Cambios buenos y malos

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El fin de semana llegó rápido. El día sábado Laura y Carmilla estaban en la cocina preparando el desayuno. Es decir, Laura preparaba el desayuno y Carmilla bebía café en la mesa, pero por lo menos había ayudado a limpiar la mesa y no habían tenido ninguna discusión hasta ahora. Después de la visita sorpresa de Natasha, Carmilla había regresado al departamento pasada la media noche. Al entrar al departamento se encontró a Laura acurrucada en el sofá durmiendo, con el teléfono en la mano y la televisión encendida.  

Carmilla sonrió al verla acurrucada con las mantas que ella utilizaba. Dormía apaciblemente y con una ligera sonrisa en el rostro, se preguntó ¿Qué podría estar soñando para sonreír de esa forma? Después del día tan pesado que tuvo, fue reconfortante verla y escuchar su tenue respiración, pero por muy adorable que fuera la vista de Laura Hollis dormida, Carmilla sabia por experiencia que si la dejaba en el sofá amanecería con un horrible dolor en el cuello, así que por compasión y no por otra cosa -Se dijo. -Tomó a Laura en sus brazos y la llevó hasta su cama. La dejó en el centro del colchón y la cubrió con las mantas. Regresó a la sala y al igual que Laura, se quedó dormida en seguida. A la mañana siguiente Laura se despertó cuando escuchó la regadera. Segundos después vio a Carmilla salir del baño. Ella la saludó y salió del cuarto como si nada. Laura recordó haberse  quedado dormida en el sofá esperando a Carmilla ¿Cómo demonios había amanecido en su cama? no estaba segura. Carmilla no dijo nada y ella tampoco, sin embargo, a partir de esa mañana su relación comenzó a cambiar.

La naturaleza de Carmilla era ser desordenada y sarcástica, pero ahora habían ligeros cambios en su actitud, recogía la ropa sucia del suelo y por lo menos la ponía en el cesto, también hablaba con Laura sin utilizar tanto sarcasmo. Y en general, por lo menos ahora, hablaban, es decir había comunicación. Y ahora, por primera vez desde que vivían juntas, compartían el desayuno y platicaban tranquilamente.

-Entonces ¿Qué vas a hacer hoy? es un día hermoso. -Dijo Laura viendo la ventana donde entraban los rayos del sol.

-Mis opciones son, pintar, leer un poco, volver a pintar y volver a leer un poco.

-Vamos, el día es precioso, hay que salir, podemos ir al parque, o comprar un helado o qué te parece visitar un museo.

Laura estaba muy animada por los nuevos cambios en su relación y tenía ganas de seguir construyendo esa confianza. Se sentó frente a Carmilla y comenzó a untar mantequilla a su tostada. Carmilla iba por su segunda taza de café y leía el periódico de la mañana.

-Cariño que tu novia te haya abandonado unos días no significa que yo deba cuidar de ti. -Dijo Carmilla sin apartar la vista del periódico.

Laura movió la cabeza sonriendo. Ya no le molestaban esos comentarios, además ahora sabía que ese era el estilo de Carmilla y que no lo había dicho como ofensa.

-No se trata de mi. -Respondió Laura- Creo que te hará bien salir y distraerte un poco antes de que todo esto de la denuncia contra Lilit estalle.

Carmilla bajó el periódico. Laura tenía razón ella estaba muy ansiosa por esa denuncia 

- Tienes razón, pero hasta entonces caminar por las calles de Estiria sigue siendo peligroso y no solo lo digo por mi, también lo digo por ti, no querrás que alguien malinterprete nuestra relación ¿verdad?

-Entonces vayamos a un sitio seguro ¿Qué tal el orfanato? sé que desde que te conocí no has regresado.

-Si, gracias a cierta reportera terca tuve que dejar de ir.

-Bueno ahora gracias a cierta reportera terca vas a regresar. -

Carmilla levantó una ceja, iba a protestar, pero Laura tenía esa mirada decidida en su rostro. La pelea ya estaba ganada.

Dos AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora