Capítulo 29 | Eco de mentiras

Start from the beginning
                                    

Las tres salimos del departamento, camino con fuerza, aunque por dentro estoy temblando y las rodillas amenazan con doblarse. Estoy asustada, no quiero hacerlo. Lo único que me hace seguir con el plan es que se cumplirán los deseos de un buen amigo, un compañero que siempre estuvo ahí para mí y me apoyó en los momentos que necesité una mano.


Lo primero que veo en la sala de espera no me gusta, no ayuda a controlar mi mal genio. No sabía que las hermanas de Andrew iban a venir, ni siquiera se ven felices, sus caras son largas. No me acerco a saludarlas porque ¿para qué hacerlo? Son personas a las que nunca les he agradado y fingir que me agradan está de más.

Rose me ubica primero, sus ojos se abren tanto que creo que traigo algún objeto extraño pegado en la frente, le dice algo a su hermana —no recuerdo su nombre— quien voltea. Me observa anonadada, como si no pudieran creer que estoy aquí.

No es como si yo pudiera explicarlo.

Aparto la vista porque su intenso escrutinio comienza a enervarme y no necesito más nervios de los que ya tengo.

Tess aprieta mi hombro, le agradezco que me recuerde que está a mi lado por si tropiezo.

No es algo común que lleve a cabo una boda en el hospital, así que no me sorprende que haya un montón de gente por los alrededores, quizá queriendo pescar una miradita de la ceremonia. Me dirijo hacia la recepcionista, dejando a mis acompañantes cuchicheando de algo que es mejor no enterarme.

—¡Señorita Thompson, se ve muy hermosa! —exclama. Una sonrisa se extiende en mis labios por el cumplido sin previo aviso, sin importar lo mal que me sienta por dentro.

—Muchas gracias, Lydia —respondo, automáticamente—. ¿Sabes si Andrew ya está listo? No quiero pasar a su cuarto y disgustarlo, ya sabes cómo se pone... ¿Y el sacerdote?

Ella abre la boca, dispuesta a contestarme, pero alguien la interrumpe pronunciando mi nombre en voz alta. Me muerdo la lengua al reconocer la voz porque no quiero hacer un escándalo en la clínica por respeto a los enfermos y a los trabajadores, ya tuve suficiente el día del restaurante. Hago de mis manos un nudo antes de girarme.

Las hermanas de Andrew están frente a mí, mirándome, todavía. Mi entrecejo se tensa, esperando cualquier desfachatez.

—Tenemos que hablarte de algo muy importante —dice Roce, su cara está contraída por algo que no logro distinguir. No sé si es frustración o enojo—. La verdad creí que no ibas a venir por lo del otro día, pensé que estabas con ese sujeto, yo me enteré hace poco y no sabía que hacer. Alice me dijo que debía decírtelo. Dios mío... ni siquiera sé cómo hacerlo.

Ella habla tan rápido que es una suerte que le haya entendido. Su pecho está agitado, lo más raro de todo es que no se ha movido ni un milímetro.

—Francamente no te entiendo, pero necesito que hables ya porque por si no te has dado cuenta, estoy en medio de una boda —digo con sarcasmo.

—Margaret, no me agradas, pero no creo que sea justo lo que está haciendo. Es decir, sé por todo lo que has pasado y no necesitas más tierra.

—Yo me encargo. —De la nada sale el médico de Andrew, el doctor Goulding. Mi corazón tiembla al pensar lo peor, mil cosas se me vienen a la cabeza, todas son malas

—¿Le pasó algo? —pregunto con preocupación. Tess se acerca junto son Sasha al ver al trío de personas rodeándome. El oncólogo niega sacudiendo la cabeza y se aclara la garganta.

—Antes que nada quiero ofrecerle una disculpa, ya se han tomado las medidas correspondientes con el personal que sabía esto. Jamás quise dañarla, me equivoqué, usted es una buena persona y se nos está saliendo de las manos. Nunca dijo que iba a suceder algo así... —Él sigue hablando y hablando, diciendo cosas de su hija, de que necesitaba dinero para llevarla a estudiar al extranjero. Mi mente se confunde más a cada minuto. Endereza los hombros y toma un respiro profundo—. Lo que la señorita Hill quiere decirle, señorita Thompson, es que el joven Andrew no va a morir, no pronto y quizá dentro de muchísimo tiempo. Los tratamientos están ayudando y, aunque está enfermo, no está desahuciado.

Begonia © ✔️ (TG #2)Where stories live. Discover now