Revelaciones

856 61 4
                                    


- ¿Sigues ahí cupcake?

Carmilla no había podido abandonar el edificio y ya se estaba haciendo bastante tarde, el sol empezaba a esconderse. Había intentado seguir pintando pero Laura no paraba de hacerle preguntas, por lo que se rindió con la pintura y prefirió recargarse en su puerta y platicar con ella con la esperanza de hacerla cambiar de opinión.

-Si, aquí sigo, por cierto ¿Qué pasa con los apodos comestibles?

-Oh en tus videovlogs siempre sales comiendo porquerías, así que me recuerdan un poco a ti,  deberías alimentarte mejor. 

Laura frunció el ceño al escuchar a otra persona regañándola por su alimentación, esto también la hizo recordar que no había comido nada. Consultó la hora en su teléfono y se sorprendió al notar que ya era bastante tarde, a estas horas ya debería estar saliendo de trabajar.

-No solo me alimento de galletas para que lo sepas, pero hablando de comida ¿de casualidad no tendrás algo en tu departamento? no he comido nada. -Dijo frotándose el estomago.

-Ja ja ¿Es tu estrategia para que te deje entrar? me subestimas cariño.

-¡Dios! ¿Por qué tanto misterio? Ya nos reunimos ayer en el bar ¿Por qué no podemos hablar de nuevo frente a frente?

-Porque no quiero y no voy a dejar que una reportera novata venga y me de ordenes. 

-Mira, no vine aquí como periodista, vine como amiga ¿de acuerdo? 

Carmilla levantó una ceja ante el comentario. ¿Una amiga? Ella no había regresado a Estiria para hacer amigos y menos ser amiga de la novia de su hermana. 

 -¿De dónde sacas que tú y yo somos amigas cupcake?  

Laura dudo por un momento, ella tampoco estaba segura de porqué había dicho eso. 

-Bueno... por lo que veo tú no conoces a muchas personas en esta ciudad y ahora sé que necesitas ayuda para pagar la renta así que...

-Si realmente quieres ayudar vete y déjame seguir trabajando. 

Carmilla tuvo que admitir que las intenciones de Laura eran buenas. Ella no había conocido a nadie que estuviera tan dispuesta a ayudarla sin siquiera conocerla y quizá en otras condiciones ella hubiera aceptado al oferta, pero no podía comprometer la tarea que había venir a realizar a Estiria.

Laura escuchó a Carmilla suspirar con fuerza, se sintió mal por distraerla de su trabajo y por estar casi chantajeándola para poder verla, pero ahora que sabía que ella estaba en problemas no iba a desaparecer así como así, ella no se perdonaría nunca eso nunca. 

-El casero menciono que pintas cuadros ¿Puedo ver alguno?

-¿Si te muestro uno te iras y me dejaras en paz?

-Ja ja realmente me subestimas cariño. -Dijo Laura imitando el tono burlón de Carmilla.

Carmilla sonrió ante la broma de Laura. Lo cierto era que ya empezaba a conocer a la reportera y desde luego sabia que no se iría tan fácilmente. sin embargo eso comenzaba a ponerla nerviosa, ¿Cuánto tiempo podía aguantar ahí? o peor aun ¿Cuánto tiempo podía aguantar ella? Decidió que lo mejor sería buscar una solución y no estar solamente sentada platicando tranquilamente.

Se levantó y tomó su teléfono para llamar a la única persona que podía ayudarle.

-¿Bueno?

-David, necesito tu ayuda. 

Habló lo mas bajo que pudo para que Laura no pudiera escucharla.

-¡Carmilla! que bueno que me llamas, estoy saliendo de una reunión con un cliente y estaba pensando ir a tu departamento, hay noticias que necesitas saber.

Dos AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora