Capítulo VII: Tarde de lluvia

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-Bueno,entonces ¿estáis saliendo o que es eso que hacéis?
Miré a Sakura desde mi pupitre. Llevaba todo el día embobada mirando por la ventana. Daba la sensación que iba a llover.
Había pasado un mes y medio desde aquella tarde en la cancha, y desde entonces no había día que no nos viéramos.
Venia a buscarme a la heladería para acompañarme a casa, cuando yo no trabajaba me acercaba a Yosen y le veía entrenar, (me encantaba verle entrenar), íbamos al cine los domingos donde nos gastábamos verdaderas fortunas en comida basura.
Me sonroje muchísimo.
-Pues...estamos saliendo. Lo que hacemos es lo que hacen las parejas. Pasar tiempo juntos, quiero decir -trate de arreglar, ante la cara de pervertida de mi amiga.
-¿Pero te lo ha pedido?
-Sakura, tu crees que Murasakibara va a parar a pensar "Voy a pedirle salir". Él se deja llevar...por lo que siente.
-Pues espero que empiece a pensar, porque ya le veo desnudandote en plena calle cuando vuetra relación sea más íntima
Me puse roja hasta las orejas sin poder contestar. Sonó el timbre de que empezaban las clases.
-Voy a mi sitio. Pero piensa lo que te digo. ¿No sería más romántico si te pidera salir?

Más romántico...
Murasakibara era dulce,tierno, detallista...pero no era romántico. No era algo que pegara con él.
Me pasé las clases pensando en ello. Claro que sería precioso verle pedirme salir, avergonzado por la situación,y lo haría si se lo pidiera...pero sería forzado,impropio de él.

Cuando terminaron las clases me dirigí hacia la heladería. Hacía muy mal día. Mucho aire y se avecinaba una tormenta. En breve nevaria a este paso. Acelere el paso, llegando a mi trabajo justo cuando empezaba a llover.
-Vaya tiempo se está girando..poco trabajaremos hoy,(T/a)
-Buenas tardes, Sempai...si..yo también pienso lo mismo. Éstos días son muy malos para ir por la calle.

Fui a cambiarme y a arreglarme el pelo, todo enmarsañado por el aire, y le mandé un mensaje a Murasakibara:

Hola!
Vaya día hace!hoy saldré pronto de trabajar. Mejor nos vemos mañana, no hace tiempo para ir por la calle.
Pensaré en ti!!♡

Enviar.

Miré mi móvil algo mosqueada. Me gustaba tanto estar con él y podíamos estar juntos tan poquito rato que la idea de no verle me disgustaba.
Salí al mostrador. La heladería estaba vacía.
-A éste pasó tocará cerrar un tiempo. No creo que el jefe acepte estas pérdidas.
Estuve bastante ausente durante el trabajo. Como esperábamos no vino nadie y aprovechamos para limpiar el local. Cuando se hizo la hora me dispuse a cambiarme para irme a casa pero...
-¡Como llueve!
Era un torrencial. Y peligroso salir con éste tiempo....

Y yo sin paraguas.
Me maldije por ser tan descuidada. Me puse la capucha de la sudadera, sabiendo que poco haría.
-Con éste tiempo no te puedes ir.
-Sempai, estoy cerca de casa. Tengo que ir.
-Es una locura. Me niego a que...
La puerta de la heladería de abrió
-¿Se puedeee~?. Tuvo que agacharse para poder pasar.
-Murasakibara-kun.¿Qué haces aquí?
Me acerqué a él. Estaba empapado de pies a cabeza, pese a que llevaba paraguas.
Puso una de sus grandes manos en mi mejilla.
-Aahh~, supuse que no tendrías paraguas y que te sería difícil volver. Así que vine a buscarte.

Cada poro de mi piel, cada diminuto trocito de mi bailaba loco de alegría. Este gigantón desvarataba mi mundo.
Le sonreí llena de alegría y me puse de puntillas para abrazarme a su cuello.
-(T/n)-chin, estoy empapado y te mojaras tu también...
-Gracias, mil gracias Murasakibara-kun...te quiero tanto.
Él se sonrojo, y me besó pasando su mano por detrás de mi cuello.
-eejeem...supongo que ahora me quedo más tranquila si te vas a casa.
Ambos nos giramos hacia la voz. Me había olvidado que mi superiora estaba presente...
Roja cómo un tomate me solté del cuello de Murasakibara y me disculpe por mi comportamiento impulsivo.
-Venga, id con cuidado a casa.

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Murasakibara y (T/n) corrían bajo la lluvia, tratando de evitar el aire. Iban muy juntos, tratando de estar bajo el paraguas.
-(T/n)-chin, ven. -Él pasó su brazo por los hombros de ella y la arrimó más a su cuerpo, tratando de protegerla del aire.
-Murasakibara-kun...si vamos por esa calle atajamos para llegar a mi casa...pero hay que saltar un pequeño muro.

