Capítulo 21. Es frío y quema, pero no es hielo

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"-Nadie te juzgará, confía en mí.- seguía negándose y sin saber como, su mano con el puñal estaban en el cuerpo del chico. La histeria llenó su cuerpo, entre ambos hombres la llevaron hasta el lugar pedido de Jason, pero se movía demasiado y de un movimiento les quitó las máscaras, quedándose atónita, dura, en shock. El miedo, el odio, el rencor... No tenía palabras para describir lo que sentía, porque allí, frente a sus ojos, se encontraban los padres de dos chicos que creía que tenían un mejor futuro, pero se equivocó, todo por Lucius Malfoy y el padre de su novio, Winston Clayton."

Aprovechó aquel instante para poder aparecerse en las cercanías del colegio. Ya era bien entrada en la noche cuando pudo llegar a las rejas de Hogwarts, su cuerpo en ese estado no pudo llevarla muy lejos. Abrió las enormes puertas de hierro y comenzó a andar lentamente, como si estuviera muerta y en cierta forma, lo estaba. Su cuerpo suplicaba que se rindiera, pero su mente le hacía recordar todas y cada una de las razones por las cuales tenía que resistir, no podía abandonar de esa forma a su padre, tenía que permanecer junto a sus amigos, quería ver aquella sonrisa que la alegraba día a día, no podía renunciar a aquellos que la amaban, sería demasiado egoísta de su parte, así que se obligó a seguir.
Llegó a la oficina del director, y abrió la puerta. Allí adentro se encontraban Albus, Minerva, su padre y Alastor Moody. Los adultos sorprendidos se giraron rápidamente por la inesperada interrupción, pero sus rostros rápidamente cambiaron hasta palidecer. No podían creer lo que veían.
-Chri-Christal?.- tartamudeó Severus.
-Papá.- Su voz era áspera, cargada de sufrimiento, dolor y temor. Su padre la abrazó refugiándola entre sus brazos y fue en ese preciso instante en el que se permitió derrumbarse, no podía seguir siendo fuerte.
Rápidamente la cargó y la llevó a la enfermería donde esperaban con mucha impaciencia a los médicos de San Mungo. Cuando llegaron, no tardaron en hacerle todo tipo de hechizos y darle pociones a la joven inconsciente, no tenían ni idea si iba a sobrevivir lo que quedaba de la noche, eso ya quedaba en sus manos.
*****
Una luz molestaba sus ojos, quería volver a las penumbras pero no se lo permitían. Parpadeó un par de veces y abrió sus ojos. Miró a su alrededor y pudo reconocer la enfermería del colegio, no recordaba demasiado lo que había sucedido, pero se sentía mucho mejor. Se levantó lentamente y se miró en un espejo que allí había. Tenía cicatrices por todo el cuerpo, ya sean de las quemaduras como de los cortes. Estaba tan concentrada observando su aspecto que no se dio cuenta de la presencia de los enfermeros que estaban tan blancos que parecía que le hubieran predicado un futuro horrendo.
-Se-señorita Snape?.- llamó uno desconcertado.
-Si?.- se giró.
-Está viva...- susurraron.
-Si, por que no iba a estarlo?.- estaba desconcertada y se dio cuenta de que traían una bolsa para llevar un cadáver.
-Sus signos vitales dejaron de dar señales hace unos minutos.
-Ah?? Pero si yo... Tengo pulso.- le tocaron la muñeca y el cuello. En efecto estaba viva.

-Le traeremos algo de ropa, pero tendrá que usar cosas no muy ajustadas, en lo preferible corto, ya que tiene heridas que aún deben cicatrizar.- dijo una de las enfermeras luego de revisarla.
-Le avisaré a su padre.
Cuando le trajeron su ropa, comenzó a vestirse rápidamente y salió corriendo a la sala común de Gryffindor. Mientras lo hacía se fijó que no faltaba mucho para la hora de despertar de la minoría, pero quería darle una enorme sorpresa a sus amigos, aunque algo la detuvo. Al pasar por uno de los pasillos pudo divisar a Luke con otra chica besuqueándose como si se acabara el mundo.
-Sabes que alguien podría vernos en cualquier momento, no?.- reía.
-No importa.- murmuró él. Por su parte en vez de que su corazón se rompiera no hizo más que congelarse. Tenía problemas más grandes que un infantil capricho "Si, no fue más que eso.-pensaba.- Un capricho infantil y estúpido. Me merezco más."
Le pidió a Peeves que justo pasaba por ahí y este alegre de volver a verla le hizo el favor de tomarle una foto a la pareja.
Luego de unos minutos estaba en frente de la habitación de los muchachos, entró con mucho cuidado, tomo una de las varitas que reposaban en una cómoda y realizo un aguamenti perfecto, mojando a los tres jóvenes quienes se despertaron sobresaltados.
-Que...? Christal??
-Hola chicos.- respondió con una sonrisa. Rápidamente se encontró bajo tres pares de brazos.- No tienen ni idea de cuanto los extrañé.- sollozó.
-Y nosotros igual.
-Estas dos semanas fueron terribles....
-Pensamos.... Pensamos que habías muerto hace tiempo.
-No se librarán de mi tan facilmente.- rieron levemente.
-Y todo esto te lo hicieron ellos?.- preguntó Orion preocupado al ver detenidamente el cuerpo de Christal y ella asintió.
-No temes que comiencen a preguntar?.- dijo Jhon.
-Si, pero no voy a responder algo que sé que me va a doler hablar. Estas son heridas de un mal rato, no son ni de guerra ni dignas de una superviviente.
-Por qué dices eso?.- murmuró Charlus.
-Quise rendirme muchas veces, tuve que hacer algo muy, muy malo que nunca me perdonaré, y realmente no me importa lo que los demás digan, yo sé la verdad y eso es lo único que me vale.
-Hagamos algo mejor.- propuso Jhon.
-Vayamos a comer.- terminó Black.
-Tienes razón.... Muero de hambre.- se vistieron con prisa y bajaron corriendo al comedor el cual estaba lleno, pero al entrar los cuatro todo se volvió en un silencio sepulcral. Todos sabían que algo grave tenía que haber pasado para que el cuarteto siempre alegre y problemático estuviera tan decaído y que faltara una de ellos. Pudieron notar que algo MUY malo había sucedido, pero que se habían recuperado rápidamente.
-Está viva!!
-Cómo es eso posible?
-No que había muerto?- comenzó a oír los murmullos de los demás.
-Créanme cuando les digo que esta escuela no se librará de mi tan fácilmente.- dijo para quitarle hierro al asunto.- Uh, comida.
Se sentó en la mesa sin importarle nada y comenzó a comer junto con los chicos.
-Merlin, esto es como tocar el cielo.- dijo comiendo una porción de brownie.
-Cómo comes tanto y sigues un palito?
-No sé.- se encogió de hombros y siguió comiendo.
-Luego hay unas cuantas cosas de las que te debes enterar.- dijo Jhon.
-Ok.... Huy, postre de chocolate.- en eso el director entró y el comedor cayó.
-Alumnos, por el día de hoy, las clases se cancelaran, disfruten su día libre.- todos estaban contentos.- Christal, podrías acompañarme.
-Seguro.- tomó otra copa de chocolate y emprendió el viaje a la oficina mientras se deleitaba y saboreaba lo máximo que pudiera aquel delicioso postre.
Al llegar, estaban Minerva, Severus, Alastor, y dos hombres del ministerio. Luego de abrazos y regaños, los del ministerio quisieron hacerle unas cuantas preguntas.
-Pero quiero comida.- a los dos segundos, un elfo le trajo una bandeja con pan de campo con mermeladas, un licuado de frutos rojos y más comida.- Yey, ahora sí.... qué decían?
-Unas preguntas acerca de lo sucedido.
-Solo si el profesor Moody se retira.- el nombrado suspiró y se marchó a regañadientes.
-Podría contarnos lo que le hicieron? cómo escapó? Había alguien más con usted?
-Si, si y si.- relató lo sucedido.- y ellos me liberaron.
-Algo tuvo que haber hecho, no es así?
-Así es.- su voz era fría, al igual que su carácter. Estar en aquella situación le revolvía el estómago, no se sentía para nada bien.
-Y qué fue lo que hizo?

-...-
-Christal, nadie te juzgará.- intervino su padre ante aquel silencio.
-Tuve... Tuve... Tuve que a-asesinar a alguien.- Una lágrima cayó por su rostro más pálido que de costumbre.
-A quien?.- su mente volvió hasta aquel episodio
-...- las lágrimas caían con más intensidad sin que ella pudiera evitarlo. La rabia había inundado su cuerpo, estaba enojada con ella misma por no haber hecho nada para evitarlo.- A mi primo.- susurro, pero todos pudieron oírlo.
-Christal, te encuentras bien?.- preguntó Minerva preocupada al ver su estado.
-Necesito aire fresco.- y salió corriendo de allí hasta el lago negro, donde se arrodillo y lloró. No le importaba la opinión de los demás, no le importaba si su novio la había engañado, no le importaba las suposiciones que corrían por los pasillos, solo le importaba poder perdonarse aquel acto, solo le importaba que su familia no la odiara de por vida, solo le importaba el perdón de aquellos que amaban a los dos chicos.

La Hija de Severus Snape [Cancelada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora