III

150 19 5
                                    

One and Only - Adele

Los leves rayos de sol se cuelan y penetran juguetones entre las translúcidas cortinas, provocando que de manera perezosa, mi cuerpo y mente comiencen a funcionar; ya que soy incapaz de dormir con la mínima luz. Me incorporé, aun procesando donde me encontraba, sintiéndolo normal, como si fuera usual despertar en esta ciudad. Y es que por una vez en mucho tiempo, me sentía como en casa.

Helios irradia luz y cálida calor, haciendo que en la calle haya una temperatura apetitosa y que invita a salir a disfrutar del buen tiempo. Puedo comprobarlo al ver tantos transeúntes recorriendo el centro de la polis, tal y como yo suponía.

Mi mañana se basa en recorrer aquellos lugares que alguna vez visité y a los que no pude dedicarle el tiempo que me hubiera gustado, recordando mi paso por aquellos lares, como si pudiera ver a mi yo joven, emocionada y anonadada observar todo lo que le rodeaba intentando captar y guardar hasta el último detalle en su mente. Sonrío inconscientemente; qué de cosas han cambiado desde entonces.

Después de toda la mañana acabo junto al río que atraviesa la ciudad, viendo la cantidad de jóvenes que frecuentaban aquella zona, aprovechando que era uno de esos pocos días en los que el sol se dignaba a aparecer en la urbe, para bendecir a la población con su presencia. Si Londres tenía fama de algo, era de poseer siempre cielos nubosos y encapotados que humedecían la ciudad y provocaban que fuera la estación que fuese, el frío estuviese presente. Era por ello por lo que en mi maleta había hecho un mix y unido mis prendas de verano con algunas de invierno, por si las moscas.

Me dirijo al césped que bordea aquel lado del agua, dispuesta a relajarme un par de minutos, y simplemente disfrutar de estar donde estaba, además de fotografiar el ambiente. Si, el ambiente. Tenía la teoría de que las mejores fotos eran aquellas que nuestros ojos nos podían brindar en el momento menos inesperado y en el ambiente que poseía las más bajas posibilidades de maravillarnos con sus vistas. Debido a ello, me gustaba dedicarme a observar todo aquello que me rodease, fuera lo que fuese, y además, digamos que me imponía a mirar lo que menos llamativo fuese. Es decir, ahora mismo tenía el Big Ben a mis espaldas, bien pues lo que yo miraba era una pareja de jóvenes, de unos dieciocho quizás diecinueve años, que estaban acaramelados disfrutando de un picnic. El Big Ben iba a estar en el mismo lugar siempre, pero aquellos tortolos con miradas dulces y palabras de amor, no estarían. De infraganti y cuidadosa les eché un par de fotos sin consentimiento; momentos íntimos que definían aquello que se nos trababa en la garganta y las palabras no eran capaces de expresar. Suspiré complacida aunque algo decaída, en el fondo anhelaba algo así, tan puro y tan único. Obviamente a lo largo de estos años había podido disfrutar de la compañía y noviazgos de increíbles personas, pero todos habían acabado con la misma frase: ''No eres tú, soy yo''. Ciertamente les era sincera por lo que la ruptura no me dolía tanto como les podía doler a ellos, simplemente no terminaban de quitarme los suspiros.

Decido abandonar a la pareja de enamorados, buscando mi nuevo objetivo. Bingo.

A mi izquierda, quizás a unos veinte, veinticinco metros, estaba acostado un joven de aspecto simple. Digo simple porque no vestía ropas exóticas ni colores llamativos; unos vaqueros denim contorneaban sus piernas delgadas, y la camiseta blanca básica cubría su torso. Era realmente atractivo. Al usar el objetivo y acercarme aquella imagen, pude husmear algo más. Sé que era algo cotilla y tal vez no muy apropiado, pero aquel joven me había atraído como un imán con su tan sola presencia. Tenía el pelo rubio oscuro, un dorado apagado, me atrevería a decir que era un platino no muy llamativo, para mi gusto un color realmente bonito. Sus ojos estaban ocultos tras unas lentes de sol, aunque apostaba a que serían de un color claro, así como azules. Poseía un cuerpo delgado pero no escuchimizado, sino fibroso. Todo esto eran palabras al aire que mi mente lanzaba sin sujeción alguna ya que solo se trataba de suposiciones, y en eso restarían, suposiciones.

Night Changes | normal fiction | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora