Vio, en la mesa desordenada, un gran bote de pinturas y sonrió. Las cogió y comenzó a pintar la cara de la chica. Sabía que le iba a matar, pero se lo debía por todas las veces que ella le había rechazado. Su cara se llenó de colores en poco tiempo y ella comenzó a despertar. Vio a Noah con las manos manchadas de pintura y frunció el ceño.

-¿Qué narices has hecho Noah?

Tras decir aquello, comenzó a registrar su habitación. Nada parecía estar manchado, hasta que su reflejo quedó frente a ella.

-Voy a matarte Noah, maldito seas, te odio -gritó enfadada.

Saltó sobre el chico y agarró su pelo, despeinándole con fuerza. Le dio un par de golpes en la espalda y este se volvió hacia ella.

-¡Te lo debía! -exclamó el chico, agarrándole las manos mientras sonreía.

-No te debía nada, eres un traidor -dijo ella, intentando ocultar una carcajada.

Cayeron ambos de la cama con un gran estruendo, aunque siguieron peleando. De un momento a otro, eran dos lobos peleando como cachorros, mordiéndose las orejas y el hocico, saltando uno por encima del otro. Aquello sí era una pelea digna de ver.

La alfombra, lo único que parecía estar bien colocado en la habitación, se arrugó y se quedó medio enrollada bajo la cama. Una pequeña mesa, que estaba casi en el centro de la habitación, fue tirada al suelo al igual que muchos otros objetos.

Noah, en cierto modo, tenía miedo de se a Makayla se le fuera de las manos y acabasen peleando hasta la muerte, pero aun así siguió persiguiéndola, acorralandola, sufriendo sus mordiscos. Y así siguieron hasta que él se cansó y quedó bajo el cuerpo lobuno de la chica, con las patas delanteras encogidas, las orejas gachas y la lengua fuera. No se movieron del sitio, ambos volvieron a tener cuerpo humano y Makayla sonreía amenazadoramente. Alargó la mano hacia la cama y alcanzó un poco de pintura.

-Ojo por ojo

-Cara pintada por cara pintada -finalizó Noah, sabiendo lo que le tocaba-. Recuérdame que no vuelva a meterme con un lobo negro.

-Oh querido, esas son cosas que ya deberías saber.

Y con esa última frase, aprisionando las manos de Noah bajo sus rodillas, a pesar de que él no iba a moverse, se lanzó hacia su cara y comenzó a pintarla entera, sin siquiera intentar hacer algo bonito. Él sonreía mirando la cara de la chica. Y no dejó de mirarla hasta que está terminó y se levantó.

-Voy a lavarme, ponte a recoger lo que tú has destrozado -acusó ella señalándole.

-Hemos sido los dos -se quejó él.

Makayla negó con la cabeza.

-No he sido yo la que ha decidido pintar una obra de arte en la cara del otro.

-Eh, La obra de arte ya estaba ahí -se disculpó el otro, levantando las manos dando a entender que el no había tenido la culpa.

Ella levantó una ceja y asintió como si estuviese hablando como un tonto. Comenzó a moverse hacia atrás lentamente, como si él no pudiese verla al ir así de despacio.

Al final se metió en el baño y el chico, sonriendo aún, comenzó a recoger la habitación.

Colocó la alfombra, levantó la mesa, guardó las pinturas. Puso los muebles que se habían movido en su lugar. Luego, comenzó a organizar los papeles de la mesa grande. Encontró muchas fotos. Ella y Keysha de pequeñas, parecían tener diez años. Luego otras de paisajes. Mas tarde, bajo el montón de fotos, vio una que le llamó la atención. Era ella, parecía relativamente reciente. Salía sonriendo, con su mejilla pegada a la de un chico de cara algo pálida, con pecas y el pelo completamente negro. El chico también sonreía, y parecía ser un hombre lobo por sus colmillos algo aumentados.

Noah comenzó a fruncir el ceño. ¿Quién era ese? En el dorso de la foto ponía un nombre. Theo. No ponía nada más.

Makayla salió del baño, sonriendo. Y le vio allí, parado frente a la mesa con una foto entre las manos.

-¿Qué miras?

Él, tras pensarlo, negó con la cabeza.

-Nada. ¿Has hecho tú estas fotos? -preguntó, metiendo la foto entre las demás.

-Sí, son horribles. Pero al menos están en ellas las mejores personas que he conocido.

-No lo creo -respondió Noah -. No he visto ninguna foto mía.

-Así es.

Y antes de que a él le diese tiempo a protestar, la puerta se abrió de golpe.

-Es Ian -Exclamó Jack, el chico de ojos marrones.

Los dos abrieron los ojos y corrieron, encabezados por Jack, hasta la sala del pequeño hospital. Ya se oía a un niño llorar. Gritaba y alguien intentaba calmarle. Noah apartó a Jack y corrió hasta la habitación seguido de Makayla.

Ian se hallaba sentado en la camilla, luchando contra una mujer que no le dejaba levantarse. El niño pareció calmarse con la presencia de sus padres. Noah llegó hasta él y le dijo que debía tumbarse, al parecer el pequeño se había mareado al levantarse con velocidad.

-¿Qué tal estás Ian? -susurró Makayla a su lado, intentando calmar el ligero llanto del niño. Este no respondió.

Noah y Mak se miraron.

-Ian, ¿estás bien? -preguntó Noah esta vez.

Tampoco. No respondía. Solo tomó con fuerza las manos de sus padres y no dejó que se marchasen.

Jack y aquella enfermera les miraban desde la puerta.

-Os dejaremos solos. Makayla, si necesitas algo, llámame. Noah, confió en ti -dijo Jack, entrecerrando los ojos mientras fijaba su mirada en el otro chico.

Este asintió, sin entender demasiado qué quería decir con eso.

Borraré esto:

He pensado en hacer un preguntas y respuestas y si os parece bien, podéis hacer preguntas (tanto a como a los personajes)

Por cierto, podéis seguirme en twitter si queréis @mystcx ( igual que mi nuevo user aquí)

She wolf [SHE 1]Where stories live. Discover now