Capítulo 5

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Tomé la colcha apresuradamente, que estaba sobre el suelo y cubrí con ella a Louis, puesto que no creía que le hiciera gracia que lo llevase desnudo por la calle hasta el hospital.

Dirigí una última y breve mirada al hombre, y palidecí. Llevaba la misma ropa que con el que había tropezado, puesto que era el mismo hombre. Pero ese hombre era también alguien a quien yo conocía, a alguien a quien yo, al igual que mi madre creíamos afortunadamente muerto....Mi padre. 

Al ver que éste abría los ojos, corrí con Louis en brazos, cerrando la puerta de un sonoro portazo y bajando las escaleras lo más rápido que podía. Para cuando salí del edificio, mi padre ya iba casi detrás nuestra, le faltaba bien poco para alcanzarnos.

Si nos atrapaba....podíamos considerarnos muertos. El echo de morir es algo que llevaba tiempo buscando, pero no pensaba morir en sus manos, y aún menos, dejar que se acercase si quiera a Louis.

La calle estaba desierta, solo el leve sonido de nuestros pasos rompía el silencio. ¿Dónde estaba la gente cuando se la necesitaba? Me giré para comprobar si aún nos seguía, y sentí un fuerte alivio al ver que no era así. Eso quería decir que Louis estaba a salvo...ambos lo estábamos.

El hospital se encontraba demasiado lejos, pero sin darme cuenta, estábamos frente a la clínica, así que entré apresuradamente, sollozando con fuerza:

-¡Ayudadle! ¡Ayudadle por favor!

La secretaria me miró por encima del hombro, pero ahogó un grito al ver a Louis, mientras yo lo apegaba a mi pecho, sin dejar de llorar y haciendo todo lo posible para mantenerme en pie. Tras días sin andar ni moverme, y la veloz carrera hasta allí, las piernas apenas me respondían.

-Sígame.-Dijo la secretaria con seriedad, ayudándome a caminar y haciendo un amago para coger a Louis, pero yo lo apreté aun más contra mi, dejando claro que no pensaba soltarlo.

Entramos a una sala algo distinta a donde yo solía entrar y dejé a Louis con cuidado sobre la camilla, el cual estaba blanco como la cera y muy frío.

-Todo va a estar bien Lou, todo va a estar bien, te lo juro...-susurré en su oído, dejando suaves y cortos besos en sus labios mientras le tomaba el pulso-. Solo tienes que despertar, porfavor....sin ti no...no puedo vivir...

Apenas tenía pulso.

-¡LOU POR FAVOR DESPIERTA! -grité desesperado mientras le hacía un masaje cardíaco, el mismo que había salvado la vida de mi madre en muchas ocasiones.

Su pulso se fue estabilizando lentamente, cuando escuché la puerta cerrarse bruscamente y me giré. Allí estaba él, tal y como yo lo recordaba.

-Desgraciado...-mascullé mirándolo.

-Esa es una palabra muy fea para aludir a tu padre, Harry. No creía haberte educado así....Pero se ve que tu madre fue peor influencia para ti de lo que yo pensaba. Me encargaré de solucionar ese problema.

Me mordí el labio con fuerza hasta hacerlo sangrar, intenté gritar para pedir ayuda pero vislumbré dos figuras tras mi padre,y me di cuenta de que no serviría de nada, puesto que ellos eran la secretaria y...mi psicólogo.

-No creas que no me preocupé por ti, hijo...Cada vez que acudías a una sesión con él, -Señaló al psicólogo- yo estaba allí...¿Nunca te fijaste en la cámara de vigilancia?

Asentí.

-Me dijeron que era por los otros chicos, porque muchos de ellos eran agresivos, para tener pruebas de las agresiones-murmuré.

-Y tú les creíste....Estúpido. Tods aquí llevan años trabajando para mí. Y yo llevo años disfrutando de tu autodestrucción, pero hay algo que no entiendo, con la cantidad de pastillas que has tomado, deberías obedecer mi voluntad nada más verme.

Solté una sarcástica carcajada, sin poder evitarlo.

-¿Realmente pensaste que me tomaría esa basura? ¿Realmente me estás llamando estúpido a mi, cuando fuiste tú quien creyó que yo me iba a medicar para dejar de cortarme, cuando es lo único que necesito para vivir?