Fueron hasta ahí, efectivamente, un muro de poco más de tres metros les cortaba el paso.
Ella saltó para engancharse, pero con la lluvia no conseguía engancharse.
-Mmmm~, déjame a mí -Murasakibara pasó el paraguas a (T/n), cogió impulso y se quedó con medio cuerpo por encima del muro, usando los codos para impulsarse y así pasar una pierna.
-Que potencia de salto, Murasakibara-kun, y eso que el suelo está mojado.- él le ofreció su brazo, agarrandola de la muñeca.
Tiró con fuerza a la vez que (T/n) cogía impulso, quedando cara a cara. Ambos se sonrojaron. Pese a que se habían besado muchas veces (como hacía un rato ) mirarse tan de cerca solía avergonzarlos.
-Muévete con cuidado -Murasakibara, aún con sus mejillas teñidas, ayudó a (T/n) a dejarla al suelo con cuidado, y luego saltó él.
-Mira, mi casa,¡Vamos!
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La diferencia de temperatura al entrar en mi casa era altamente agradable. Miré a Murasakibara. Estaba completamente empapado, con su pelo violeta, chorreando y la ropa pegada al cuerpo. Aún fatigado por el esfuerzo de ayudarme y recorrernos todo el camino corriendo, se le veía imponente en la entrada de mi casa...Me puse rojisima.
-Y...¡Ya estamos en casa!
Mi madre asomó su cabeza desde la cocina. Por su cara supe enseguida que había estado muy preocupada.
-Gracias a Dios...con éste tiempo ya iba a mandar a tu hermano a buscarte...-se quedó callada, mirando a Murasakibara.
Él también se la quedó mirando, sin saber muy bien que decir.
-Uhhmmm~...-Hizo una reverencia
-(T/n),¿ es él ?-Preguntó mi madre. Me sonroje mucho, y asenti como respuesta. Murasakibara me miró sorprendido.
-¿has hablado de mi en casa?
-Bu...bueno, a mi madre si...
-Tu padre también se huele algo.
Murasakibara y yo nos pusimos rígidos al mismo tiempo.
-Eso es lo de menos. - Mi madre cogió en brazos a mi hermano pequeño, que venía corriendo hacia mi para abrazarme.- Tenéis que ducharos y cambiaros de ropa. Qué aún os pondréis enfermos. Mi madre sonrió a Murasakibara. Ahora te buscaré...
-¡Aaah!¡Un hombreee!
Miré a mi derecha. Uno de mis hermanos (un gemelo) señalaba a Murasakibara, que parecía un gigante a su lado.

No hizo falta más.
Oí ruidos de pasos apresurados y mi padre, el otro gemelo y mi hermano mayor con el portátil en la mano se presentaron en el recibidor.
-¡Alaaaa es enorme!
-Papá, ¡éste tío te pasa!
-eehhh ,gira el portátil que yo también quiero ver!
Era la voz del mayor de nosotros, que estaba estudiando en el extranjero. Pude ver su cara en el portátil.
-Tú también.! Ésta casa es de locos!
Mi padre miraba a Murasakibara alucinado. Él, por su parte tragó saliva y saludó con educación.
Estaría flipando.
-Ya está bien. Cada uno a sus cosas.- dijo mi madre poniendo orden.-(T/n) me dijo que estas interno en el Instituto Yosen ¿no?
-Ah...si así es.
-Con éste tiempo no podras salir, sería una locura, así que llama a quien debas y avisa que te vas a quedar aquí.
Todos miramos a mi madre.
-N...no será necesario. Si voy rápido llegaré enseguida.
-De eso nada. Si te pasa algo no nos lo perdonariamos. Aquí hay sitio y comida de sobra para uno más. Así que te quedas. Hija...duchate Tu primero, necesito que me ayudes con la cena. Yo voy a buscar algo de ropa para éste chico tan guapo.
Y dicho esto nos dejó a todos allí parados. Mi padre volvió a mirar a Murasakibara.
-Ya has oído a la dueña de la casa. Ponte cómodo.
Acabado el espectáculo cada uno se fue a lo suyo.
-s...siento esto. Mi familia es así.
Murasakibara me miró y alzó los hombros, con una media sonrisa.
-No te disculpes...por mi parte dormir en tu casa está genial.
Me sonroje. Pero luego pensé en mi padre.
-No se yo si te arrepentirás por lo que has dicho.
Él se acercó a mi oído y me susurró juguetón.
-Estoy seguro de que no...

Siempre DulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora