haré - hizo una delgada línea con sus labios
- ¡PUES HAZLO! ESTOY HARTA DE TODO ESTO, NO VOY A DEJAR A MATTHEW PORQUE SIMPLEMENTE EL ME HACE FELIZ Y ESO ES LO QUE QUIERO, SER FELIZ EN EL POCO TIEMPO QUE ME QUEDA - Solté así sin más con los ojos vidriosos con varias lágrimas amenazando con salir
- ¡Maddie! - Exclamó Máx sorprendido por lo que acaba de decir
Que estúpida eres Maddie.
- ¡Lo siento! - lo miré realmente arrepentida por lo que había dicho - creo que mejor subire a mi habitación
- ¡No! - Gritó Marcus levantándose de su silla - ¿A que te refieres con el poco tiempo que te queda? -Me miro expectante a mi respuesta y yo sólo mordí mi uña
- No quiero, ni voy hablar de eso y menos con ustedes, no ahora

Me retiré a mi habitación mientras Marcus gritaba mi nombre un poco enojado, imaginé el sin fin a preguntas que le harían al pobre de Máx, pero a decir verdad si el decidiera contar todo no me molestaría en lo absoluto, es más, deseaba que así lo hiciera, puesto que me quitaría el gran peso de ser yo la portadora de malas noticias.

Sentí mi garganta arder y mi boca empezó a sentirse seca, necesitada de un vaso con agua lo más fría posible, pero aún así me tiré en mi cama divisando la Blanca pared que estaba sobre mi.

- Maddie ¿Podemos hablar? - Preguntaron detrás de mi puerta. Chasquee mi lengua y puse una mano en mi cara
- Estoy muerta y los muertos no pueden hablar - fue lo único que se me ocurrió decir
- Por favor -Suplicó Máx - Es necesario que hablé contigo
- No, ya se que no debí decir nada, pero estaba muy enojada y se me salió - quite la mano de mi cara y me incorporé
- Déjame pasar por favor - Sentí como pegaba su frente en la puerta aunque no podía verlo
- Sólo por un momento ¿Bueno?
- De acuerdo - suspiró casi resignado, como quien no quiere la cosa

Me levanté arrastrando los pies hasta la puerta, parada frente a ella me debati entre abrirla o ignorar a Max y el estúpido sermón que tenía listo para mi.

- Gracias - Susurró. Vi que sus ojos estaban rojos y quise saber que había sucedido en la planta baja en mi ausencia
- ¿Estas bien? - Observe sus mejilla que a veían pegajosas quizás por las lágrimas que había derramado minutos antes o eso era lo que mi mente me plasmaba
- ¿Lo estas tú? - Mojó sus labios y paso una mano por su rostro
Claramente nada esta bien
- Sabes muy bien la respuesta a eso - dije cargando todo mi peso sobre mi brazo que ahora se encontraba recostado en el marco de la puerta
- ¿Puedo pasar o hablaremos aquí? - se veía molesto, cansado o triste. Fuese cual fuese la razón lo deje pasar y ambos nos sentamos en el borde de mi cama, empecé a jugar con los dedos de mi pie chocandolos con el suelo - ¿Porque insites en salir con el? - preguntó sin mirarme
- porque en verdad lo quiero y siento que el también lo hace, no sabes como me ha ayudado en cosas que tu no logras imaginar - le dije con la mayor naturalidad mientras el tenía sus ojos fijos en mi
- ¿Qué cosas? - Fruncio el entrecejo
- No puedo explicarte nada por ahora, porque a decir verdad no tengo muy claro lo que sucede - su mirada fue penetrante y supe que no estaba entendiendo ni una palabra de lo que yo estaba diciendo - ¿Les contaste todo? - le cambié de tema pero su mirada de duda me hizo comprender que no entendió mi pregunta - lo que sucedió en el comedor ¿Les contaste de mi enfermedad y de su pronto moriré?
- ¡No morirás! - Dijo de sopetón mientras a ponía de pie - eso no pasará - Volvió a mirarme, paso su mano con desesperación por su cabello y trató de calmarse - No, no les he dicho pensé que querías ser tu la que les diría - Respire resignada a mi triste realidad
- ¿Crees que es hora de contarles? - Me tiré hacía atrás en mi cama con ambas manos en mi cara
- ¡Lo es! - Volvió a sentarse - No hoy, tampoco mañana, pero quizás al pasar algunos días puedas hablar de ello, sólo trata de no ser tan... directa, sabes que esto los afectará mucho, en especial a mamá
- Lo se - moje mis labios - Máx ¿ por qué no aceptas a Matthew? ¿Sabes? Nada me haría más feliz - Sentí un nudo formarse en mi garganta
- Me lo pensaré - Me miro sobre el hombro. Me levanté para quedar nuevamente a su lado - te amo, descansa - beso la coronilla de mi cabeza y salió

***

- Lo se, no me he comportado muy bien últimamente - Admitió Saya después de una larga conversa con ella acerca de la actitud que estaba tomando - Lo siento, no volvera a suceder
- No te preocupes - Le ofrecí una cálida sonrisa - Sólo quiero a mi amiga de vuelta
- Y la tendrás - sonrió, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos. Sentí algo raro al observar su sonrisa - Y quizás mi cara sea lo último que veas antes de morir- sus palabras me dejaron helada
Ella sabe de mi enfermedad
- ¿Qué? - la mire extrañada mientras ella sólo reía - ¿Qué quieres decir con eso? - Pasé saliva con dificultad
- Se supone que seremos amigas hasta viejitas, el día que vayas a morir yo agarrare tu mano para que sepas que siempre estuve allí y cuando cierres tus ojos mi rostro será lo último que verás - Explicó con cierta ternura y mi piel se erizo y no supe muy bien porque
- ¡Oh! Ya veo - Respire tranquila. Saya aún desconocía todo acerca de mi enfermedad, pero su extraña sonrisa volvió a aparecer - pero quizás sea al revés - le dije mientras sonreía
- ¿A que te refieres con eso? - Ahora fue ella quien se tenso. Iba a responderle pero en eso enfoque mi mirada en Daniel quien me hacía señas desesperado porque me acercará a el y así lo hice. Camine hacia el con la mirada expectante de Saya quien se quedó sentada detrás de mi en la banca.

- ¿Qué pasa Daniel? - La pregunté con las cejas juntas parada justo enfrente de él. Se veía nervioso, asustado. Miraba a todas partes tratando de ocultarse de algo o más bien de alguien, pero ¿De quien?
- ¡No vuelvas más al Instituto! - Soltó sin más, volví a juntar mis cejas sin comprender muy bien lo que Daniel estaba diciéndome - Corres peligro aquí
- ¿De que demonios estas hablando? - Lo mire fijamente. El miró sobres mis hombros, paso saliva con dificultad y su frente empezó a sudar - ¿Acaso sabes algo Daniel? ¿Eh? ¿Qué es lo que sabes tú? - Lo rete mientras la adrenalina de apoderaba de mi cuerpo
- ¡Escucha! - se acercó a mi - No quiero hacerte daño y eso me pone en peligro a mi, pero tu corres más peligro que yo, no te vayas sola hoy a tu casa, no regreses más aquí, encierrate en tu casa pero nunca sola y sobre todo busca alguien más aparte de Saya para que este contigo - Decía sin más y yo estaba aún más perdida, trate de tranquilizarlo para que me explicará todo bien pero el no me dejó articular ninguna palabra - Dile a Matthew que te lleve a casa
- Matthew no vino hoy, pero no entiendo nada Daniel, necesito que me expliques todo con calma - le supliquė mientras el negaba con la cabeza
- ¡No hay tiempo! ¡Diablos! ¿Sabes porque no vino Matthew? ¿Te dijo algo? - Negué con la cabeza. Daniel paso sus manos por su cabeza muy desesperado y yo empezaba a asustarse ¿Qué ocultaba Daniel? - Maddie escuchame - se acercó demasiado a mi rostro que hasta podía sentir su respiración - Necesito que te cuides, y hagas lo que te pedí, Matthew en estos momentos puede estar en peligro
- ¿Qué? - Fue lo único que logre decir - ¿Como en peligro? Estas asustandome Daniel
- Maddie Perdóname, yo se quien a estado enviando todas esas notas amenzantes - Abrí los ojos como un lince y entré en estado de shock - esa persona es - No pudo terminar la frase puesto que Saya de había situado justo detrás de mi
- ¿De que se supone que hablan ustedes dos? - Preguntó la rubia sin dejar de mirar a Daniel
- Saya - La mire - Por favor déjame a solas con Daniel, el tiene algo muy importante que decirme
- ¿Algo importante? - miró a Daniel mientras levantaba una de sus cejas
- Yo... yo lo siento Maddie - Dicho esto desapareció
Estúpida Saya
- ¿Quien te llamo?¿Ves lo que acabas de hacer? Ėl iba prácticamente a salvar mi vida porque simplemente no me das mi espacio y dejas de invadirme todo el tiempo - solté furiosa mientras ella aún tenía su mirada neutra sin ningún tipo de expresión, chasquee la lengua y parti en busca de Daniel

Él tenía que explicar muchas cosas

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