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Capítulo veintidós- No estoy enojada, estoy molesta.

Holaaa, como andan? Estuve saliendo estos días y con Navidad y año nuevo no pude subir mucho, así que les traigo este.

Sábado.

Salí de la ducha con una toalla enrollada al rededor de mi cuerpo, me vestí con lo que deje sobre mi cama y coloque mis zapatillas. Me senté en la cama y observe el lugar vacío de Molly.

¿Tanto folla?.

Desenrede mi cabello y lo até en una larga colita, se le esta yendo el color... Pero aún sigue gris, tendré que teñirmelo de marrón.

(N/A: digan en los comentarios si quieren que se vuelva a su color natural).

Hoy todos se irían con sus familias, felices de la vida, menos yo. Me quedare aquí, daré vueltas y me comeré todo lo que haya a la vista.

Había quedado con Kevin para pasar el rato, tome la perrila de mi habitacion y salí, a penas eran las 10:00am, los adolescentes están durmiendo.

Di tres golpes en la puerta de Kevin, espere unos ratos y nadie me contestaba.

Mientras tanto con Kevin...

-¡Hermano, me esta matando!.

-¿Que cosa?- Mi compañero de cuarto se asomo.

-Esto- le enseñe el pequeño auricular.

-Sacatelo. Ponte él verdadero.

-No puedo, he quedado con Barbara- suspire mientras me lo volvía a poner.

Desde chico no oigo bien, se produjo en un oído sólo gracias a dios, pero me han dado esos aparatos que te hacen escuchar, son pura mierda, tan sólo me lo Pongo y ya recibo burlas y puras burlas. Me la sudan. He encontrado uno mini, pero me trae enfermedades, me da migraña, ataques, dolores fuertes.

Cerré los ojos con frustración, duele.

-Hermano, tienes que decírselo a Barbara.

-¿Decirme que?- abrí mis ojos como platos, me levante y gire hacia Barbara. ¿En que momento llegó...? Oh mierda, habíamos dejado la puerta abierta por si alguien quería follar con mi compañero, pero me resulta absurdo. No es que vengan corriendo un par de chicas, entren a la habitación y digan "quiero follar".

-Nada a...- tome la remera que tenía en mis manos y me la coloque. Cerré la puerta del baño donde estaba mi compañero- no te he sentido llegar.

-Lo siento, es que toque la puerta pero nadie me respondia, luego escuche unas voces y pensé que no querías abrirme.

-Barbara- suspire su nombre-¿Cuanto has escuchado?.

-Nada, en absoluto, pero quiero saber ¿Que tienes que decirme?- yo me había sentado en la cama, ella se sentó sobre mis piernas.

Le sonreí, aún es más hermosa de cerca.

-Nada, olvidalo ¿Si?.

-No. Dime, somos amigos, podemos decirnos cualquier cosa.

Tiene razón.

Comencé a hablar, le conté todo acerca de mi oído, las burlas, el mal trató, los dolores.

Se levantó rápidamente de mi regazo, bien, es tiempo de que me deje.

-Estoy enojada, no. No estoy enojada, estoy molesta.

-Créeme que no quería que sepas.

Me dio una cachetada.

-¡Eres un imbecil!, ¿te piensas que no voy a quererte por más que tengas una enfermedad? ¿Que eso cambia mis sentimientos?- se acercó a mi amenazadoramente- me has decepcionado, créeme una sola cosa Kevin. Te hubiese elegido mil y unas veces, con o sin audifono.

Me quede estático en mi lugar, pensé... Pensé que se alejaría, que me llamaria raro, que pensaría que soy feo con esto.

-Porque si- bajo la mirada a sus zapatillas- te quiero.

Subió la vista y choco contra mis ojos, quería decirle que también la quería. Que me gusta.

Pero las palabras no salían de mi boca.

-Bien, adiós.

Cerró la puerta de mi habitación lentamente y creo que eso me hizo sentir peor, el que no haya reaccionado mal a mi silencio.

Soy una mierda.

Okey, subo esto porque hace semanas no subo nada, espero que les guste. Comenten si quieren más y voten si les gusto y si Barbara vuelvo al cabello normal.








Eres mio, imbecil.Where stories live. Discover now