Epílogo

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Vi a Dereck entrar por la blanca puerta, tras un ramo de rosas, su tierno rostro apareció. Austin, de la mano de su papá, sonrió ampliamente y quiso zafarse del agarre de Dereck.

-¡Mami!-gritó Austin y llevó a rastras a Dereck.

-Espera, hijo-dijo Dereck y le soltó la mano.

Mi esposo se volvió y cerró la puerta de la habitación.

-¡Te he extrañado mucho!-dijo Austin y apoyó su rostro en el borde de la camilla.

-Ay, mi amor, yo también-dije y acaricié su pequeña mano.

-Danielle se ha ido, le dije que se quedara contigo hasta que volviera con Austin-se quejó Dereck y se acomodó a un lado de la camilla-. ¿Estás bien?

-Muy bien-le sonreí débilmente.

-¿Mis niñas?-preguntó Dereck.

-¿Mis hermanas?-preguntó Austin.

Dereck me dio el ramo de rosas y besó mis labios.

-Te amo, Britney.

-Yo también te amo, precioso-volví a sonreírle-. La enfermera me ha dicho que están muy sanas y que son hermosas.

-Con una madre como tú, de seguro son hermosas.

Dereck desvió la mirada y la posó en Austin. El niño, estaba inclinado sobre la cuna de Megan y le sonreía con ternura.

-¿Ella es Megan?-preguntó.

-Ella es, Megan, tu hermana menor-le dijo Dereck y cruzó la habitación para ir con Austin.

-No veo a Ashley.

Dereck tomó a Austin en sus brazos y se inclinó un poco sobre la cuna de Ashley. Austin sonrió y se tapó la boca con ambas manos.

-Que linda.

Reí levemente y Dereck se unió a mis risas.

-Son gemelas, Austin-le explicó Dereck.

-¿Quién es quién?-preguntó.

-Es fácil-respondió Dereck-. Observa los ojos de Megan, son como los tuyos y los míos-Austin frunció el ceño.

-Megan está dormida.

-Lo sé, hijo. Pero cuando despierte puedes fijarte en eso.

Ashley se movió un poco y refregó una de sus manitas en sus ojos. Abrió lentamente uno y luego el otro. Austin la observó atento y luego alzó su mano para agitarla en un saludo.

-Ella es Ashley-le dijo Dereck-. Es quince minutos mayor que Megan.

-Pero no mayor que yo-dijo Austin observando a Dereck-. ¿Mami me sigue queriendo?

No hablé, estaba débil, no tenía casi fuerzas. El parto de las niñas había sido terriblemente doloroso, y sufrir en medio del parto no era nada agradable. Dereck, luego del parto, había estado pendiente de mí, pero sus insistentes preguntas me sacaban de quicio y terminamos por tener una pequeña discusión. La cual, se arregló cuando nos dieron a las niñas, sanas y limpias.


-Mami te ama, al igual que yo y al igual que van a amarte tus hermanas.

Austin sonrió y pasó sus pequeños brazos por el cuello de Dereck, lo abrazó fuertemente.

Dos días después, me habían dado permiso para salir del hospital. Mientras Dereck cargaba a las niñas, Austin se encargaba de llevar los globos y yo, llevaba el bolso.

Llegamos a casa, alrededor de las once de la noche. Austin venía durmiendo en el asiento trasero del auto, a la derecha, mientras que sus hermanas, iban en las sillitas.

Dereck me explicó como debíamos hacer para que Austin no se despertara y pudiéramos bajar las cosas del auto. Sin decir más, Dereck tomó en brazos al niño de tres años mientras que yo me quedaba en el coche, esperando por Dereck. Cuando él volvió, bajé del auto. Dereck tomó en brazos a las niñas y yo bajé con el bolso y los globos.

-Me siento fatal-admití arropando a Megan.

-Cariño, debes descansar-dijo Dereck haciendo lo mismo que yo, pero con Ashley-. Los niños duermen, yo no molesto, puedes irte a la cama.

-Gracias mi vida-me acerqué a él y lo besé.

-No tienes porqué agradecerme, las gracias debo dártelas a ti, por darme una hermosa familia.

-No hubiera podido darte niños, yo sola-le sonreí.

Rió y volvió a besarme.

Tres y media de la mañana. Ashley comenzó con un leve lloriqueo, Megan la siguió y juntas dieron una serenata de llantos durante veinte minutos.

Dereck estaba en la mecedora con Ashley en brazos y los párpados ya se le caían. Sacudió la cabeza y acomodó a Ashley entre sus músculos. La niña hizo una mueca y siguió durmiendo.

Dejé a Megan en su cuna. Extendí los brazos frente a Dereck y me dio a Ashley, se puso de pie y abandonó la habitación.

Una noche terrible.

Seis y media de la mañana. Megan decidió despertar a todos en la casa. Ambas tenían hambre y Austin reclamaba su desayuno desde la habitación.

-Ve tú-le dije a Dereck.

Él enterró la cara en almohada y suspiró. Alargué el brazo y acaricie su espalda mientras mantenía a Megan sobre mi pecho.

-Estoy cansado.

-Lo sé, amor-respondí-. Yo también lo estoy, pero Austin va a ponerse celoso si nos ve a ambos con las niñas y nadie quiere darle el desayuno.

Dereck asintió y se puso de pie. Arrastró los pies hasta la puerta y salió de allí. Observé a Ashley durmiendo entre dos almohadones para no caerse de la cama. Sonreí y quité a Megan de mi pecho. Con los ojos cerrados movió la boca mientras la dejaba al lado de su hermana.

Dereck hizo el desayuno para Austin, él y yo. Las niñas quedaron en la segunda planta, mientras nosotros desayunábamos soportando los gritos emocionados de Austin, intentando no dormirnos sobre el tazón.

Tres niños, un marido ejemplar, una historia extraña pero a la vez fascinante. Cualquiera que sepa donde Dereck y yo nos conocimos juraría que no íbamos a soportar más de dos años juntos.

Y véanos ahora, con tres hijos, una casa hermosa y amplia, dos hermosos tíos para nuestros niños, Lauren y Jeremy siempre brindando su apoyo, amigos que nos ayudan y quieren.

Si pudiera volver a vivir esto, lo haría. Sin contar con la pérdida de mis padres y el mal rato que pasamos Dereck y yo al principio. Pero todo pasa por una razón y cuando Jeremy se negó a que Dereck viera a sus hermanos, nos escribió el destino más hermoso que cualquier persona pudiera escribir. Deberíamos detestarlo, pero nunca podría ser así, sin el pequeño empujón de Jeremy, nosotros dos no estaríamos juntos y tres niños no habrían sido concebidos.

Recuerda, siempre que llovió paró y todo pasa por una simple razón. Antes de ser feliz, se pasa por muchas tristezas. Así que, si sientes que tu mundo se derrumba por una persona, no te des por vencido, y observa esta historia:

Una huérfana cae en una subasta, es comprada por un joven, el joven la desprecia, la obliga a casarse con él, todo el odio que él le tiene, el amor de ella es, se lo confiesa, él se aleja, él confiesa que no sabe amar cuando es amado, ella le enseña, sufre un pequeño incidente, él le confiesa que la ama, se vuelven inseparables, llega el primer niño, las gemelas y el amor día a día es increíblemente difícil de creer.

SUBASTADAWhere stories live. Discover now