Capítulo 24. 'Esos momentos felices'

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Capítulo 24. 'Esos momentos felices'.

*Narra Noah*

Había pasado mes y medio desde que todo se desmoronó completamente. Desde que eché a Mark de mi despacho, desde que se llevasen arrestado a Alex, quien lo diría. Y sobretodo y de lo que más me arrepiento es de mi gran pelea con Iris, mi bella y cariñosa Iris. No sabéis cuanto la echo de menos... Es como si me faltase una gran y necesaria parte de mi. Me arrepiento tanto de aquellas palabras, pero aún no es el momento indicado para ir a pedirla perdón, porque aun sus palabras resuenan en mi cabeza y quieras o no duele que te digan cosas así.

Me encuentro tumbada en el sillón con una manta mientras juego con el anillo de Mark. A él también lo echo muchísimo de menos. Es agradable tener a una persona especial cerca tuya preocupándose por ti cuando ni tu misma lo haces. Llevo como una hora quizás sean dos, no llevo la cuenta, mirando a la nada mientras recuerdos aparecen en mi mente y sí, esto son recuerdos que merece la pena recordar ya que son, en mi opinión, los mejores.

Empecemos...

*Flashback*

Gracias a Jashon tengo las llaves de la casa que comparte con mi querido esposo. Bueno realmente se las robe pero es un detalle sin importancia, además así tiene escusa para quedarse a dormir con su novia e hijo y nos deja un poco de intimidad a los recién casados. Que por cierto, tendríamos que terminar de preparar la luna de miel. Ya habrá tiempo, ahora a lo que veníamos.

En silencio entré a la, enorme, casa de dos plantas. Un ático duplex de los típicos amigos solteros cazamujeres. Rodé los ojos con una sonrisa ante ese pensamiento mientras cerraba la puerta con llave dejándola puesta. Por si alguien más tenía llaves y quería entrar. Para evitar posibles sustos.

Dejé mi bolso junto con mis chaqueta en un sillón y cerca los tacones. Son armas del diablo pero ¿y lo bien que sientan que? Según Iris la habitación de Jashon era la segunda a la derecha y que la de Mark quedaba en el otro extremo. Tiré hacia la izquierda abriendo y cerrando las puertas hasta que por fin di con lo que estaba buscando.

Ahí se encontraba mi amado dormido plácidamente boca arriba y espatarrado como un verdadero hombre elegante. Pero que estuviese boca arriba facilitaba los trámites. *Inserte risa malvada*

Rezar porque estos pantalones vaqueros pitillos no se rompan.
Me subí con cuidado a la cama y a medida que iba avanzando iba dejando a Mark entre mis piernas. Esto iba a ser genial.
Despacito y sin mover mucho la cama me senté a horcajadas sobre él juntando nuestras intimidades. Y como si algo se apoderase de mi, una diva o yoqueseelque mi pelvis se comenzó a mover a un ritmo lento y sensual. La respiración de Mark se empezó a acelerar mientras pequeños jadeos salían de su garganta y sus ojitos se abrían poco a poco.

- Buenos días querido esposo -susurré con sensualidad debido al ambiente mientras acariciaba su pecho y trazaba las líneas de sus abdominales bien definidos.

- Dios.... esto si que son buenos días -su voz ronca de recién despertado y sus manos ahora en mi culo me hicieron mover con más fuerza pero al mismo ritmo- Quiero fuera ese pantalón, no me deja agarrar bien lo que es mio.

- Quizás deberías prestarme un pantalón de los tuyos -acerqué mi cara a la suya.

- O quizás debas desnudarte, ya sabes para que estés más cómoda. Como en tu casa -intentó besar mis labios pero antes siquiera de rozarse me eché hacia atrás.

¿Más que deseo?Where stories live. Discover now