Estaba realmente enfadado. Y lo último que había dicho, era de todo menos cierto. Louis era todo lo que necesitaba para vivir. Pero lo dije con gran convicción, ocultarlo todo siempre se me había dado bien.

-¿Estás seguro de eso?-Me preguntó avanzando hacia nosotros, parecía haber detectado mi mentira, y cada vez se acercaba más y más a donde nos encontrábamos. Inconscientemente me interpuse entre él y Louis.-Ya veo que no lo estás....¿Que pasaría si le hago daño?

-No te atrevas a tocarlo.-Dije entre dientes, mirándolo fijamente mientras sin darme cuenta de que Louis despertaba.

-¿Y por qué no?

Sonreí, a pesar de que sabía que lo que estaba a punto de decir podría costarme la vida.

-Porque yo soy tan solo un suicida, y él, es mi esperanza de vida. Porque no soy nada sin él. Porque lo necesito más que a nada. Porque respirar es innecesario si él no está conmigo. Porque me he dado cuenta de que sigo vivo gracias a él. Porque él y mamá son lo único que me importa en el mundo. Porque lo amo, papá.-Ante la expresión de sorpresa del mayor, sonreí ampliamente y repetí- Lo amo. Estoy completamente enamorado de Louis Tomilson.

-Harry....-dijo Louis tras de mí, sonriendo ampliamente y besé sus labios fugazmente antes de sentir como tiraban de mi hacia atrás, tirándome contra la pared.

-M-mi propio hijo....mi propio hijo es una aberración....u-un monstruo....-murmuraba mi padre.

A pesar de su tono confundido, la ira ardía en sus ojos. Si podía alejarlo de Louis y de la puerta, el castaño podría escapar. Me daba igual quedarme allí, solo quería que Louis estuviese bien.

-¿Un monstruo yo? No me jodas. Yo no he matado a nadie, no he violado a nadie. ¿Soy un monstruo por ser homosexual? ¿Soy una aberración por amar? Pues vaya....Entonces no existe palabra capaz de describirte a ti.

Una mano se cernió alrededor de mi cuello, levantándome del suelo y cortándome el aire. Abrí la boca para intentar tomar aire, pero caí al suelo. Comencé a toser y a dar bocanadas de aire, con los ojos llorosos por la falta de aire.

-¿Estás bien? -susurraba Louis a mi lado, cubriéndose aún con la colcha y ahogando un quejido de dolor al agacharse.

-¿Lo estás tu?-Pregunté mirándolo.

-Lo estoy -Asintió besando mis labios con suavidad.

Por un momento olvidé que mi padre estaba allí, la secretaria y el psicólogo no hacían nada. Durante el tiempo que duró el beso, fue como si en la sala solo estuviésemos él y yo, fue mágico.

-Te amo.-Dijo sobre mis labios y sonreí.

-Yo también te amo.-Respondí.

En ese momento, una voz me sacó de mis ensoñaciones.

-No voy a permitirte esto. -Decía mi padre, sin dejar claro a cual de los dos hablaba.

-Me da igual lo que me digas -Replicó Louis adelantándoseme-. Yo no te pertenezco. Mis padres se enterarán en cuanto vuelvan.

-¡INSOLENTE! -Bramó el mayor mirándolo, pero acabó riendo. Su risa nos hizo estremecernos a ambos-¿Tus padres? No van a volver, me encargué personalmente de ello.

-¿Q-quieres decir que....?-.Balbuceé torpemente y él asintió.

-Están de vacaciones permanentes....-Dijo mi padre, y una leve esperanza llenó mi pecho. Los padres de Louis estaban vivos.-En el cementerio.-Finalizó con una sonrisa.

Los ojos de Lou se llenaron de lágrimas, y comenzaba a temblar y a llorar.

-No....no por favor...no....-Sollozaba Louis y lo abracé con fuerza, mirando con odio a mi padre.

-Desgraciado....¿No tuviste suficiente conmigo y con mamá? ¿No tuviste suficiente por hacer que el tío Erik matase a Gemma?-Dije sin soltar a Lou, acariciando sus cabellos con suavidad para intentar tranquilizarle.

De pronto, las luces se apagaron, y escuchamos un ruido áspero y quedo. Después, el silencio invadió la sala mientras tratábamos de ver en la oscuridad.

Yo, un suicida. Tú, mi esperanza de vida. ||Terminada|| Wattys 2017Where stories live. Discover now