Capítulo 7: Fiesta

241 23 4
                                    

Antes de empezar a leer el capítulo os aviso. Voy a estar dos semanas de vacaciones con mi familia si por alguna razón no subo capítulo o no contesto vuestros comentarios no es porque haya dejado esto, simplemente será que no tengo tiempo. Aún así voy a intentar conectarme cada día si es posible. Y dicho esto aquí tenéis vuestro capítulo :)

No tenía ni idea de a dónde el taxista se dirigía, nunca había pasado por esos barrios. Tenían un aspecto formal, para nada familiar; de esos barrios donde las parejas ni se miran dentro de casa porque la mujer sabe que el hombre se la está pegando con otra y donde los hijos verdaderamente se odian entre ellos y discuten sobre quién va a quedarse con el dinero del abuelo cuando muera. El taxista paró delante de una de esas casas.

- ¿Te rodeas de buenos amigos eh muchacha? Son catorze con treinta - Le di el dinero y bajé del taxi a toda prisa sin decirle nada a aquel hombre. 

Nunca se me habría ocurrido que Taylor pudiera vivir en un barrio como ese, pero lo confirmé cuando, después de llamar al timbre, Taylor abrió la puerta. Estaba radiante: llevaba unos tacones negros muy altos, unos baqueros tejanos bastante rotos y una camiseta blanca con volante.

- ¡hey! Has venido al final, llegué a pensar que no vendrías. Pasa que te presento a mis amigos.

La casa por fuera no era nada comparado con la casa por dentro. Tenía un estilo moderno con todo tipo de lujos tecnológicos pero a la vez reflejaba un estilo clásico con lámparas de araña y sillas de madera.

- wow... esta casa es...- no encontré adjetivo para describirla así que dejé esas palabras en el aire.

- Sí, ya lo sé. Ven por aquí , donde están todos.- Me condujo por un pasillo, pasamos a través de un salón enorme y cruzamos la cocina, que por cierto, era más grande que mi habitación y al final llgamos a la terraza. - Chicos, esta es Katia, una chica de clase.

- Hola, Katia - Dijo una chica con una cerveza en la mano

- Hey , que tal - Este era un chico moreno y alto que estaba funmando un cigarrillo.

- Hola nena...- Este ya estaba borracho.

- ¿Qué tal tia? - Otra chica. Esta se estaba enrrollando con otro que ni siquiera me miró.

Había tres personas más que me saludaron con un gesto de mano. Una chica que estaba acariciando un gato y otros dos chicos que estaban discutiendo sobre cual de los dos se había acostado con más chicas.Todos parecían mayores.

- ¿Quieres algo de beber, Katia?-  me preguntó Taylor.

- Claro, una coca-cola sería genial.

- ¿Estás de coña, verdad? 

- Pues claro.- Me sentí una tonta- Dame una cerveza - me puse roja como un tomate, Celia no me había enseñado nada sobre bebidas. 

Me quedé ahí de pie hasta que Taylor me trajo la cerveza. Valoré mis opciones: juntarme con los que discutían obviamente era una mala idea; con los que se enrollaban todavía aún más; el que estaba borracho seguro que me intentaría meter mano; tenía alergia a los gatos; odiaba el olor a tabaco. Al final me decidí y me senté al lado de la que estaba bebiendo la cerveza, al igual que yo.

- Hola, ¿cómo te llamas? - Temía que no fuera la mejor manera de empezar una conversación. 

- Melanie. Así que... - dio un sorbo a la cerveza - estás con Taylor en clase.

- Sí, pero no sé por qué me ha invitado. La verdad es que no nos conocemos. - Seguro que la estaba cagando.

- No me sorprende viniendo de ella. Está como una puta cabra la tía.¡Eh taylor!- la llamó- necesito otra de estas- Dijo señalando la botella-  y pon un poco de música ya que estás.

Taylor la mandó a la mierda, así que Melanie se levantó y se fue a buscar otra cerveza. Taylor se acercó a mí y se sentó a mi lado.

- Veo que has conocido a Melanie. Es mi prima, pero nos llevamos muy bien.

- Taylor... ¿Por qué me has invitado? podrías haber hecho muchas cosas para compensarme ¿sabes?

- No lo sé. Supongo que me gustas.- Me quedé sin respiración por un segundo - De personalidad quiero decir, no de físico, Perdón.

- No soy lesbiana. - Me estaba empezando a enfadar.

En ese instante la música empezó a sonar. Melanie había puesto una especie de reggae mezclado con rap que no estaba mal. Era el tipo de música que escuchaban los que iban colocados. El gato pasó por delante de mí bastante asustado y se me escapó una pequeña risa, los gatos eran unos cobardes. Melanie volvió a sentarse con nosotras y la otra chica que antes estaba con el gato se unió a nosotras. Taylor nos presentó.

- Katia, esta es Nataly. Nataly, esta es Katia.

- Me gusta tu estilo - dijo Nataly a modo de saludo.ç

- Gracias, a mí el tuyo también- respondí al saludo.

La noche iba avanzando. Frank, el fumador, se unió a nosotras un poco más tarde. El borracho, Peter, se quedó dormido en el suelo de la terraza. Los que se estaban enrollando, Mark y Tara, se unieron después de Frank. Y al final, David y Álex, aunque no pararon de discutir, también se unieron a nosotros. Cuando estuvimos todos juntos Taylor propuso un juego en el que quien perdía una ronda tenía que beber.Todos aceptamos, así que cuando acabamos el juego no había nadie en la fiesta que se aguantara de pie. 

A las cuatro y media de la mañana, aún con la borrachera, llamé a un taxi que me llevó a casa y por suerte, mi madre estaba dormida y no estaba esperándome para echarme la bronca. Me dolía la barriga de tanto reír y beber. Aunque no me acordaba de qué había reído tanto





MALA INFLUENCIAWhere stories live. Discover now