Luego de pasar una semana y media de diversión con Ryan, Dereck y las chicas, tuvimos que volver porque Dereck debía trabajar y su padre necesitaba de su ayuda mientras viajaba al otro lado del mundo.
Nos encontrábamos en el avión, Dereck estaba viendo una película mientras por momentos cerraba sus ojos y los abría de golpe. Yo, por mi parte, estaba a su lado, leyendo una revista sobre chismes de famosos, nada interesante. Dereck estiró una pierna y me pateó haciendo que me sobresaltara y la revista cayera al suelo, maldije por lo bajo y me agaché a tomar la revista.
-¿No tienes sueño?-preguntó bostezando. Negué con la cabeza y tomé de mi jugo de manzana.- ¿Ni un poco?-preguntó apagando el pequeño televisor frente a nosotros.
-Anoche pude dormir como Dios manda.-dije sonriendo y volví a tomar del jugo.- ¿Tú no?
-Digamos que dormir en ese sillón nunca fue lo más cómodo.-se quejó mientras se acomodaba sobre el asiento.- Convídame.-dijo estirando su mano.
-No, búscate el tuyo.-le dije sacando el vaso de su alcance.
-¡Que mala persona!-dijo de mala gana.- Quiero jugo.-se quejó. Le di el vaso y me sonrió antes de tomarlo.- Retiro lo dicho.-me dijo y tomó del vaso, dejándolo completamente vació. Me lo devolvió.
-Raseeeeendiz.-dije mirando que el contenido del vaso, ya no estaba.- Ahora me buscas uno.
-No queda nada para aterrizar.-dijo acomodándose mientras me daba la espalda.
-Quiero un jugo.-dije insistente.
-Pídele a Lucy.-me dijo.
-Ahora le dices Lucy.-dije más que molesta. Volteó y me miró.
-¿Celosa?
-¿Qué crees?
-Pensé que no te gustaba ni un poquito.-me dijo sonriente.- ¿Ves? Te dije que nadie se resiste a mi, soy una bomba sensual.-sonrió.
-Que esté celosa no significa que me gustes tú.-dije arqueando una ceja.- Aparte, cuido lo que es mío y tú serás mi esposo y no dejare que me engañes.-me crucé de brazos.
-¿Y también soy tuyo?
-Basta Dereck.-dije enojada.
Si bien nos llevábamos mejor, las peleas eran muy comunes día a día. Podíamos pasar momentos muy lindos juntos, mientras que cuando uno miraba a otra persona, el otro ya se fastidiaba y se iba todo por la borda. Dereck, quien siempre quería tener la razón, me hacía casi vendarme los ojos cuando íbamos a la playa, y yo, que según él, siempre quería tener la razón, no podía decirle que dejara de mirar a las chicas, porque comenzaba con sus juegos de preguntas sobre mis celos hacia sus actos.
-Dereck, vamos a aterrizar.-dijo la castaña cuando se colocó frente a él.- Le sugiero que se ponga el cinturón de seguridad.- esa era Lucy, la castaña que de seguro traía loco a Dereck. Eso me ponía de los pelos.
-Claro y que a mi me parta un rayo.-dije enojada. Dereck rió.
-Oh, a usted también.-sonrió. Falsa, estúpida,ridícula.
-Si, si, comprendimos, puedes retirarte y dejar de tirarte a mi novio.-dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad. Dereck volvió a reír y la castaña se retiró con cara de perro.
-Eso fue descortés.-me dijo.
-Lo descortés me lo paso por ya sabes donde.-le dije de mala gana. Rió.- Oh, ¿estás risueño Rasendiz?
-Ya, cálmate.-dijo entre risas.- Me gustó tu forma de marcar territorio.
-Bueno.-le dije sin siquiera mirarlo.- Abróchate eso, no vaya a ser que Lucy tenga que volver a recordártelo.-miré hacia el frente.
