Harry, Allison Ron y Hermione se abrieron paso hasta el final del tren, pasaron ante compartimentos repletos de gente y llegaron finalmente a un vagón que estaba casi vacío. Subieron los baúles, pusieron a Hedwig y a Crookshanks en la rejilla portaequipajes, y volvieron a salir para despedirse de los padres de Ron. La señora Weasley besó a todos sus hijos, luego a Hermione y por último a Harry y Allison se sintieron raros pero muy agradecidos cuando ella les dio un abrazo de más.

-Cuídense, chicos ¿Lo harán? -dijo separándose de éllos, con los ojos especialmente brillantes. Luego abrió su enorme bolso y dijo—: He preparado bocadillos para todos. Aquí los tenéis, Ron... no, no son de conserva de buey.

Fred... ¿dónde está Fred? ¡Ah, estás ahí, cariño...!

-Harry, Allison -le dijo en voz baja el señor Weasley-, vengan aquí un momento. Señaló una columna con la cabeza y ellos lo siguieron hasta ella. Se pusieron detrás, dejando a los otros con la señora Weasley

-Tengo que decirles una cosa antes de que se vayan -dijo el señor Weasley con voz tensa.

-No es necesario, señor Weasley Ya lo sabemos.-

-¿Que lo saben? ¿Cómo han podido saberlo?-.

-nosotros... eh... - Allison se apuró a confesar

-los oímos anoche a usted y a su mujer. No pudimos evitarlo. Lo sentimos...-

-No quería que se enteraran de esa forma -dijo el señor Weasley, nervioso.

-No... Ha sido la mejor manera. Así nos hemos podido enterar y usted no ha faltado a la palabra que le dio a Fudge.-

-chicos, debes de estar muy asustados...-

-No lo estoy -contestaron al unísono, Harry hablo con sinceridad, pero sabía que su hermana, mentía solo para tranquilizar al señor Weasley -. De verdad —añadió, Allison porque el señor Weasley la miraba incrédulo-. No trato de parecer un héroe...- dijo Harry, - pero Sirius Black no puede ser peor que Voldemort, ¿verdad?- El señor Weasley se estremeció al oír aquel nombre, pero no comentó nada.

-Harry, sabía que estabas hecho..., bueno, de una pasta más dura de lo que Fudge cree. Me alegra que no tengas miedo, pero...-

-¡Arthur! -gritó la señora Weasley, que ya hacía subir a los demás al tren-. ¡Arthur!, ¿qué haces? ¡Está a punto de irse!-

-Ya vamos, Molly -dijo el señor Weasley Pero se volvió a Harry y siguió hablando, más bajo y más aprisa—. Escucha, quiero que me den su palabra...

-¿De que seremos buenos chicos y nos quedaremos en el castillo? -preguntó Allison con tristeza.

-No exactamente -respondió el señor Weasley, más serio que nunca-. Chicos, prométeme que no irán en busca de Black.

ellos lo miraron fijamente.

-¿Qué?-

Se oyó un potente silbido y pasaron unos guardias cerrando todas las puertas del tren.

-Prométanme, chicos-dijo el señor Weasley hablando aún más aprisa—, que ocurra lo que ocurra...

-¿Por qué íbamos ir detrás de alguien que quiere matarnos? –pregunto Allison, sin comprender.

-Prométanmeme que, oigan lo que oigan...-

-¡Arthur; deprisa! -gritó la señora Weasley.

Salía vapor del tren. Éste había comenzado a moverse. Los hermanos corrieron hacia la puerta del vagón, y Ron la abrió y se echó atrás para dejarlos pasar. Se asomaron por la ventanilla y dijeron adiós con la mano a los padres de los Weasley hasta que el tren dobló una curva y se perdieron de vista.

La hermana de Harry Potter (libro: el prisionero de Azkaban)Where stories live. Discover now