Capítulo 8

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-Un día en la vida del Jaime-

Los días pasaron para los amigos y para la pareja. Nicolás había mejorado y ya podía grabar vídeos como antes, sin levantar sospecha alguna de lo que ocurría con su amigo Jaime.

Sus bromas seguían, sus momentos homosexuales a veces se iban al extremo hasta el punto en el que Jaime tampoco los aguantaba. Al menos no mientras grababan.

Jaime se encontraba mirando con nostalgia la ventana. El día estaba nublado. Suspiró, lo único que pasaba por su cabeza era "Nicolás". Sonrojándose un poco tomó su almohada para estrellarla contra la pared y dar vueltas bruscas en la cama.

– ¿Hijo estas bien?

– ¡Sí mamá! No te metai por la cresta... –respondió con enfado.

Respirando se fue calmando, pero era tan inevitable. Apretando un poco sus dientes y desviando su mirada al celular, se decidió por escuchar música. Dejó que el teléfono aleatoriamente eligiera por él. Lo primero que suene...

"Lejos de ti, mi vida..."

Fue como un golpe en su entrepierna. Lanzó el celular lejos tirando de su pelo. No lograba entender por qué ahora todo le revolvía el estómago.

Esto no iba hacia ninguna parte. No tenía opción.

Fue hasta su ahora desarmado celular en el suelo, cuando estuvo armado lo encendió reclamando por la demora de su maldito aparato. Puso la casilla de llamadas y comenzó a marcar nervioso, mientras la llamada marcaba tragaba saliva.

– Después del tono, grabe su men...

– ¡Puta la wea, Nico culiao! –volvió a marcar con enfado.

– ¿Aló?

– ¡Contesta la wea po negro conchetumare!

– Agh... ¡¿Qué wea querí ahora?! ¡¿o solo llamai pa' molestar terrorista enfermo?!

Aclaró su garganta y se recostó en la cama.

– No, no era pa' eso...

– ... ¿Y?

– ¿Y qué?

– ¿Pa' que llamai po weon?

– ¿No puedo llamar a mi pololo si quiero hablar con él?

– ¡Ay no me digai así fleto culiao!

– Si yo soy fleto entonces ¿tú que erí?

– Ya culiao, te voy a cortar...

– ¡Esperate! Ya, fuera de webeo... Te llamaba porque, quería preguntarte algo.

– ¿Qué cosa?

– No es que, quiero decírtelo a la cara mejor, por teléfono es muy chanta la wea–ríe.

– Ay ya po, él po, el príncipe azul...

– A las 7, ven a mi casa. Llegai tarde culiao y te pego.

– Ya oh, ya... –corta.

Al cortar se limpió el sudor y se relajó en la cama. Lo peor había pasado. Jamás le había sido tan difícil invitar a alguien, tenía que controlar todo el tiempo su lengua si no quería tartamudear o que le saliera algún gallo embarazoso. Aún tenía algo de orgullo que guardar.

No podía estar más feliz, se sentó en la cama sonriendo. Miró la hora en el reloj de pared y corrió al baño a ducharse. Que el agua cayera por su cuerpo hasta la cerámica era como un masaje japones de esos que se hacen los adinerados que pueden viajar y darse lujos. Mientras Jaime se masajeaba el pelo con shampoo solo pensaba en como recibir a Nicolás.

Un reto maraco fuera de límites -jaidefinichon- [Jainico]Where stories live. Discover now