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-No va a salir corriendo de momento a otro, tómale las manos-dije desde el otro lado de la habitación.

-Me da miedo que se caiga, pero quiero que camine-se quejó frunciendo el ceño.

-Vamos, Dereck, hazlo caminar.

-Bueno, bueno, pero despacio.

Tomó las dos pequeñas manos y lo tiró hacia arriba para ponerlo de pie. El niño rió dulcemente y dio dos pequeños pasos. Dereck sonrió.

-Vamos con mamá, Austin.

Reí al verlo con tal cara de pánico. Llevábamos dos semanas intentando que el pequeño caminara por lo menos cinco metros y Dereck quería lograrlo hoy, dos días antes del primer cumpleaños de Austin.

-Solo dos pasos más, campeón-lo alentó.

Austin tropezó con su propio piecito y cayó entre mis brazos. Dereck rió al verlo asustado mientras tironeaba mis cabellos. Me puse de pie con el niño en brazos y besé su mejilla efusivamente.

-Ya va siendo hora de que camines, Austin-le dijo Dereck detrás de mí-. Tus tíos caminaron antes de su primer año.

Austin se cubrió la cara con ambas manos y luego rió entre el hueco que formaban sus suaves y pequeñas manitas. Era un pequeño simpático y el retrato de su padre.

-¿Qué es lo gracioso?-preguntó Dereck y el niño se quitó las manos de la cara-. Yo sé que me entiendes-le dijo con una fina voz.

Reí y vi como Austin le tendía los brazos a su padre para que lo tomara. Dereck hizo caso a los pedidos de su hijo y lo tomó en brazos.

-Es que me quieres tanto que no soportas estar sin mí-lo abrazó.

-Ni te creas, Dereck-reí y besé su mejilla-. Vamos a llevarlo a su cuna.

-Puede dormir con nosotros, Britney-dijo mientras salíamos de la sala de juegos.

-Dereck, ya te he dicho que no es bueno.

-Pero es que él me ha pedido eso, ¿no que si, Austin?-tocó su pancita y el niño se empezó a reír de nuevo.

-¿Él te lo ha pedido?-pregunté en una risa mientras caminaba de espalda por el pasillo-. ¿Cómo te lo ha dicho?

-Dijo, muy simple; Austin querer dormir con papi.

Reí ante las palabras de Dereck y entré en la habitación de Austin.

-Resulta que ahora el niño habla como cavernícola.

-Es que ya sabes, así hablan los niños pequeños.

-Ni siquiera dice frases muy bien, pero pide dormir contigo-dije riendo.

Él me sonrió y luego le dedicó su mirada a Austin.

-¿Qué crees, niño? Para mí, mami debería dormir en la cuna y tú conmigo.

Austin hizo un movimiento de cabeza y él muy anormal de Dereck pensó que había dicho que si.

-Ya, ¿lo ves?

-Dereck, déjalo en la cuna.

-Yo sé que me quieres todo para ti, pero comparte con Austin, él es un pequeño indefenso que necesita que su padre le cuenta historias de piratas.

Arqueé una ceja. Dereck había cambiado tanto después del nacimiento de Austin.

-Yo sé lo que necesitas tú, cariño-me sonrió-. Pero te lo doy cuando quieres-añadió.

Comencé a desarmar la cuna del niño. Estiré los brazos hacia Austin y él me tendió los suyos para que lo tomara en brazos.

-No escuches al grosero de tu padre, déjalo, se comporta como un adolescente con hormonas descontroladas.

SUBASTADAOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz