IX

113 12 2
                                    

Cold Coffee - Ed Sheeran

[Comiencen a oír la canción cuando vean los versos]

-No sabía que la nueva moda fuera correr con vaqueros, ¿Qué tal el footing mañanero?-un curioso Louis me preguntó, mierda.

Llevaba corriendo desde que había abandonado el piso debido a un ataque de nervios. ¿Cómo pasó? Tan solo diré que pienso demasiado.

-Bueno, no sé qué decir.-contesté aun falta de aire por la carrera mientras que reía algo incómoda. Louis fue el único que no me vio ayer por lo tanto no quiero que se entere de lo que acabo de hacer, madurez para quién la quiera, ¿habré retrocedido en el tiempo?

-Parece que no hayas pegado ojo, ¿desde qué hora llevas despierta?-cuestionó

-A partir de las cuatro y algo, creo.-me puse a recordar. Realmente había dormido algo pero no mucho, nos terminamos por ir a dormir cerca de la una.

Podría calificar la noche anterior de extraña, un poco melancólica y hasta trazos de terror. Tras recoger lo que quedaba de Thomas en aquel puente nos fuimos a su apartamento, al cual yo entré completamente aterrada, no por el hecho de si se creaba ''la situación'', porque seamos honestos, Thomas estaba en aquellos momentos para el arrastre. Mi miedo era no poder controlar la situación.

¿Y si rompía a llorar?

¿Y si le daba un ataque de ansiedad?

¿Y si comenzaba a emborracharse otra vez?

Cualquier cosa se puede esperar de alguien al cual le han roto el corazón, y aquello era lo que me aterraba. Él me había visto en esa situación más de una vez, pero ahora las tornas cambiaban y yo no sabía si podría cuidar de él. Y con ello no quiero decir que ya tenga que haber un lazo sentimental, ¿qué persona en su sano juicio no ha calmado a alguien deprimido?, esa era la cuestión. La gran mayoría de humanos somos sensibles ante el sufrimiento de otros, era tan simple como eso.

-Así que, ¿noche movidita?-dijo esta vez con cierto tono descarado

-No lo creo.-reí

-No ahora en serio, explícame que ha pasado, no tienes buena cara.-pronunció con un tono sereno y suave, algo que en lo poco que había vivido, era impropio de él.

-¿Tiene que ser en hall?-dije algo avergonzada

-Oh dios no me he dado cuenta.-se sorprendió para luego reír levemente.-ven vayamos a un sitio más discreto.-siguió pasándome un brazo por los hombros, tratando de reconfortarme algo.-supongo que no habrás desayunado, ¿cierto?-asentí.-bien vayamos a un reservado anda.-finalizó en tono suave

***

Nos dirigimos a una habitación que, según Louis, era el área de descanso de los empleados de aquella planta, pero que nadie solía frecuentar normalmente debido a que siempre se encontraban ocupados, tan solo se había hecho para cumplir las normativas y llevar todo en orden ante la Ley.

Para despejarme, o distraerme, según como se vea, Louis me había contando la historia del hotel, como había pasado de generación en generación durante más de doscientos años, las veces que tuvo que estar inhabilitado debido a las reformas, como se manejaba interiormente, y algunos mitos o secretos de la instalación. Según él, todo gran edificio debe tener sus misterios, sean reales o no.

A decir verdad, en el fondo Louis era alguien bastante tranquilo y agradable. A pesar de poseer esa voz tan aguda y estar siempre riendo o metiéndose con alguien, era alguien cariñoso. Se podía notar en la forma en la que sonreía, o como trataba con delicadeza cuando sabía que la situación no era muy estable, como ahora mismo. En ningún momento había vuelto a cuestionar que había ocurrido y muy en el fondo lo agradecía, más de lo que él imaginase. Mi cabeza era una olla a presión que no podía contenerse más y aquello me estaba provocando una jaqueca importante.

Night Changes | normal fiction | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora