Héroe Y Militar

Intento

Splendid

Estaba nervioso, demasiado, en exceso.

¿Por qué todo no podía ser como en las novelas que leo? Donde el protagonista lo tiene todo sumamente facíl para declararse, y aunque este nervioso todo sale como lo planeado. Maldita realidad.

Pero no, aquí estaba yo, intentando declararme a Flippy.

—¿Qué cosa, Splen?— Su voz, me encanta su dulce voz, cada frase que dice es una melodía hermosa para mis oídos.

¿Por qué estoy tan enamorado? ¿Por qué?

—Y..Yo..—

—¿Tienes frío otra vez?— la propuesta de estar entre sus brazos es bastante tentadora, pero a pesar de eso negué con la cabeza. Los abrazos los reservaría para cuando pueda restregarle a todo mundo mi futuro novio —entonces, ¿qué pasa?—

Todo en caso dado de que él aceptara, claro está.

—Este...— miré a un lado, ya no me creía muy capaz de decírselo —yo..en realidad..tengo algo..sumamente importante que decirte— tomé aire para sentirme con un poco mas de confianza.

Estoy demasiado nervioso.

No creo poder hacerlo. Comencé a sudar, debo apestar, ya le debo de estar dando asco.

—¿Entonces...?— Flippy esperaba pacientemente a que yo dejara mis nervios de lado y continuara.

—Eh...este...— ¡Coño! ¿Por qué los nervios me traicionan asi? Desvié la mirada, la confianza que hace unos segundos tuve se esfumó. No creo poder... no no, hoy debo decirlo. Hoy debo. Ya decidido lo mire fijamente. —Yo te a....—

—Bajen para que los siguientes suban— ¿¡Eh!? El tiempo ya había pasado...no me di cuenta que la rueda de la fortuna ya estaba en lo mas bajo.. ¡maldita suerte que tengo!

Ni siquiera noté cuando dejamos de estar en la cima de la rueda y terminamos hasta el fondo.

—Luego me lo dices Splen, ¿si? Tenemos que bajar— resignándome asentí, nos bajamos de la rueda de la fortuna para poder darle paso a la otra pareja.

Tenía la mirada baja, en serio quería decírselo hoy en un momento muy especial como ese, pero mis nervios lo estropearon todo.

10:00 pm

Ya era tarde, muchos puestos ya habían cerrado, menos los de comida, ya que en una hora eran los fuegos artificiales. Quisiera quedarme a verlos pero, para nuestra desgracia no nos podíamos quedar.

—Bien, hora de irnos— dijo Flippy con una cálida sonrisa.

—Sí..—

La verdad estoy algo triste de que mi plan no resultó, ya no tengo nada bajo la manga.

No, no, no. ¡Qué sí traigo algo! ¡Los chocolates!

Splendid del pasado, te mereces un abrazo, criatura súper inteligente que piensa en todo.

—Oye Flippy, quiero darte algo antes de que te vayas—

—¿Qué cosa Splen?—

Flippy no apartaba su mirada de mí, poniéndome más nervioso aún.

Seguía sudando, maldita sea. Estúpido Flippy.

Con las manos temblorosas abrí la bolsa donde estaban todos premios y saqué la caja de chocolates, para mi suerte no había sido aplastada por los premios o algo, ¡genial! Se la entregué y miré como se sonrojaba levemente, ¡es una completa ternura!