Solo te advierto Aaron...

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-Antes de irte toma esto, es para Matthew por ayudar en la mudanza- mi padre me entregó dinero.

-Okey, adiós- dije y salí de mi casa.

Me subí a mi auto y me dirigí al instituto.

Llegué allí y ví a Sarah hablando con Aaron. PARA, ¿¡QUÉ!? ¿¡SARAH HABLANDO TRANQUILAMENTE CON AARON!? Estoy confundida, muy confundida.

No quise meterme en su conversación pero quería escuchar que decía el imbécil de Aaron. Rogué que Sarah no se deje llevar por ese tarado.

Quise buscar a Matthew para entregarle el dinero pero sonó el timbre de entrada. Justo tenía clases de canto con él.

Me dirigí a la sala de canto y tomé asiento, luego entró Matthew y se sentó a mi lado.

-Hola- me saludó.

-Hola, Matthew- sonreí.-Mi padre me dijo que te entregue esto, es por haber ayudado ayer- le entregué el dinero y frunció el seño.

-Ya les dije, no quiero este dinero- no aceptó mi dinero, su dinero.

-¿Por qué? Nos ayudaste un montón- le dije.

-Me gusta ayudar, no me gusta cobrar. Además me hicieron un favor al pedirme que vaya a tu casa, contigo...- miró al frente simulando que prestaba atención. Créeme, Matthew, que a mi también me gustó que vengas a mi casa.

-Está bien...como tú digas- dije y miré hacia el frente.

Después de un rato tomé el dinero y disimuladamente comencé a meterlo en su bolsillo izquierdo del pantalón.

Matthew se dió cuenta y me agarró la mano. Me tensé al sentir su mano sobre la mia.

-¿Qué haces, Bella?- rió.

-Nada...nada, concentrate en lo que dice la profesora, hombre- dije y saqué mi mano de debajo de la suya. Me arrepiento de haber hecho lo que hice.

Matthew sacó el dinero de su bolsillo y lo puso en mi mano.

-¿Que te pasa? Es dinero, hombre, siempre sirve- susurré.

-¿A ti te pagaron?- me preguntó.

-No, pero es mi hermano- dije obvia.

-Bueno, es mi vecino- sonrió.

-Ag, tómalo y ya, no des vueltas- dije y se lo di.

-Está bien, aceptaré el dinero pero con una condición- me miró a los ojos.

-¿Qué cosa?- esperé su repuesta.

-Gastaré este dinero contigo, sino, no lo acepto. Todos salimos ganando- me guiñó el ojo.

-¿Yo que gano? ¿Tu que ganas? ¿El dinero que gana?- pregunté y crucé mis brazos.

-Tu ganas que yo acepte el dinero, yo gano estar contigo y el dinero que no sea tirado a la basura- me volvió a guiñar el ojo.

-Tu si que sabes como convencerme- dije y sonrió.

-¿Así que aceptas?- preguntó entusiasmado.

-Acepto- dije y le estreché la mano.

-Genial- dijo y tomó mi mano.

[...]

Sonó el timbre y me dirigí rápidamente al comedor. Quería saber acerca de la charla entre Sarah y Aaron. Me dirigí a mi mesa y me senté en donde siempre: al lado de Sarah.

-Hola- dijo al verme llegar.

-Hola, Sarah- la saludé.-Ya quiero una explicación- susurré porque Aaron se sentaba en la misma mesa que nosotras.

La Música puede unir CorazonesWhere stories live. Discover now