—Sí... Señora. —Dijo mirando a su nieto con ganas de asesinarlo.

La madre de Jimin sacó su móvil y atendió una llamada.

—¿Sí? ¡Oh! Enseguida voy. —Dijo levantándose. —Ya vuelvo Jimin. —Se fue cerrando la puerta.

—¿¡QUÉ FUE ESO!? —Gritaron Jimin y Vanessa al mismo tiempo completamente molestos.

—Yo sólo... Quería ayudar. —Dijo encogiéndose de hombros.

—¿¡Pero por qué dijiste que es tu novio!? Él no... Ashh...

—¿Qué tienes para decir en tu defensa? —Dijo la mujer mirando desafiante a Hoseok.

—Que Jimin no es mi novio. —Dijo el castaño. —Sólo dije eso para que me dejaran entrar.

—¿Q-Qué? Lo siento.

—No hay problema. —Dijo riendo y se olvidaron del problema.

A los tres días la madre de Jimin ya había comprado una casa perfecta en Seúl con la esperanza de que ambos fueran allí y comenzaran nuevas vidas, pero ante la insistencia de su hijo de quedarse en Busán y bajo la excusa de "sus estudios" logró que su madre alquilara un gran departamento en el centro de la ciudad. No podía estar más feliz, no sólo se había librado de la carga de su madre, sino que también estaba a menos de una cuadra del departamento de Hoseok.

A partir de ese día Jimin comenzaría una nueva vida.

Ya estaba desempacando su ropa en su nuevo departamento. Era muy bonito y moderno, aunque le hubiese gustado algo más acogedor y pequeño ya que estaría él solo, pero bueno, podía acostumbrarse.

—Entonces... No pierdas el número de la cuenta porque de lo contrario no abriré otra, ¿Ok?

—Entendido.

—La tarjeta de crédito está a mi nombre, así que estaré al tanto de tus compras, no lo olvides.

—Entendido. —Dijo sonriendo.

—Intentaré llamar lo más seguido que pueda y cuídate mucho.

—Te deseo mucha suerte madre.

—Voy a extrañarte, ya no tendré a quién regañar... —Dijo riendo. —Cuidado con lo que haces y mi casa siempre tendrá las puertas abiertas en caso de que quieras ir... Siempre y cuando no hayas hecho algo tan malo que dañara mi reputación. Pensándolo mejor, que nuestra relación de madre-hijo quede en secreto, ¿Ok? —Y ahí estaba su verdadera madre.

—Está bien. Que viajes bien. —Dijo y se despidió de la mujer que luego se fue.

Hace tres días comía solo ramen, no sabía hacer otra cosa y sinceramente no quería, estaba bien comiendo comida rápida.

Estaba emocionado por estrenar su nuevo guardarropa, ayer había ido de compras con Jungkook y compraron ropa tan genial, aunque en ese momento sólo utilizara la ropa de Hoseok. Siempre la usaba para dormir, lo hacía sentir cómodo y protegido, además tenía un rara superstición de que si no dormía con ella tendría pesadillas así que era mejor para él.

*[[N/A: nuevamente leer este tramo marcado con asteriscos no es relevante en la trama de la historia. Lo siento, no me resistí xc]]

Era viernes por la noche y ya estaba listo para dormir, se había bañado, tenía su pijama y había cenado. Sin embargo no tenía sueño, no podía dormir, necesitaba ver a Hoseok.

Era la primera vez desde que lo conocía que no lo veía en un día entero y sentía tanta ansiedad. El castaño tenía que ir a la casa de su madre a arreglar un asunto y como no vivía tan cerca iba a pasar la noche ahí.

Sólo Inténtalo {Hopemin} (para la kai juas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora