5. ¿Tu? ©

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Narra Kira

Me desperté, y sorprendentemente por mi voluntad. Gracias a dios me levante antes porque vi Sean con un balde de agua a punto de tirarme.

—Hijo de nuestra buena madre—le apunté con el dedo índice.

Él se rio y se fue por los pasillos del 2do piso.

Con toda la flojera del mundo, decido al fin levantarme de mi cama, me puse un Jeans tiro alto bordo y una remera negra que dice The killers en color blanco, mis bellas converse blanco, que no son muy blancas en realidad y mi gorro de lana.

Cuando bajo noto que ellos aún no bajaron, me serví una tazón de cereales con leche, tome asiento en una de las banquetas de la mesa, vi cómo los 5 bajaban las escaleras, si no los conociera, diría que son modelos de Calvin Klein, obviamente que toda su hermosura se va cuando abre la boca.

—Ojos arriba— dijo con cierta gracia.

—Si andan sin remera por la casa, voy aprovechar la vista— termine de decir y metí otra cucharada de cereal a mi boca

—Hola a ti también— dijo Ryan

—Hola— entredije, con la boca llena de cereales

Los cinco hicieron una mueca de asco

—Hay por favor ni que fuera el fin del mundo— dije luego de terminar de tragar mis cereales

Se sentaron y los vi como empezaban a desayunar, mientras lleve al fregadero el tazón, ya vacío, termine de lavarlo y miro la hora en mi celular.

— ¡Jesucristo!— exclamé al ver la hora

— ¿Qué paso?— pregunto Jeico con una tranquilidad, que me sorprendió.

—Ya sabes, son las 7:50 y hoy entramos a las 8:00, todo normal— dije con la misma paz que pregunto Jeico —Nótese el sarcasmo.

— ¿¡Que hacen aun sentados!? ¡Todos al auto!— ordenó Sean, no me sorprendió ni un poco escuchar a Sean gritando

Nos levantamos todos corriendo dejando las cosas tal como estaban, tome mi mochila, agarre las llaves y cerré la puertas. Ellos subieron al auto y escucho el auto en marcha, me giro y veo que se fueron, dejándome sola.

— ¡Idiotas paren!—grite, mientras corría detrás del auto

Frenaron a una 15 cuadras, aún faltaban unas 5 cuadra aproximadamente.

—Eres-un idiota-enfermo-que-no te-diste cuenta que no estaba –hable entrecortado por la falta de aliento

—Lo siento—dijo Jeico, como si un niño hubiese robado un dulce

—Sabes por donde me paso tú lo siento—dije mostrándole mi dedo del medio, bendito seas.

— ¿Subes? vamos llegando tarde—asomo la cabeza Ryan hacia adelante, para obtener una mejor visión de mi

Conviviendo con 5 idiotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora