XV[Parte II; Fin Fall For You]

Start from the beginning
                                    

Casi podía sentir en mi piel la vibración del estruendo provocado por los coches chocando, viendo su cuerpo salir disparado a veinte metros de donde se habían encontrado. Entonces me quedaba estática dentro del vehículo, en un shock completo sin poder creerme aun lo que había pasado. Mis labios gritaban un nombre que no volvería a ser pronunciado y por mis piernas se sucedían las rondas de adrenalina acercándome al cuerpo moribundo de lo único que una vez hube amado. Entre sollozos repetía aquellas seis letras, seis dagas al alma por cada vez las decía y no reaccionaba, no daba señales de vida. Las lágrimas creaban surcos ardientes por mis mejillas y añadían un nuevo broche a mi magullada herida. Y yo tenía tanto miedo. Tenía tanto miedo de no volver a oír su risa, de no sentir sus cosquillas, de no escucharle jamás, de no oírle corregirme cuando volvía a equivocarme al pronunciar. Tanto miedo, tanto miedo de no saber si después de aquello podría volver a amar.

Entonces me despertaba entre temblores y me recordaba una vez más que aquello solo había sido un mal sueño, algo que debía dejar de recordar.

Y aunque pasasen los años, no lograba encontrar ni el sentido ni el por qué de este personal infierno.

** *

- Buenas tardes señorita Helena.-

- Buenas tardes Doctor, ¿tienen ya alguna conclusión?

- De hecho, sobre ello venía a hablarle.-comentó situándose a mi izquierda con el ceño levemente fruncido y un suspiro escapándosele de los labios sin permiso

- ¿Qué ocurre?-pregunté casi en un susurro ante la seriedad que reflejaban sus ojos tras los anteojos que portaba

- Mire, no es algo fácil de comunicar para mí, pero voy a serle franco. Padece lo que es llamado comúnmente amnesia parcial. Antes de que diga nada, déjeme explicarle de que se trata. Se dice de amnesia disociativa, concretamente retrógrada. Consiste en que cierta parte de sus recuerdos, lamentablemente en un porcentaje considerable, han sido perdidos. El motivo de esta lesión se debe a que anteriormente al accidente, usted sufrió un episodio de intenso estrés psicológico, y el accidente tan solo agravó la situación. Todavía no sabemos qué tipo de recuerdos ha perdido, pero creo que eso ya es algo que carece de importancia, usted misma se dará cuenta cuando sienta que no recuerda absolutamente nada sobre algo, o alguien.- sentenció

Amnesia.

Tengo amnesia.

A partir de aquel momento todo lo demás que pronunció el doctor paso por alto para mi mente y el sonido tan solo se filtraba por mis oídos sin intención de ser comprendido. No quería escucharle, quería preguntarle al astro, al dios o lo que sea que haya controlando el universo, porque tenía que ocurrirme esto a mí. La cadena de infortunios en la que se basaba mi vida tan solo me hacía cuestionarme una y otra vez si en verdad merecía la pena vivirla.

Me sumí en un silencio abrumador y casi asfixiante tras la partida del doctor. ¿Y si no reconocía a mis padres andando por la calle? O no recordaba como desempeñar bien mi trabajo, u olvidaba algo tan tonto como saber besar. ¿Sería una minusválida el resto de mi vida? ¿Era eso lo que el cosmos tenía planeado para mí? Tan solo quise morir ante la avalancha que caía sobre mis espaldas y me hacía sentir pesada, muy pesada, cansada y sobre todo, deprimida.

Mi vista cayó perdida en el gran roble tras la ventana. Por un momento todo dejaba de tener sentido y tan solo pensaba si saltar por aquel ventanal podría llevarme a otro sitio, a otro mundo en el que no corriera tan mal juicio. Ignorando la presencia de un par de ojos observándome, silenciosos y nerviosos, sentados en aquel morado sofá. Él llevaba aquí por más de una hora desde que el médico se había ido, con mi consciencia y presencia consigo, me sentía un fantasma en vida, ni siquiera oía el ruido que hacían mis latidos. Nada había servido. Los esfuerzos en vano asolados y mi desgana por vivir marchita comenzaba a florecer.

- Quién eres.-demandé en un susurro sin enfocar a ningún sitio

- No sé si sabrás quién soy, así que mírame y podremos comprobarlo.-una delicada y calmada voz pronunció

En mis ojos veía a un joven de cabello castaño liso, casi color chocolate y con aspecto cuidado. Sus orbes eran del color del mar en ausencia del astro solar, casi grises, tras unas pestañas algo rizadas. Una nariz algo respingona y unos labios finos de color rosado. El joven se levantó y se acercó hasta la camilla sin despegar su mirada de la mía.

- Percibo que no. Soy Louis, encantado.-

Extendió una mano que con desconfianza levemente acepté aun extrañada de que quería hacer.

- Como veo que no estás muy dispuesta a hablar comenzaré yo. Estoy aquí porque me han encargado que te acompañe de vuelta a Barcelona. Tienen pensado hacerte un par de pruebas más allí y seguidamente comenzar una rehabilitación de la que me he ofrecido voluntario a participar

- ¿Y por que tú? Quiero decir, no dudo que seas buen terapeuta....

- No soy terapeuta.-levemente rió.-pero en tu caso voy a serlo, porque yo he estado aquí.-toco mi sien.-tan solo que tú aun no me recuerdas.-finalizó encogiéndose de hombros

- ¿Tendré que confiar ciegamente en ti?

- Debes.-aseguró.- créeme, en un par de días dejaras de desconfiar en mí

- Yo ...- comencé a contestar aun sin habla al ver que notaba mi carencia de fe en él

- No es que te lea la mente, es que es obvio. Yo tampoco confiaría en alguien que se presenta ante mi cuando estoy desorientado y dice saber de mí, es lógico, tranquila.

Suspiré y entrelacé mis manos en mi regazo dirigiendo mi vista hacía a ellas. Confiar, tenía que confiar. No parecía mal tipo, y no creo que el hospital deje a un cualquiera ayudar a sus pacientes, previamente habrá pasado algún informe o cosa parecido. Eso un informe.

- Quiero un informe tuyo.-comenté

- ¿Qué?-pronunció sorprendido

- Quiero que te presentes como es debido, si no es mucho pedir, puesto que tú ya sabes de mí y me parece injusto tan solo conocer tu nombre.

- Buen punto.-admitió volviendo a sentarse en el sofá.-está bien, vamos allá. Soy Louis Leonardo Dellion, tengo veintiún años y soy de Oxford, aunque actualmente habito y trabajo en Londres, pero eso cambiará cuando te acompañe a Barcelona. Soy homosexual abiertamente y bueno, no creo que tenga mucho más que decir de momento.-finalizó encogiéndose de hombros.

Pasé un par de horas más conversando con Louis sin darme cuenta de cómo afuera ya había oscurecido. Me dijo que mañana por la mañana me darían el alta y me esperaría en el parking con mis pertenencias del hotel en el que estaba para tomar rumbo a Barcelona.

Tristemente dejé la ciudad que una vez me dio tantas alegrías, sintiendo que dejaba algo de mí en cuanto abandoné el aeropuerto, elevándonos en un claro cielo.

***

Bueno... Fin de Fall For You.

No sé como sentirme ahora mismo, pues quizás he conseguido más de lo que esperaba. Esos casi dos mil quinientos leídos, trescientos votos y ciento veintisiete comentarios son para mí el mayor de los regalos. No voy a negar que puestos a soñar, pensaba que tendría más tirón, pero supongo que todo ira poco a poco. Muchas gracias si has llegado hasta aquí, de verdad, aunque hayas sido lector fantasma.

Como habréis podido observar, esta primera parte ha sido una mayor narración por parte de Helena, por lo que en Loved You First Thomas tomará las riendas. Y nos mudamos, ¡De Londres a Barcelona! en fin, ya veréis todo lo que está por venir.

Por último desearles un muy buen año 2016 y que logren todo lo que se han propuesto, yo me he impuesto ser algo más feliz, veremos como sale.

All the love, María del Mar x

Pd: Ya pueden encontrar Loved You First en mi perfil (24/01/2016)

Night Changes | normal fiction | EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now