Capítulo 15

2.2K 183 43
                                    

¡Hola a todos! Aquí os traigo el capítulo 15 de #UNEES, espero que os guste.

Ya queda poco para el final de la historia, pues publicaré el capítulo 16 el sábado 19 de diciembre, y el epílogo el 27 de diciembre.

¡Muchas gracias por leer!

____________________________

Dani y Mateo casi chocaron el uno con el otro en la puerta del Sodoma. El primero, corría a entrar para disculparse; el segundo se apresuraba a salir, con la tenue esperanza de encontrarle. Trastabillaron, se agarraron el uno al otro para no caer, se miraron a los ojos y se pusieron repentinamente serios.

—Dani, yo... —balbuceó el argentino—. De verdad que yo no...

—Aquí no —le interrumpió el español. Miró a su alrededor, buscando un lugar relativamente íntimo en aquel abarrotado local—. Ven conmigo.

Cogiéndole de la mano, le guió hasta una zona del vestíbulo, donde se podían resguardar tras una de las múltiples columnatas que lo poblaban. El argentino se dejó guiar dócilmente, pero una vez que se vieron de nuevo frente a frente, Dani pudo ver aún la ansiedad en sus ojos.

—Sé de qué periodistas me hablás —empezó a hablar, como necesitado de explicarse—, me intentaron entrevistar al entrar en el Sodoma. Como no les di lo que querían, me debieron seguir para fotografiarme.

—A mí también me entrevistaron en la puerta. Fue entonces cuando me enseñaron las fotos.

—Los busqué desde que te fuiste, pero no los encontré. Dani, te juro que yo no...

—Ya lo sé, lo siento. Di por sentado lo peor acerca de ti, en vez de preguntarte primero. Antes que nada, debí haber confiado en ti.

—Solo bailaron conmigo un par de tipos, nada más.

—¿Lo único que hicieron esos tíos fue bailar? —preguntó Dani, elevando sus cejas.

Mateo enrojeció.

—Este... Un pibe intentó algo conmigo, pero yo le... —El entendimiento se pintó en su rostro—. Debió de ser entonces cuando me sacaron la fotografía. Esos pelotudos, hijos de mala...

Dani sonrió al verle tan enojado.

—Ven aquí —le dijo, agarrando su rostro entre sus manos para besarle.

Cuando se separaron Mateo le dejó ver su dulce sonrisa durante unos segundos, antes de que esta se disolviera en una expresión de profunda preocupación.

—¿Y qué haremos ahora? —Se pasó las manos por su dorada cabellera con ansiedad—. Si tienen intención de publicar las fotos...

—La tienen. Mañana todo el mundo las verá en los periódicos.

—Dani, lo siento —exclamó el astro argentino, consciente de que su error iba a pesar más en su pareja que en él mismo.

El defensa bajó la mirada y negó suavemente con la cabeza.

—No es culpa tuya. De nada sirve ya lamentarse. Nos enfrentaremos a esto juntos —continuó, entrelazando sus dedos con los de Mateo—. Como siempre.

—¿Cómo podés estar tan calmado?

Dani se encogió de hombros, sorprendido él mismo por la tranquilidad con la que se enfrentaba al que sería el más sonado escándalo de su vida.

—No lo sé. Supongo que porque ahora sé que digan lo que digan no podrá afectarnos, porque no será verdad. Y porque la única verdad es que estamos en esto juntos, por mucho que intenten separarnos.

Una noche en el SodomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora