—¿Lo leíste en un libro de consejos para padres, en los que un psicólogo optimista dice que todo se arregla hablando de sentimientos y cosas reprimidas? —borré mi sonrisa al igual que Lily— Estoy bien, no tengo problemas con ustedes y si quieren preguntarle a los demás, no es que sea una chica tierna. Iré al centro.

—Alex, puedes hablar conmigo —Lily dijo en tono maternal, yo menee la cabeza.

—Ehh...no —sonreí a Lily— . No siempre tienen que asfixiar a la hija marginada, que irónicamente es tu favorita. No es personal, sólo necesito mi espacio...me adapté a tener mi espacio, así que te agradecería que me dieras este día...mañana podemos ir a ver lindos vestidos.

—Bien, bien, no fue difícil —Lily sonrió abrazando a Mason (así llamo a mi padre, bah)— . Ve al centro, diviértete, pero llega antes de medianoche.

—Yo iré con ella —Gemma me agarró del brazo— , no quiero que se pierda.

Rodé los ojos, tiré la maleta en alguna parte y comencé a caminar con Gemma a mi lado. Ella sonreía, parecía prácticamente británica, pero yo gritaba: "Estados Unidos" sólo por respirar.

—¿Por qué vienes conmigo? —le fruncí el ceño a Gemma, ella seguía sonriendo. Luego hablé con cinismo— Y sonríes como el Guasón, eso me hace sentir aún más intrigada.

—Conozco un bar —Gemma me rodeó los hombros— , y esto es un país diferente donde puedes ir a beber. ¿Vas a salirte, nenita?.

—Claro que no —levanté las cejas, ambas reímos, fue uno de los escasos momentos en los que lográbamos conectar. Miré detrás de ella y vi a través del cristal, una linda peluca rubia (como saben soy tan impulsiva que tendría un programa de MTV en el que no se aburrirían)— . Espera, voy a comprarme eso...con este sombrero —señalé al lado como un niño pidiendo juguetes— . Si vamos a alocarnos, si es que podemos, quiero hacerlo a lo grande. Seré Karma, y tú...

—Déjate de ñoñerías —Gemma frunció el ceño pero de todas formas la halé a la tienda.

Y prácticamente al salir, parecía una stripper...con clase (o una niñita americana, muy estúpida).

Entramos a un pub muy parecido al de Seattle: Oscuro, divertido y lleno de licor en vasos enormes. Nos sentamos en la barra, Gemma pidió por mí la primera ronda, insistiendo en que no me embriagara para hacer una estupidez...por lo que también pedí un vaso de agua.

Un chico comenzó a hablar con mi hermana, poco a poco se alejaron, hasta que me quedé sola, pero obviamente Gemma me insistió en que a medianoche debía estar en casa (sonó como Liam Neesson en Búsqueda implacable).

Ya iba por mi tercer escocés. Era esa chica que parecía una falsa espía rusa con una peluca rubia y un sombrero de ala ancha. Suspiraba cada dos minutos, beber nunca había sido tan aburrido.

—¿Ese sombrero está ocultando algo? —un chico se sentó a mi lado con una sonrisa amable. Eché el sombrero hacia atrás y comencé a sonreírle.

—Soy Karma —extendí la mano, pero el chico la besó...no podía ser más atractivo.

—Soy Dave —hizo unas señas al mesero y de buena manera pidió otra ronda (nada me atrae más que la amabilidad)— . ¿Detecto acento norteamericano? —yo asentí con timidez fingida— . ¿De dónde eres?.

—Soy de Seattle, ¿has ido allí? —recosté el codo en la barra y ladee un poco la cabeza, sonriendo. Si me hermana atrajo a un lindo británico, yo también podía hacerlo...siendo yo.

—No, pero me encantaría ir allí —ambos dimos un sorbo a la cerveza.

Nos quedamos mirando con una sonrisa nerviosa, al final terminamos tomando un taxi (fue gracioso, porque ahí nos limitamos a sentarnos callados, porque el conductor nos miraba con sospecha) y subí a su departamento.

Single as a Pringle: Tierna pero pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora