Capítulo Final

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Maratón Final: 4→4
Lauren's POV

Dicen que el dolor te vuelve humano... ¿Qué tan humano crees poder ser? Yo creo que lo soy bastante ahora mismo. El sol apuntaba por salir, no había notado el tiempo pasar pero puedo asegurar que fue al menos un día entero. Tenia sed, hambre, la boca seca, el pelo impregnado de arena y la piel como vieja por el agua. Estaba echa un desastre, mi físico representaba mi corazón; un asco. Si no calculo mal, hoy era sábado, el día de la carrera. No tarde mucho en levantarme de la arena, Normani estaba leyendo unos mensajes o tal vez viendo fotos en su instagram apoyada sobre el coche. Sé que mientras yo estaba sobre la arena, Troy, Dinah y Normani estuvieron ahí, cada uno a su turno, esperando a que yo estuviera preparada para afrontar lo que ahora seria mi presente. No puedo explicar lo muy agradecida de tenerlos como amigos. Sé que mi cara daba miedo pero aún así Normani me sonrió y me abrazo con fuerza, me llevo al hotel donde estaban Dinah y Troy, cogí una ducha, me vestí, me peine, realmente lo necesitaba. Y fui hasta el más viejo lugar que conocía: The Shadows Dead. Era el más conocido para las carreras ilegales. Y obviamente esta carrera se haría aquí. En cuanto me vio Blake se abalanzó sobre mi y como de costumbre dejo caer dos o tres comentarios sobre lo muy guapo que era su sobrino y lo muy soltero que este era, como siempre pase del tema, pero esta vez ni sonrisas se hallaban en mi rostro. Caminé y Blake me dejo una de sus muchas motos, seguramente la más potente. Mis manos temblaron al sentir el motor rugir bajo mis piernas. En realidad, todo mi cuerpo tembló. Austín era el que tenia la bandera blanca en las manos, no tardo en alzarla y al segundo todas las motos salieron disparadas dejando un humo como de costumbre tras nosotros. Es un momento, es mi momento de libertad, de percibir el aquí y el ahora, con todos mis sentidos enfocados en lo que estoy haciendo. Sé que es un peligrosa ya no es cosa de juego. Es la mayor experiencia siempre teniendo en mente que nadie nos gana. Más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto, pero ahora no sé cual de las dos opciones es mejor. Cogí más velocidad hasta quedar tras el primero, no me era desconocido, la verdad creo que lo conocía, esas caras que te resultan conocidas pero no sabes como ni cuando lo viste. Siempre me tapaba el camino impidiéndome adelantarlo, aceleré aún más y con un pequeño derrape lo adelante, quedando primera aún quedaba unos metros antes de llegar a la meta. Aceleré lo más que pude, sintiendo la adrenalina comiendome por dentro, el corazón a mil, quería olvidarla. Olvidarla aunque fueran unos segundos. Cerré los ojos con fuerzas y seguí adelante, pero era imposible no ver su rostro. Cuando abrí los ojos todos gritaban. Había ganado.

Y cuando te quieres dar cuenta, de repente ves que todo a terminado. Que ya no hay marcha atrás, que los dados han sido jugados y las cartas se han enseñado, lo sientes.. Justo entonces intentas recordar el momento en el que todo empezó.

Me puse él abrigo y salí unos instantes fuera de la oficina, hacia frío pero necesitaba sentir el aire fresco sobre mi rostro. Sonreí como tonta al sentir un copo de nieve caer sobre mi mejilla izquierda.

-Es bonito.- Soltó una voz ronca tras mi que me hizo sobresaltar, me di la vuelta y me encontré con una mujer de más o menos mi edad, tenia la nariz muy roja y una perfecta sonrisa pegada a sus labios rosados. Su pelo marrón chocolate sobre salia de su gorro beige, lo que la hacia adorable pero a la vez muy guapa.

-¿El que?- Pregunté confusa.

-La nieve.- Sonrió antes de cortar él contacto visual que había establecido y miró el cielo.

Recuerdo haber pensado que ella era mucho más bonita que la nieve. A veces piensas en el momento exacto en el que te enamoraste, lo piensas tanto que simplemente lo olvidas y decides creer que siempre estuviste enamorada. Yo recuerdo ese momento exacto en el que me enamoré, el momento exacto en el que supe que siempre la amaria, el momento en el que la hice mía, lo recordaba todo y creó que eso es lo que más dolía, recordar. Porque los recuerdos terminan quedándose en el olvido, no quiero olvidarla, no quiero dejarla ir. A veces tienes que reír a través de las lágrimas, sonreír a pesar del dolor y vivir a través de la tristeza, eso haré, eso quiero aprender a hacer. Sé que olvidarla sería de cobarde, yo simplemente quiero recordarla sin que me duela.
Sé que la quiero en mi vida, pero en cambio solo la tengo en mi mente. Qué triste querer decirle tanto y saber que es mejor no decir nada.

Y piensas tanto que al final te das cuenta de que todo empezó mucho antes.

-Dejame ya.- Dije riendo empujando Blake quien intentaba emparejarme, porque si esa era la palabra, con su sobrino al menos dos o tres años más chico que yo. Recuerdo haberme subido en mi moto después y conducir a toda velocidad hacia la playa, amaba ese lugar, realmente era mi favorito.

El sol gritaba a mares que no tardaría en salir, la luna iba poco a poco escondiéndose de los rayos del sol, las estrellas se borraban del cielo y era un hermoso amanecer. Sin pensarlo me quite la ropa y me tire al agua, malo para mi estaba congelada, pero no me importaba. Era joven, era loca, y bañarme en el mar al amanecer sería un recuerdo que contar a mis nietos. Y entonces la ví. Ví una chica, la más hermosa de todas en verdad. Estaba sentada sobre una roca. Miraba el mar como si fuera lo más bonito que vio en toda su vida, y la verdad lo era. Mientras ella observaba el mar, yo la observaba con la misma intensidad. Y después me fui.

A veces tienes que reír a través de las lágrimas, sonreír a pesar del dolor y vivir a través de la tristeza, quiero aprender ha hacer eso, porque realmente ahora mismo no creo ser capaz de hacerlo. Sé que olvidarla sería de cobarde, pero tan solo quiero recordarla sin que me duela. La quiero en mi vida, pero en cambio solo la tengo en mi mente, y eso duele demasiado. Qué triste querer decirle tanto y saber que es mejor no decir nada. Sé que la amo y que siempre la amaré, lo que más duele no es no tenerla a mi lado, sino saberla a su lado. El amor duele, duele demasiado. Ella me duele. Las consecuencias se te van de las manos en algún momento de tu vida. Solo hay una cosa que parece clara en esos momentos; Lo que sea que escogieses estaba mal. Solo queremos sobrevivir a la tormenta. Nunca imaginé cómo iba a ser cuando llegaría aquí. ¿Qué pasa si cuando la tormenta termina no queda nada? Siempre he dicho que podría manejar cualquier cosa. Me equivoqué. Estaba equivocada sobre muchas cosas. Pero tenía razón en una cosa. Tenía razón sobre esto. Sabía en el fondo que ambas sufriríamos, y por desgracia tenía razón.

Hay un juego que los niños juegan: cierran las manos y a la de tres intentan coger los dedos de los otros. Aguanta todo lo que puedas, o al menos más que el otro niño. El juego no termina hasta que alguien dice 'para', hasta se rinde y pide piedad, no es un juego divertido. ¿Ni que fuese así de fácil ahora? Ya no es un juego y no somos niños. Puedes pedir misericordia todo lo que quieras, pero nadie te escucharás. Solo estas tu, gritando al vacío. Las cosas simplemente están fuera de tu control. No puedes cambiarlas. No importa si ya llegas 45 minutos tarde, si tu pelo no está peinado y no has hecho el desayuno, y estás perdiendo neuronas cada segundo que pasas aquí sentado, muriendo, muriendo por dentro.

No dejes de respirar. Respira. Sigue viviendo, aunque vivir signifique sufrir. Respira. Vive.

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¡Fin!

Gracias por haber participado en esto conmigo, por haber votado, leído, comentado. que me repito pero gracias.

Os quiero! ♥

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