Capítulo III: El castillo que les rodea

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Ya ninguno estaba con ánimos de continuar. Shinoa hace rato que comenzó a entretenerse molestando a Kimizuki con su muy aparente cuestionable sexualidad mientras Yoichi intentaba defender al chico de anteojos, cabe mencionar que eso solo logró incrementar la burla de la menor de los Hīragi; por su parte Yuu reía de las reacciones de Shihō a la vez que también soltaba uno que otro comentario al respecto el cual el otro muchacho contrarrestaba con un «idiota».

Mitsuba suspiró por enésima vez en todo el rato. Si todo era normal y todos actuaban normalmente, ¿entonces por qué ella no lograba sentirse cómoda con la atmósfera? No era como si alguien hubiese hecho un comentario al respecto o hiciese algo diferente en cuanto al trato, incluso el mismo Yuu no parecía afectado por la situación; él hablaba tal cual, hacía comentarios impulsivos como siempre y también se dirigía a ella como si nada hubiese pasado.

Suponía que Yuu buscaba que nada cambiara y las cosas siguieran como tal: ellos cinco como el inseparable grupo de amigos que habían sido hasta ahora, sin nada oculto de por medio. A sabiendas de su personalidad -podía presumir que lo conocía bastante bien- era normal que Yūichirō quisiera mantener la estabilidad que como amigos siempre tuvieron. Aunque ellos hubiesen terminado como pareja, eso no podía afectar la amistad que unía a todos... Al menos eso fue lo que le dijo el mismo Yuu cuando la dejó.

«Siempre seremos amigos».

En verdad que era un tipo sumamente idiota, no obstante muy noble a la vez. Mitsuba admitía que esa era una de las tantas razones por las cuales se había enamorado de Yūichirō Ichinose.

-... Y solo debes aceptarlo y salir del closet, ¿verdad, Mi-chan?

La aludida salió de su trance y giró el rostro hacia donde Shinoa la cual le miraba con una sonrisa esperando a que la secundara.

Si Yuu podía hacerlo, ¿por qué ella no?

-¡Pero claro! Además siempre quise tener un mejor-amigo-gay, Kimizuki. -Sangū también debía poner de su parte para que todo volviera a ser como en antaño y eso era justo lo que ahora intentaba.

Kimizuki solo resopló y se dejó caer en el respaldo del sofá. Todos rieron ante esa acción tan infantil, ni siquiera Yoichi pudo evitar que se le escapara una risa.

Habiéndose dispersado cualquier rastro de aquella conversación, Saotome se dirigió a Yuu quien todavía intentaba normalizar su respiración.

-Por cierto, Yuu-kun, ¿solucionaste tu problema con Mikaela Bathory? -Ante la mención de ese nombre, Mitsuba prestó total atención -. No lo he visto tras de ti desde hace varios días.

-Algo así. -Yuu sonrió por alguna broma que al parecer solo él entendía -. Hice algo para por fin sacármelo de encima y dio buenos resultados.

-Me sorprende que hayas podido idear algo. -Aprovechó Kimizuki para desquitarse.

Mitsuba continuó escuchando la conversación sin perder detalle alguno. ¿Qué problema tendría Yuu con Mikaela? ¿Acaso tendría qué ver respecto a aquella vez en que ella se le declaró?

-Hey, Yuu, ¿qué problema tienes con Mikaela? -No podía quedarse con la intriga. Quizá, solo quizá, el estúpido plan de Shinoa dio resultados.

Tal vez Kimizuki o Yoichi se enteraron de que ella se le había declarado a Bathory. Como no pudieron dejarlo pasar, y como los buenos amigos que son, le contaron a Yuu acerca de lo que habían oído; Yuu había reaccionado tal y como Hīragi previó así que cegado por los celos fue a reclamarle a Mikaela y eso había ocasionado la riña entre ambos. Sí era así todavía tenía esperanza, ¡Yuu seguía sintiendo algo por ella!

Monochrome [MikaYuu/Owari No Seraph]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora