Sólo Inténtalo {Hopemin} (para la kai juas)

»Capítulo 2«

Sintió que esas palabras lo llenaron de confianza, era un sentimiento extraño, sentía seguridad en sí mismo.

—Está bien. —Dijo decidido.

Hoseok le extendió el cigarrillo y lo tomó entre sus dedos ¿Realmente estaba por hacer eso? No iba a dudarlo más porque terminaría arrepintiéndose. Lo colocó entre sus labios y succionó. Rápidamente su garganta y toda su boca se llenaron de humo haciendo que tosiera instantáneamente provocando que Hoseok soltara una carcajada.

—Hazlo más despacio pequeño. —Aún no podía parar de toser, ¡Era horrible!

Sabía que si su padre lo viera en ese momento lo encerraría en su cuarto para el resto de su vida y no le dejaría salir ni para ir al baño, pero lo último que le importó fue su padre. Lo volvió a intentar nuevamente como Hoseok se lo había indicado, y aunque le dieron ganas de toser lo aguantó y dejó salir el humo de su boca. Y la tercera vez fue diferente. Cuando expulsó el humo, una sensación de relajación invadió su cuerpo, se sentía raro, era incluso placentero.

Estaba por hacerlo nuevamente cuando Hoseok se lo arrebató de las manos.

—Hey, tranquilo. —Dijo sonriendo. —Sabes mejor que yo que fumar no es bueno... La gente que fuma lo hace para relajarse y porque le gusta la sensación que produce, pero... Por más que quieras vivir sin preocupaciones, debes estar relativamente sano para disfrutar de la vida. Me caes bien Jimin, y por eso no quiero que caigas en una adicción tan estúpida como el tabaco. No querrás que se adueñe de tu vida.

—Dudo que así sea...

—Es más fácil caer de lo que crees. Quiero que me prometas que serás moderado.

Jimin no entendía por qué alguien que apenas lo conocía lo cuidaba de esa manera. Era evidente que no tenía planeado seguir fumando en el futuro, pero para su sorpresa luego de conocer a Hoseok todos sus planes cambiarían drásticamente.

—Lo... Lo prometo. —Le dijo sonriendo. —Tú... ¿Por qué fumas?

Su pregunta tomó desprevenido a Hoseok.

—Bueno... Hay veces en que te estresas demasiado. Tanto al punto de querer dejarlo todo e irte al lugar más alejado de todo el mundo; y fumar de alguna manera te da paz... Fumo muy de vez en cuando. Cuando no quiero estallar de impotencia y matar a todo el mundo. —Dijo riendo.

Jimin se sentía de esa manera antes de encontrarse con Hoseok. Había estallado de impotencia y quería matar a todo el mundo. Y no había hecho falta que fumara para que se relajara y se olvidara de todo. En ese momento descubrió que Hoseok era su nicotina.

Continuaron hablando y haciendo bromas como por una hora más. Cada tanto Jimin le daba otra probada al cigarrillo mientras miraba las estrellas y se relajaba como nunca lo había hecho en su vida. No tenía preocupaciones, sólo... Vivía el momento.

—Jimin... ¿Qué hay de ti? ¿Por qué... Estabas llorando? —Preguntó Hoseok arriesgándose a tocar un tema sensible.

—Bueno... Había estallado de impotencia y estaba a punto de matar a todo el mundo. —Se dio cuenta de que no había hablado nunca sobre cómo se sentía con nadie, se sentía atrapado por cadenas que quería sacar de sí y soltarse, y Hoseok parecía buena persona y no veía por qué hablar con él sobre eso. —Desde que tengo memoria toco el piano. No es que no me guste hacerlo... Es sólo que no quiero hacerlo del modo del cual mi padre quiere que lo haga. Él es un pianista muy reconocido y quiere que yo también lo sea. Me gusta tocar el piano como un pasatiempo, pero no quiero que sea mi vida, no siento esa pasión por tocar el piano como la siente mi padre, y pretenda que viva de eso cuando no es lo que quiero. Él controla cada parte de mi vida, al punto de que no quiere que tenga personalidad. Quiere ser el dueño de mi vida y ya me cansé de eso... Pero no tengo la suficiente valentía como para revelarme o para hacer algo. No sé qué hacer y ya no soporto vivir de esta manera. —Soltó más rápido de lo habitual. Hosoek se quedó mirándolo sorprendido.