Capitulo 1.

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  Seattle, 28 de setiembre del 2012.


Justin se encontraba con más trabajo de costumbre ese día. Atendía varias llamadas de varios acreedores. ¡Eso era bastante estresante! Se tallo los ojos, estaba somnoliento, pero debía de terminar de ordenar los archivos mientras acordaba citas. El teléfono sonó de nuevo, no presto atención al número, solo contesto:


-Empresa Bieber Mallette ¿En qué puedo servirle? -nadie hablo desde el otro lado de la línea. Justin frunció el ceño. -¿Quien habla? ¿Puedo ayudarlo con algo? -nadie volvía a responder. Se estaba enojando. -Mire sea quien sea tengo trabajo, por favor si.. -no lo dejo terminar.


-Justin -Aquella voz. No escuchaba esa voz desde hace casi dos semanas. Trago seco.



-____ -susurro. ¡Joder! Dejo los papeles sobre la mesa y se paso las manos por el pelo.



-Amm.. Tienes mucho trabajo ¿no? Mejor te llamo después -él no quería que cuelgue.



-___ no cuelgues -ella no lo hizo. Justin respiro profundamente- he extrañado mucho tu voz -confeso.



-Yo también -admitió ella- ¿Vendrás este fin de semana? -pregunto. El suspiro. Deseaba decirle que sí, pero no podía. Era mejor mantenerse alejado de ella.



-No puedo princesa -apretó los ojos con frustración- Pero tratare ¿sí? No te prometo nada.



-Está bien -la escuchaba triste. Se maldijo por eso.- te dejo para que sigas trabajando. Adiós - colgó. No le dio tiempo a responder.


Era un maldito idiota, la estaba lastimando de esa manera. Debía de decirle que ya no podría estar con ella. Debía de dejar de ilusionarla. Pero tenía miedo, estaba asustado de como reaccionaria. Tiro el maldito teléfono por la pared. No le importaba nada.

Agarro su saco y sus llaves y salió de aquella oficina el cual lo estaba por volver loco. Necesitaba hablar con Ryan. Así que fue a su departamento. La secretaria le había preguntado qué había pasado, Justin solo contesto con un "no me siento bien, dile a mi padre por favor" ella asintió. Se sentía cada vez peor y ya no lo podía ocultar.

Quería a su hermana a su lado, necesitaba volver a hacerle el amor como la última vez. Solo quería volver a probar aquellos labios tan dulces que lo hacía perder el control. ¡Joder! La amaba y no podía estar con ella. Porque era prohibida. ¡Maldita sea!

___ podía ser feliz con cualquier otro, pero él no quería verla con nadie más que no sea él. Era egoísta. Pero debía de decirle que era mejor que busque a alguien que la pueda hacer feliz. Como él lo hubiese hecho si no fuera su hermano. Pero no se atrevía.

Aparcó su auto en la entrada del departamento de Ryan. Estaba viviendo con Nathalie. Al parecer iban enserio. Su amigo también estaba a cargo de la compañía de su padre. Pero no tenia tanto trabajo como él. A veces deseaba estar en su lugar.

Después de haber tocado el timbre apareció en el umbral un Ryan que él no conocía. Llevaba un delantal, al parecer estaba cocinando. Justin rió a carcajadas hasta más no poder. ¿Su amigo cocinando? Eso nunca se lo podía haber imaginado. Ryan no sabía preparar siquiera un café, esto debería ser obra de Nathalie, pensó. Su amigo lo miro mal.

-Oye cálmate, que fue obra de Nathalie –lo sabía, pensó- ¿Y que te trae por aquí? –Justin paró de reír y se puso melancólico en un abrir y cerrar de ojos- ¿Qué paso Justin? Entra – Justin entro y vio a Nathalie en la cocina.

-Hola Justin –le sonrió ella y se acercó a saludarlo -¿Estás bien? –el negó- ohh... espérenme apago la estufa y vengo con ustedes. Ambos asintieron.

Se habian convertido en sus amigos de confianza. Nathalie ya sabía lo que el había tenido con ___. Se había enterado por Ryan, es que su amigo no le ocultaba nada a su novia y ella los había pillado hablando sobre su hermana. Nathalie se había puesto muy celosa aquella vez pensando que Ryan estaba tras ____, pero al enterarse de la verdad lo había perdonado y había decidido ayudar a Justin. Después de todo era su amigo y le agradaba mucho.


-Espero que no les haya molestado –dijo apenado- pero no tenía adonde ir



-Claro que no es molestia –le sonrió Nathalie- por tu hermana estás así ¿no? –Justin asintió.



-Es que hoy me llamo –los miro- sonaba muy triste, me partió el corazón. Yo no quiero mentirle, pero tampoco quiero perderle.



-Pero la haces sufrir Justin, dile la verdad o ve a verla –dijo Nathalie.



-Yo concuerdo con mi novia – "novia" que lindo sonaba para Justin. Quería llamar de aquella forma a ___, pero nunca podría. Nunca.


-Pero sabes que no puedo, parece como si mi padre se diese cuenta –pensó una vez más en ello. Siempre que ___ lo llamaba le llenaba de trabajos, y cada vez que salía por días le preguntaba dónde y con quien iba. Siempre había salido nada más que con sus amigos. Esa actitud que tomaba su padre lo enfurecía.




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