Conociendo a mi nuevo mejor amigo

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Sonó el timbre y busqué a Sarah para almorzar juntas.

-¡Sarah!- la llamé. Y la muy boba no me veía-¡Sarah, aquí!-dije, por fin me vió.

-Cuanta gente, ser bajita tiene su ventaja, pude pasar por abajo de esa manada de locos-dijo sonriendo.Me reí por como lo había dicho

-Vamos al comedor, tengo hambre-dije desesperada. Mi querida amiga asintió y nos dirigimos al comedor.

Allí, como siempre, estaban sentados los populares en una mesa (en donde estaba sentado Matthew), los nerds en otra y los normales en otra aparte.

-Ven Bella, te presentaré a alguien-dijo Sarah haciéndome seña con el dedo para que la siga. La seguí y vi que le sonreía a un chico. Era guapo pero no entendía por qué no estaba en la mesa de los populares.

-Bella, te presento a David Parks. David ella es Bella Henman-dijo Sarah, sonreí y el me estrechó su mano.

-Mucho gusto, Bella- dijo David mirandome fijamente.

-El gusto es mio, David- dije sonriéndole.

Nos sentamos, Sarah a mi lado y David al lado de Sarah. Comenzamos a comer y a charlar. Me agradaron todos, contaban chistes y compartían canciones. Yo no dejaba de mirar a David y Sarah se dió cuenta de ello.

-Amiga- me susurró en el oído para que nadie escuchara.

-¿Qué?- pregunté.

-Deja de mirar a David, el es...-susurró- el es... gay.

¿¡Qué!? Empecé a toser, me atraganté con la comida y no podía tragarla. Todos me miraban mientras mi amiga me daba golpes en la espalda.

-¿Estas bien, Bella?- me preguntó David.

-Si, si estoy bien-dije, aún sin creer lo que mi amiga me había dicho.

¿¡David gay!? ¡que desperdicio de hermosura!

Mi amiga se reía por mi reacción, me estaba casi muriendo atragantada pero la muy boluda seguía riendo, igual la amaba.

-Tranquila, hermana- me susurró con acento mexicano y mirándome divertida.

La fulminé con la mirada y ella dejó de reírse.

-Oye, ¿tu eres la que tocó el piano y cantó ayer?- me dijo un chico de ojos celestes.

-Si, esa misma-contesté.

-Estuviste muy bien, tienes una voz hermosa- me dijo tratando de seducirme.

-Gracias- dije sonrojándome.

[...]

En el segundo timbre me dirigí al baño, no me aguantaba las ganas. Salí de allí y escuché el sonido de una guitarra, lo seguí hasta llegar a la sala de canto. Era él, Matthew. Me escondí atrás del piano y lo escuché cantar. Su hermosa voz endulzaba mis oídos.

Quise levantarme para irme pero me golpeé la cabeza con el piano y llamé la atención de Matthew. Él me descubrió. Que torpe, Bella.

-Sal de ahí- dijo con voz ronca. Yo maldije en mi cabeza y no contesté-Vamos Bella se que estas ahí-dijo sonriendo.

Me puse de pie y lo miré con cara de pocos amigos.

-Con que me estabas espiando, ¿ah?- dijo burlón. Seguía siendo el mismo estúpido.

-Tarado- dije mirándolo seria. Y me dirigí a la puerta para irme.

-Espera- dijo acercándose demasiado hacia mi. Estábamos a un centímetro de distancia y yo comencé a ponerme nerviosa.

La Música puede unir CorazonesOnde histórias criam vida. Descubra agora