XV[Parte II; Fin Fall For You]

85 10 4
                                    

All of the stars - Ed Sheeran

No sabría decir cuántas horas habían pasado, o días incluso. Todo resultaba confuso entre paréntesis en los que volvía a tener consciencia y a trozos escuchaba conversaciones que no tenían pinta de ser de mi incumbencia, pero que sin embargo ocurrían a escasos metros de donde estaba mi cuerpo, medio muerto. Parecía como si batallase adormecida por no cruzar la línea inexistente y me aferraba a los sentidos que aun trataban de conectarse con mi mente. Y eran todo espacios en blanco, como si el disco duro donde almacenaba la mayoría de mis recuerdos se hubiera formateado sin explicación alguna, sin motivo fijado. Y me producía miedo, para que engañar.

Había recuperado la vista unas horas atrás y ahora estaba más que aburrida de mirar a las cuatro paredes que me acogían. A mi derecha había un ventanal que casi cruzaba la pared entera y que daba al jardín que cubría la entrada del hospital y que tras él se situaba el parking a lo lejos. Debajo del ventanal había un sofá morado que cubría todo el muro. Enfrente de donde estaba acostada había una puerta que supuse que sería el aseo de la estancia, y a mi izquierda una pequeña ventana con la persiana echada y la puerta que comunicaba con el resto del hospital.

Cuando desperté por quinta o cuarta vez, y hube tenido de vuelta mi vista, pulsé el botón que el doctor había indicado, y un par de segundos más tarde apareció junto con una enfermera. Me había hecho un reconocimiento previo para ver si estaba en todas mis aptitudes o aun faltaba algo en mí por despertar. Para mi suerte todo parecía estar en orden y procedieron a llevarme a una sala distinta donde me realizaron varias pruebas y pude reconocer una de ellas como un ''tac'' pues no era la primera vez que pasaba por aquel aparato, tampoco era la primera vez que estaba ingresada en un hospital, por desgracia.

Seguía sin comprender qué demonios hacía aquí. Sabía de sobra que había tenido un accidente, pero nada más. El doctor tampoco es que compartiera mucha información conmigo, pues dice que aun estoy bajo estudio hasta poder sacar una conclusión. Pero a mí no me hacía falta esperar tanto, porque lo sentía. El viaje al pasado en mis recuerdos se veía enturbiado y no parecía tener buen final.

** *

Ojos verdes. Ojos verdes mirándome silenciosos, como dos esmeraldas iluminadas en algún punto remoto del mar de oscuridad en el que me encontraba sumergida. Ojos verdes curiosos, con chispas doradas, hipnotizadores, dos ojos verdes llamándome.

A veces me despertaba y me parecía verlos observándome, desde algún lugar de la habitación, quietos, como si estuvieran cautivos bajo mi presencia. Sentía la intensidad que desprendían hasta el punto de que se me erizaba la piel y no sabía si era de miedo, frío, o placer. Ojos verdes como prados sin fin de olivos andaluces bañados por el sol de agosto, ojos verdes de un césped mojado por el rocío del relente provocado por la humedad de la noche. No sabía quiénes eran esos ojos verdes, o al menos, no podía recordar a quién pertenecían aquellos dos orbes.

** *

Me desperté de un estupor con la respiración agitada y escuchando el sonido de mi frecuencia alterada tomar vida propia, alertando a los médicos.

Había vuelto a tener aquella pesadilla. Después de tantos años se había vuelto a hacer hueco entre mis recuerdos y adueñado de mis pensamientos por una noche. Mismo escenario, mismo sucesos, mismo fallecido, mismo dolor. Sentía las punzadas apretarme el corazón sin aviso, estrujándomelo hasta el punto de querer hacerme chillar por no poder contener durante más tiempo aquel sentimiento que recorría mi cuerpo entero. Se deslizaba por mis venas como un cáncer que a duras penas es notado, y entonces atacaba sin remordimiento alguno recordándome cada mínima cosa por la que alguna vez me hube lamentado. Y no había sensación que odiara más que aquella.

Night Changes | normal fiction | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora