Capítulo 4

284 39 19
                                    

Yo, que jamás me había enamorado. Yo, que no creía en el amor. Yo, que me reía de los enamorados....Estaba completamente enamorado.

Miré a Louis, quien me observaba con curiosidad.

-Louis...-susurré, no muy seguro de lo que estaba a punto de hacer.

-¿Si? -me preguntó sonriente.

Sin ser capaz de mediar palabra, me acerqué a su rostro y presioné mis labios contra los suyos mientras me sonrojaba, al igual que él.

En un primer momento, mi mente se bloqueó, pero apenas un segundo después, sentía un hormigueo por todo el cuerpo, mientras él se subía sobre mi, sin separar nuestros labios en ningún momento.

Hasta que el eco de unos pasos por las escaleras nos sobresaltó a ambos y Louis dirigió una rápida mirada al reloj: Las 8 am. ¿Quien seria estas horas?

-Tienes que irte-dijo Louis bajándose de mi, tan serio como pálido y lo miré desconcertado, bueno, más bien dolido.

-¿P-por qué?-conseguí articular apenas.

-¡HE DICHO QUE TE VAYAS DE MI CASA, IMBECIL!-Me gritó con ira, tirándome fuera de la cama- ¡SAL DE AQUÍ, SUICIDA DE MIERDA!¡AHORA!

Asentí con los ojos llenos de lágrimas, y salí, tanto de la habitación como de la casa, bajando las escaleras con rapidez y tropezando con un robusto hombre al cual no vi el rostro, dado que ambos parecíamos ir con prisa, para finalmente romper a llorar al llegar al portal.

Había sido tan estúpido....Necesitaba a Louis más que a nada, más que a existir....Y si no hubiese sido porque le prometí no hacerlo, en ese momento la sangre estaría ya corriendo por mis brazos como nunca lo había echo.Corrí sin dejar de llorar hasta mi casa, donde me encerré en mi habitación.

***********

Había pasado más de una semana desde aquello, y yo no había salido de la habitación más que para ir al baño. Mi madre se encargaba de llevarme algo de comer y de beber, aunque yo apenas probara bocado.

-Harry, hoy tienes que ir a la cita con el psicólogo -decía mi madre tras la puerta-

-¿Es estrictamente necesario que vaya?.-Pregunté con la voz ronca y los ojos enrojecidos por las lágrimas. No había dejado de llorar desde entonces.

-Sí. Deberías salir ya, o no llegarás a tiempo.-Los pasos de mi madre fueron debilitándose y suspiré, levantándome de la cama.

Tenía las piernas entumecidas de no haberme levantado en días, y con dificultad, conseguí mantenerme en pie. Había dejado mi chaqueta en casa de Louis....ya se la pediría hoy, cuando lo viese en la clínica.

Bajé las escaleras con rapidez y salí de casa, caminando aceleradamente. No podría volver a ver a Louis a la cara. No podría hacerlo.

Llegué a la clínica y la psicóloga que llevaba el caso de Louis se acercó a mi.

-Disculpa...¿Has visto a Louis Tomilson hoy? Ha faltado a las dos últimas sesiones....

-No, no lo he visto-dije con preocupación. Louis nunca faltaba, ni siquiera estando enfermo.

-Llamé a su casa y no contestó nadie...

-Luego me pasaré por allí-dije serio.

-Te lo agradecería.

-No hay de qué.

Entré en la sala de costumbre, respondiendo a las preguntas de siempre, con una única diferencia en años.

-¿Te has cortado últimamente?

-No. Llevo casi dos semanas sin hacerlo.

-¿D-dos semanas?

-Si, dos semanas.-Repetí pesadamente.-¿Puedo irme ya?

El especialista asintió y salí corriendo del lugar, llegando al portal donde vivía Louis en menos de diez minutos, lo que significaba mucho, teniendo en cuenta que caminando a un paso normal era casi una hora de trayecto.

No recordaba el piso de Louis, así que miré en cada uno de los buzones hasta encontrar el piso de los Tomilson; 8F. Subí las escaleras lo más rápido que pude, con el corazón saliéndoseme del pecho. Tenía un horrible presentimiento. Primer piso, segundo, tercero, cuarto, quinto....El octavo parecía no llegar nunca. Hasta que finalmente llegué.

Fui viendo las puertas del 8°piso....Hasta llegar a la puerta F.

Estaba entreabierta, y se escuchaban unos ruidos de fondo. Entré con cuidado y me dirigí a la habitación de Louis, reconociendo los sonidos. Gemidos. Palidecí. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Louis estaba....? Me estremecí. No quería ni pensarlo. Agudicé el oído, solo gemía una voz, era grave y ronca. Otra voz, que reconocí como la de Louis, sollozaba. Abrí la puerta y contuve un grito de horror al ver la escena.

El suelo y la cama estaban manchados de sangre, Louis estaba a cuatro patas, llorando, y un hombre estaba sobre él, entrando y saliendo de él brutalmente, mientras lo golpeaba.

-B-basta, por favor.-Sollozaba, más no hacía esfuerzo por apartarlo, puesto que tenía ambas manos esposadas a la espalda.

-Shh....Has sido un niño malo, debo castigarte.-Siseó el hombre sobre su oído y no pude resistirlo más.

-¡NO LO TOQUES HIJO DE PUTA! -chillé agarrándolo por los hombros y tirándolo al suelo.

Tanto el hombre como Louis me miraban por sorpresa, el segundo emitió un quejido al sentir como su entrada quedaba libre de golpe. El hombre se levantó con rapidez y me derribó, cayendo sobre mí al suelo.

-Déjale...Él no ha echo nada...-susurró el castaño con una voz sumisa e inocente, levantándose como podía y tirando de su manga, haciendo que el hombre me diera la espalda.

Fue ahí cuando tomé una vara que estaba pegada en la pared y golpeé a aquel asqueroso hombre en la cabeza repetidas veces, haciendo que cayese inconsciente.

-¿Estás bien?-Pregunté con un hilo de voz, mirándolo preocupado.

Y sin asentir ni negar, Louis se desplomó y lo recogí entre mis brazos, sollozando impotente.

Yo, un suicida. Tú, mi esperanza de vida. ||Terminada|| Wattys 2017Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang